Archivos de Autor: María Lara Martínez

Sobre María Lara Martínez

María Lara Martínez

Doctora Europea en Filosofía. Profesora de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA. Escritora, Premio Algaba Ver Perfil

María Lara Martínez

Doña Blanca, la última reina carlista

No me resisto a glosar yo también la obra que tuve el honor de presentar en Teruel el 19 de abril. Doña Blanca: una reina sin corona bajo el carlismo, del historiador Miguel Romero, académico correspondiente de la Historia, sumerge al lector en el estudio de la tercera guerra carlista (1872-1876) y en el imaginario que inspiró las hazañas de los correligionarios de Carlos VII y su hermano Alfonso Carlos I.

Ese pretendido país carlista, con sus bandos y sus símbolos, con sus libros y sus canciones, con su Estado y su leyenda, es recreado con sutileza en la obra. Tal vez, durante el proceso de investigación, el autor haya viajado en cuerpo y mente a la casita de Estella, típicamente navarra, donde D. Carlos fijó su corte. Un cuartel real sin protocolo, sin etiqueta y sin camarillas, cabeza de un Estado central, sustentado en un disciplinado ejército, con academias militares, castillos, fábricas, hospitales y hasta Universidades en sus tres frentes: Cataluña, el Norte (País Vasco-Navarro) y el Centro (Bajo Aragón, Valencia, Maestrazgo y zona oriental de Castilla la Nueva).

El profesor Romero sondea en los archivos y analiza exhaustivamente las memorias de dos portavoces privilegiados de aquel tiempo: don Carlos y doña Blanca, el pretendiente y su cuñada. Primero teje una urdimbre en la que recrea los fondos del tapiz y, sobre ellos, dibuja a las personas. De este modo, nos transmite con veracidad lo que hubieron de ser, sus dolores y sus esperanzas, hilvanados en esa desgarradora estela del exilio.

María Lara Martínez

El tesoro de «La Mercedes» de nuevo en España

Salió del puerto del Callao en Lima, pero no pudo llegar a Cádiz. Fue Montevideo su última escala. Frente a las costas del Algarve se hundió el 5 de octubre de 1804 y con él las 17 toneladas de monedas de oro y plata acuñadas en las colonias que por poco tiempo habrían de ser llamadas así.

En aquellas vísperas napoleónicas para España, nuestro país no se hallaba en guerra contra Gran Bretaña, pero la potencia marítima miraba con recelo esa neutralidad. En el horizonte se cernía la sospecha de pacto con el dueño de Francia. Ante la negativa española a acceder a la rendición, la flota inglesa disparó a la fragata que se hundió con sus 249 ocupantes. Sólo se logró rescatar a 51 náufragos. Las otras tres embarcaciones de guerra que formaban escuadra con ella (Fama, Clara y Medea) fueron trasladadas a Inglaterra. Quedaba sepultado el oro que tanto había contribuido a engrandecer al Imperio.

Ésta es la historia del «Nuestra Señora de las Mercedes» previa a su letargo bajo las aguas atlánticas. Hace cinco años, al ser descubierto el tesoro por la empresa estadounidense Odyssey, el Gobierno español comenzó su litigio por el pecio y el pasado sábado, más de doscientos años después del dramático suceso, las monedas llegaron, esta vez sí y volando, al que hubo de ser su destino.

María Lara Martínez.

El año de Dickens

Dentro de unas semanas, el 7 de febrero de 2012, se conmemorará el 200 aniversario del nacimiento de uno de los escritores más leídos y universales, el británico Charles Dickens (1812-1870), padre de personajes que nos han acompañado desde la infancia y que tanto nos tienen que aportar en estos años inciertos.

Porque hoy, cuando la Fortuna parece haber vuelto a este inicio de milenio su cara más seductora, hallamos entre nosotros nuevos David y Oliver, no apellidados Copperfield o Twist, tampoco póstumos, huérfanos ni bastardos, mas de igual modo inmersos en encrucijadas de turbulencias o silencio.

Archivo:Marley's Ghost-John Leech, 1843.jpg

Si antropomorfizamos la crisis, quizás podamos hallar algún signo de deshielo que bien nos  podría servir de lección de futuro. Posiblemente, «ella», que nos desconcierta y daña, ha de actuar en nuestro mundo como ese híbrido de los los espíritus del Pasado, del Presente y del Futuro que alertaron al avaro señor Scrooge de la tragedia de la ruina. Recordemos que su agriado carácter tornado en generosidad permitió vivir al pequeño Tiny Tim.

Con suerte, dentro de unos años estos Tiempos difíciles se apaciguarán a fin de que nuestras Grandes esperanzas puedan abrirse paso. Dios quiera que, por lo menos, como en la homónima novela de Dickens, nos hayamos dado cuenta de que Nuestro común amigo no es precisamente el dinero.

María Lara Martínez.

El año de Miguel Servet

El 29 de septiembre de 2011 se cumplió el quinto centenario del nacimiento de una de las principales figuras intelectuales de la Edad Moderna: Miguel Servet. Antes de que finalice su año conmemorativo, valgan estas líneas como nuestro humilde reconocimiento al sabio aragonés.

Filósofo, teólogo, médico, astrólogo…, son tantos los perfiles de su actividad científica que es imposible condensar en unas cuantas líneas la silueta de su pensamiento.  Porque, como buen humanista, no conoce los límites entre las disciplinas y, al tiempo que formula la circulación pulmonar, publica la Geografía de Ptolomeo, es capaz de leer a los antiguos en griego, latín y hebreo y preguntarse por el poder de las estrellas en los designios futuros.

Ésa es la clave, que el pensamiento del aragonés es protagonista de un viaje infinito sin adscripciones en un siglo donde la religión es detonante de guerras que ensangrientan Europa. «Entre todos los heresiarcas españoles ninguno vence a Miguel Servet en audacia y originalidad de ideas, en lo ordenado y consecuente del sistema, en el vigor lógico y en la trascendencia ulterior de sus errores», diría Menéndez Pelayo en su Historia de los heterodoxos españoles.

El 27 de octubre de 1553, por instigación de Calvino, el cuerpo de Servet fue pasto de las llamas en Ginebra. En ese  momento final, también sus libros, aquéllos que le valieron la condena, estuvieron con él pero, como todas las obras grandes, su memoria y su ciencia sobrevivieron a la hoguera y, de las cenizas, brotaron para la posteridad sus proclamas de tolerancia.

«Cada cual es como Dios lo ha hecho, pero llega a ser como él mismo se hace», o lo que es lo mismo: «Lo divino ha bajado hasta lo humano, para que el humano pueda ascender hasta lo divino». Es la perfectibilidad de la persona en diálogo continuo con la Esencia.

María Lara Martínez.

Curso de verano «El historiador, ¿detective del pasado?»

El próximo jueves, 7 de julio, de 12 a 13 h., impartiré la conferencia El historiador, ¿detective del pasado? , en el marco de los cursos de verano de la UDIMA. Se trata de cursos de verano gratuitos celebrados a través de Elluminate (Cursos de verano de la UDIMA).

La sesión será impartida en los Grados de Historia y Criminología y permitirá a los inscritos profundizar en los métodos de investigación del historiador, poniendo especial énfasis en el estudio de casos concretos.

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