Alentadas por el quaerere Deum monacal, hace más de ocho siglos nacen las primeras universidades. Desde entonces el ámbito de saberes se ha visto multiplicado, y hoy el utilitarismo, el imperio del positivismo y del tecno-cientificismo sacan a la luz el problema de la razón postmoderna y su caída en el laberinto de la fragmentación[1]. […]