«Inteligencia» es la capacidad intelectual o cognitiva para resolver problemas. Es un conjunto de aptitudes que capacitan para resolver un amplio abanico de problemas para cuya resolución la actividad intelectual es crítica.
Como nos enseña el «Diccionario de Recursos Humanos, Organización y Dirección» dirigido por el profesor de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, don Manuel Fernández-Ríos, (ediciones Díaz de Santos), durante décadas se pensó que la inteligencia era una realidad unívoca e indivisible. Sin embargo, el psicólogo británico Charles Spearman desarrolló un método, el análisis factorial, que le permitió elaborar su teoría factorial de la inteligencia: un factor único y común a todos los tipos de rendimiento intelectual (factor general o factor g) y un factor específico para cada realización (factor s). El factor g es uno de los mayores descubrimientos, aunque también misterios, de la psicología. Es el constructo psicológico con mayor capacidad predictiva en todos los ámbitos del comportamiento inteligente: justamente por ello se le denomina inteligencia general.
En los años 30 el psicólogo norteamericano Louis Thurstone elaboró una teoría alternativa a la de Spearman. Según él, además de la inteligencia general, la inteligencia está compuesta por un conjunto de aptitudes mentales primarias (PMA) independientes entre sí: razonamiento inductivo, comprensión verbal, fluidez verbal, facilidad numérica, rapidez perceptiva, visualización espacial y memoria. A través de ellas podemos describir la inteligencia de una persona, además de por su inteligencia general.
Otros autores, como Burt, Vernon, Meili, Guilford, etc. desarrollaron modelos explicativos de la inteligencia , sin que ninguno consiguiera desligarse de los dos anteriores.
Raymond B. Cattell, en 1971 desarrolló el modelo de «inteligencia fluida-inteligencia cristalizada«; la inteligencia fluida (Gf) depende en gran medida de dotación biológica de cada persona, mientras que la inteligencia cristalizada (Gc) lo hace de los procesos de aculturación.
El último trabajo importante en el estudio de la inteligencia lo ha realizado John B. Carroll, que, en un trabajo hercúleo en 1993, tras analizar la mayor parte de las investigaciones sobre inteligencia realizadas en el siglo XX, elaboró al teoría de los tres estratos; llegó a la conclusión de que la inteligencia tiene una estructura jerárquica, con tres estratos de aptitudes cognitivas que van de mayor a menor generalidad de influencia. El estrato más elevado (III) o más influyente está ocupado por el factor general o factor g (a la que llamó 3g). En el segundo estrato está la inteligencia cristalizada (2c), la aptitud general de memoria y aprendizaje (Gm o 2Y), la percepción visual o aptitud visoespacial (Gv o 2v), la recepción auditiva (Gu o 2U), la capacidad de recuperación (2R), la velocidad cognitiva (Gs o 2S), la velocidad de toma de decisiones (2T) y la velocidad psicomotriz (2P). Finalmente, el primer estrato lo ocupan varias aptitudes más específicas (I= Inducción, VZ= Visualización, RQ= Razonamiento cuantitativo, V= Comprensión del lenguaje, etc.). Este modelo explicativo de la inteligencia es ampliamente aceptado, porque ha sido contrastado recientemente.
El cociente intelectual o coeficiente intelectual (CI) es el mejor indicador que poseemos de la inteligencia general. Sin embargo, por lo que hemos explicado, somos conscientes de que no explica la riqueza y variedad de la inteligencia de una persona. En la actualidad se maneja el concepto de «cociente emocional«, que valora la capacidad para utilizar las emociones de forma inteligente de manera que sean útiles para la vida personal y para las relaciones interpersonales. Es un concepto que nace de las teorías de Daniel Goleman acerca de la Inteligencia emocional.
Pues bien, Pruebas Psicotécnicas contiene numerosos tests y ejercicios que permiten no sólo evaluar la inteligencia propia, sino también desarrollarla.
Contiene cinco tipos de pruebas.
» Pruebas Psicotécnicas – Capítulo 1. Inteligencia general – Series de Figuras (SF)