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«Conocer los factores de vulnerabilidad de las víctimas de la violencia contra la pareja permitiría prevenir e intervenir precozmente en este tipo de casos».

Texto: María José González Calderón (profesora) y Raúl Aguilar Ruiz (doctorando).

La violencia contra la mujer en las relaciones de pareja (en inglés, Intimate Partner Violence) es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS; 2013) un problema de salud pública de proporciones epidémicas que, por lo tanto, requiere adoptar medidas urgentes para prevenirla. En España, según la Macroencuesta de Violencia Contra la Mujer (DGVG, 2015), el 10,7% de las mujeres de más de 16 años que han tenido alguna pareja han sufrido violencia física, el 8,4% violencia sexual, el 26,4% violencia psíquica de control y el 22,8% violencia psicológica emocional.

Asimismo, se encontró que las agresiones físicas más severas, como golpear con los puños, dar patadas, arrastrar, intentar asfixiar, prender fuego o usar armas, se produjeron en el 6,7% de los casos. En la misma línea, el Observatorio Contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, encontró que entre el 2010 y el 2017, el 0,06% de los delitos registrados correspondieron a feminicidios íntimos (consumados o intentados) y el 3,8% a lesiones graves contra la pareja.

Por tanto, las cifras presentadas demuestran que este tipo de violencia genera consecuencias en las víctimas que la sufren, tanto a nivel físico como psicológico (Hernández, Raguz, Morales y Burga, 2018). Y, sin embargo, apenas existen estudios específicos acerca de los factores vinculados a las víctimas que hacen que estas sean más vulnerables a ese tipo de violencia. Así lo apuntaron Echeburúa, Fernández-Montalvo y de Corral (2008). Conocer las características de las víctimas que las hacen más vulnerables permitiría establecer medidas de intervención y de protección más eficaces, como sugiere Women Against Violence Europe (2011). E incluso, de prevención de este tipo de violencia en cualquiera de sus grados.

La revisión de la literatura destaca como principales factores de riesgo de feminicidio o violencia severa contra la pareja vinculados a la víctima los siguientes: la ruptura de la relación afectiva (Spencer y Stith, 2018), la intención de no continuar con el proceso judicial tras poner una denuncia (Echeburúa et al., 2008), el aislamiento social (Kelly y Johnson, 2008), el abuso de sustancias o la presencia de psicopatología (Davies et al., 2015; Spencer y Stith, 2018), la presencia de discapacidad (DGVG, 2015), el embarazo o parto reciente (Yakubovich et al., 2018), el maltrato previo por parejas anteriores (Davies et al., 2015) y la justificación de la violencia (Hernández y Morales (2019).

No obstante, hay estudios que no han obtenido estos resultados, y en algunos se han encontrado conclusiones contradictorias. De ahí la necesidad de seguir analizando las variables vinculadas a la víctima que permitan prevenir o intervenir precozmente en casos de violencia contra la pareja, especialmente en la de tipo severo.

En la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), dentro del Programa de Doctorado Derecho y Sociedad, se está analizando la violencia contra la pareja. Se trata del eje central de una tesis doctoral, no solo desde la perspectiva de los maltratadores (examinando aquellas variables vinculadas a estos). Sino también aquellas relacionadas con la víctima, que la colocan en una situación vulnerable, así como aspectos de la relación de pareja.

En breve se publicarán varios artículos con los resultados obtenidos en una investigación que cuenta con datos de más de 20.000 denuncias proporcionadas por los Mossos d’Esquadra. Como adelanto, parte de los resultados obtenidos en esta investigación se presentarán en el XII Congreso Internacional de Psicología Clínica, que tendrá lugar en Santander los días 13-16 de noviembre. Y en el I Congreso Iberoamericano de Política Criminal y Violencias, que se celebrará en San José de Costa Rica los días 18-20 de noviembre (2019).