Muchas veces los psicólogos no terminan de verse trabajando en una empresa. Ni siquiera aquellos que cursan la Mención en Psicología Organizacional y de Recursos Humanos. «Tienen como recelo a los números» y «piensan que no tienen cabida» decían los ponentes de la última sesión Y después de graduarme en Psicología qué. Pero la realidad es que aquellos egresados del Grado en Psicología que apuntan a las organizaciones pueden intervenir en prácticamente todo el ciclo de vida de sus trabajadores. Así lo han transmitido a los alumnos de la UDIMA.

Ante la pregunta ‘¿qué puede hacer un graduado en psicología en el ámbito del trabajo?’, José Ángel López lo tiene claro: «Creo que costaría menos decir dónde no podemos intervenir». Profesor del Grupo CEF.- UDIMA de Sistema Retributivo en la Empresa (Grado Ciencias del Trabajo) y en el Máster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos, López acumula más de 25 años de experiencia en el sector de Recursos Humanos. Entre él y la profesora de la UDIMA, Arina Gruia, detallaron la formación requerida para ejercer en el ámbito organizacional, las asociaciones y empresas en las que trabajar, así como los puestos concretos que pueden ocupar los psicólogos.

Respecto al primer punto, la doctora en psicología del trabajo comentaba ya que realmente «no es necesario un título específico» para trabajar como psicólogo en una organización. No obstante, «sí es importante conocer la formación básica» o de punto de partida que se espera. Con el Grado y másteres oficiales como el Máster Universitario en Dirección y Gestión de Recursos Humanos, los alumnos abordan el contexto laboral y sus múltiples facetas, así como dinámicas y procesos del funcionamiento empresarial (selección de personal, descripción de puestos de trabajo, gestión de competencias, desempeño, formación…).

Esa sería la formación reglada. Dentro de la no reglada, Gruia también destacó todo tipo de cursos especializados en esas áreas de gestión de personas: people analytics, HRIS (softwares de gestión) o compensación y beneficios, entre otros. Precisamente en este último ámbito es donde López tiene más reciente experiencia, como director corporativo de compensación y beneficios en la empresa OHLA.

Organizaciones: el ciclo vital del empleado

López (que también es vocal de la Junta Directiva de la Sección de Psicología del Trabajo de las Organizaciones y de RRHH del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid) detalló esas áreas de intervención de un psicólogo dentro de los distintos procesos que desarrolla todo departamento de Recursos Humanos. Desde la atracción del talento (selección de personal) hasta la seguridad y la salud, pasando por la formación y el desarrollo profesional.

En cuanto al ámbito de la compensación y beneficios, López aseguró que «aunque no esté en el radar de las funciones al salir del Grado o Máster», conoce la experiencia de quienes «sí terminan trabajando en ello». Según percibe en sus propios alumnos, muchos salen como «muy limitados a las áreas clásicas de intervención de un psicólogo en las empresas». Sin embargo, él mismo es una prueba fehaciente de que se puede desempeñar un rol en esta sección tan importante y que tiene mucho más que ver con la psicología de lo que pudiera parecer».

Sus 18 años a las espaldas en esta especialidad le dan la razón. Y explica: «Esto no es sólo para pagar dinero o motivar; es una herramienta para dirigir a las personas, mover su comportamiento, hacia los objetivos estratégicos de la empresa en cada momento. Tenemos mucho que aportar y decir. Tipos de retribución (flexible, en especie, emocional…). Cada vez son más los psicólogos que trabajan en esta área».

Así pues, recordó que todo en la empresa está «interrelacionado», y aconsejó a los futuros egresados a no tener esa «visión parcial o fragmentada» de las funciones tradicionales de un psicólogo en las organizaciones. Por contra, les recomendó tener una «visión más amplia», y que no piensen en las matemáticas (pues se ven bastantes en el Grado, y al final el nivel requerido «no es tan alto»).

«Las empresas son personas; es trabajar por y para ellas, sin olvidar el fin de cada empresa», subrayaba Gruia, animando a los estudiantes a «cuidar» las competencias y conceptos de gestión que vean en la carrera. «Es importante entender el lenguaje empresarial, ya que muchas veces pensamos que no tenemos cabida (por los números, o procesos empresariales que no comprendemos), y no así».