La página web Menéame ha seleccionado para su espacio de cultura, la curiosa obra de Bill Thomas titulada “la fotografía suicida”.

Bill Thomas es un fotógrafo que fue testigo en 1959 de la sangrienta masacre que destruyó su escuela. Décadas más tarde, intentó superar su trauma tomando una serie de fotografías que representan el suicidio en una variedad de formas enrevesadas.

Pero qué sabemos de la prevalencia del suicidio en España. En este sentido, se calcula que entre el 0,5 y el 2 por ciento de todas las muertes son causadas por suicidio, siendo, además, una de las principales causas de muerte en el mundo occidental (9ª-11ª causa). España hasta la fecha presenta una de las tasas de suicidio más bajas (8,7 por 100.000), pero ha sufrido, junto a Irlanda, uno de los incrementos más altos de Europa y del mundo. Así, pasó de tener una tasa del 5,3 en el año 1984 a 6,2 en el año 1998, lo que supone un incremento del 17,2% (Ruiz-Pérez & Olry, 2006). Al año, mueren aproximadamente un millón de personas por suicidio consumado, cobrando especial dramatismo en los jóvenes (15-24 años), grupo de la población en la que el suicidio es la segunda causa de muerte (después de los accidentes) independientemente del sexo (Bas Ramallo, 1996). Aproximadamente el 7% de los jóvenes tendrán un intento de suicidio antes de los 25 años, siendo excepcional el suicidio consumado por debajo de los 12 años. En Dinamarca y en Japón, el suicidio es la principal causa de muerte entre adolescentes. A pesar de ello y aunque en Europa ha habido un claro aumento del índice de suicidios en los adolescentes y adultos jóvenes en las dos últimas décadas, las tasas de suicidio en los países industrializados aumentan con la edad, especialmente a partir de los 65 años, y por lo tanto, es más frecuente en ancianos, de hecho, las mayores tasas de suicidio se recogen entre los mayores de 75 años en todos los países que suministran datos a la Organización Mundial de la Salud, con la única excepción de Polonia. A diferencia del suicidio consumado, los intentos de suicidio son más habituales en la primera mitad de la vida (Vega-Piñero et al., 2002).