Los resultados de un estudio llevado a cabo por Ortigue, Grafton y Bianchi-Demicheli (2007), indicaron que la calidad de los orgasmos de una mujer está asociada al grado de enamoramiento que sienta hacia su compañero. Orgasmos más intensos y más rápidos indicarían un grado elevado de enamoramiento. Este se debe a que las regiones cerebrales de recompensa se activan cuando las mujeres interactúan con parejas hacia la que tienen unos sentimientos altos de amor. Estos circuitos al estar activados son más sensibles a la estimulación puramente somática (coital) y, por tanto, las mujeres llegan antes al clímax y lo tienen con más intensidad que aquellas que no tienen estos sentimientos hacia su pareja, pues unen al placer de la estimulación de zonas erógenas el sentimiento de unión con una pareja hacia la que se sienten enamoradas en algún atributo de su persona. En concreto, los resultados de este estudio indican que las relaciones sexuales (actividad neural centrada en la ínsula izquierda) y las íntimas (giro angular) están sostenidas por mecanismos parcialmente diferentes, incluso si ambas comparten algún mecanismo emocional relacionado.

De este estudio se desprende que las vías de recompensa también se pueden activar al interactuar con otro miembro del sexo contrario que nos resulte atractivo o que admiremos en alguna cuestión puntual. Esto indicaría esos primeros momentos enamoradizos y la calidad de esas primeras relaciones que si con el tiempo no se estimulan y trabajan, serían responsables de la no activación de este sistema de recompensa que conllevaría un descenso de la intensidad y calidad de los orgasmos.

Es evidente que una mujer emocionalmente dispersa, pierde el apetito sexual, y aquellas parejas que no cuidan de su relación, tienen dificultades no solo para hacer el amor, sino para disfrutar de él. Una pareja feliz destaca por una fácil activación de los sistemas de recompensa que actúan de un modo adictivo. La sensación “echar de menos” es solo un síndrome de abstinencia que provoca un comportamiento de activación hacía la búsqueda de ese estímulo “la pareja o persona por la que nos sentimos atraída”.

Por tanto, ahora podemos saber exactamente si su pareja está enamorada de usted. Las vías de recompensa solo se activan si hay enamoramiento. Incluso resultados en animales mónogamos (como los monos titís) indican que  la activación de estas vías difiere entre aquellos con pareja y aquellos solitarios, por lo que parece que estas vías de recompensa son fiables para distinguir entre unos y otros.

En definitiva, la ínsula anterior, se postula como ese detector de mentiras, centrado en el enamoramiento, que hará más fácil la ruptura y evitar el engaño al que nos dirigen otra serie de variables, tales como los valores familiares, egoísmo, miedo o soledad, pero eso será cuestión de otro artículo. De momento, solo recuerden, que a través de una resonancia magnética funcional se puede averiguar cuán enamorada está de su pareja, si lo está. Cuanto más intensa sea la actividad desencadenaba en el giro angular izquierdo, más amor siente. Si esta región no se activa, ya puede tener preparada una buena explicación.