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Sobre María Giovanna Caprara

María Giovanna Caprara

Doctora en Psicología. Profesora de Evaluación Psicológica, Psicodiagnóstico y Psicogerontología en UDIMA, Universidad a Distancia de Madrid. Ver perfil

María Giovanna Caprara

Los cuidados de las personas mayores en España. Un cambio de perspectiva.

El mundo está en continuo cambio de factores socio-políticos y económicos, e incluso de valores éticos y sociales. Estos cambios están siendo propiciados, en parte, por una sucesión en cadena de acontecimientos con el efecto de una gran bola de nieve, y causados por una gran crisis generalizada y sin precedentes a nivel internacional. Uno de estos efectos, ha sido el que ha impactado directamente sobre la línea de flotación del denominado “estado del bienestar”.

En sociedades desarrolladas como la nuestra, integradas en un modelo social y político global y bajo un marco común económico, como lo es la Unión Europea, este modelo de atención es en el que se sustentaban la gran mayoría de los programas y servicios sociales de atención a las personas en situación de necesidad, y más concretamente, el que ofrece una seguridad en la atención integral de la personas mayores, sobre todo en situaciones de discapacidad y de necesidad de cuidados constantes. La investigación gerontológica en este campo desde hace algunas décadas ha venido recomendado buscar la posibilidad de mantener a las personas mayores que precisen de algún tipo de prestación socio-sanitaria, siempre que fuera posible y cubriendo todas sus necesidades básicas y con una adecuada calidad de vida, en su hogar. La justificación era y es evidente, como en su hogar y rodeados de los suyos, en ningún sitio. La posibilidad de acceder a una residencia, se cotejaba siempre como un último recurso y siempre que no existieran otras opciones de atención  y asistencia adecuadas y orientadas a su ambiente más próximo.

Hoy por hoy este modelo en España está también en proceso de cambio, los datos son significativos y alarmantes; la Unión Europea advierte que, aunque el aumento constante de la esperanza de vida es uno de los logros más importantes de las sociedades modernas, esta tendencia propiciará una significativa presión adicional sobre la economía, la sociedad y la viabilidad de la hacienda pública.

La previsión es que, de mantenerse las políticas actuales, el gasto público derivado del envejecimiento de la población iría en aumento en la UE de aquí al año 2060, en una media de, aproximadamente, 4,75 puntos porcentuales del PIB, especialmente en concepto de pensiones, asistencia sanitaria y cuidados de larga duración. Ese aumento va a ser más acentuado en el sector asistencial debido a la disminución y a la insuficiente cualificación de la mano de obra (Comisión Europea, 2011).

La OCDE (The Organisation for Economic Co-operation and Development), ofrece el siguiente panorama para España (OCDE, 2011):

– El porcentaje de la población de más de 80 años (el 5% en España en 2010), se proyecta que será más del doble en 2050, colocando a España entre los países con mayor número de adultos mayores de la OCDE. La población en edad laboral, como porcentaje del total de la población española, será la quinta menor de la OCDE.

– El gasto público en cuidados de larga duración en España, como porcentaje del PIB, se triplicará e incluso podría crecer hasta 6 veces el gasto actual en 2050.

– España tiene uno de los porcentajes más altos de proveedores de cuidado informal para personas mayores o con discapacidad de la OCDE. La mitad de estos cuidadores proporciona más de 20 horas de atención a la semana, la segunda cifra más alta después de Corea.

– España podría mejorar las medidas para apoyar a cuidadores a conciliar las obligaciones de cuidado con el trabajo. Un cuidado de alta intensidad reduce el empleo y las horas de trabajo en Europa del Sur más que en otras partes de Europa. Los permisos laborales para el cuidado de personas dependiente son menos frecuentes en España que en otros países europeos, excepto en Austria.

– La ley de dependencia de 2006 mejoró el acceso a la atención así como el apoyo a los cuidadores familiares, sin embargo, el coste actual superó las previsiones iniciales. En vista del estrecho entorno fiscal que enfrenta España, será importante otorgar beneficios a aquellos con las necesidades de atención más severas y continuar utilizando medidas focalizadas para determinar el monto de los apoyos otorgados a los dependientes elegibles.

Otros hechos clave que apunta este estudio de la OCDE, son los siguientes:

– Cerca de 17.2% de la población española es mayor de 65 años (OCDE promedio de 15%) y 4.9% es mayor de 80 años (promedio de la OCDE es de 4%).

– España destinó 0.6% del PIB a cuidados de larga duración en 2008, esto es la mitad del promedio en gasto público en cuidados de larga duración de la OCDE (promedio de la OCDE es de 1.2% del PIB).

– El gasto total (público y privado) en cuidados de larga duración se estiman en alrededor del 0.5% del PIB en atención institucional y 0.3% en los servicios de atención recibidos en casa.

– En 2009, el 0.3% de la población mayor de 65 años recibió atención de larga duración en entornos institucionales y en instalaciones médicas, mientras que el 1.2% de este grupo de la población recibió atención en casa.

– España reportó un 4.2% de trabajadores formales de cuidados de larga duración para personas de 65 años y más en 2009.

– Los datos más recientes disponibles en cuánto a camas en residencias de cuidado de larga duración es de 21.3 por 1000 habitantes mayores de 65 años y más para 2006 (Datos de Salud de la OCDE, 2010).

Todos estos aspectos apuntan a la necesidad de buscar un nuevo modelo de atención, como plantea Pilar Rodríguez (Rodríguez, 2011):

“La necesidad de extender y mejorar los servicios de atención viene abonada, además de por los cambios sociales derivados del crecimiento de la esperanza de vida, por los que apuntan hacia un claro debilitamiento y reducción de la red informal de apoyo. Según todas las prospecciones solventes, hay que considerar también tendencias como la independencia en los modos de vida de las personas mayores, el aumento progresivo del número de personas que viven solas, la disminución del número de hijos/as y el incremento consiguiente de personas sin descendencia, el alejamiento de parte de las nuevas generaciones de sus lugares de origen por la inestabilidad de los puestos de trabajo y el efecto de la globalización, etc. Todos estos fenómenos explican la perentoriedad de ofrecer servicios profesionales que ayuden a las personas mayores que se encuentren en situación de fragilidad o dependencia”.

Este nuevo modelo de atención está por construir, pongámonos en marcha cuanto antes para desarrollarlo, pues el futuro de la atención  a las personas mayores en España, y a nivel internacional,  nos apremia.

Bibliografía:

OCDE (2011) España cuidados de larga duración. ¿Busca ayuda? Proporcionar y pagar cuidados de larga duración. Link digital: http://www.oecd.org/health/health-systems/47902750.pdf

Rodríguez, P. (2011) Hacia un nuevo modelo de alojamientos. Las residencias en las que querremos vivir. Actas de dependencia, 3-pag.40. Link digital: http://envejecimiento.csic.es/documentos/documentos/rodriguez-nuevomodelo-01.pdf

Otros Links de interés sobre el tema:

http://www.asister.es/web/items/15/252/jubilo-es-05-05-2011.

V Congreso Nacional de Alzheimer

En el Congreso Nacional sobre la enfermedad de Alzheimer que se va a celebrar del 25-27 de octubre en San Sebastián, la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) quiere participar aportando su seña de identidad, la familiarización y el manejo de las nuevas tecnologías de la información (TICs), como un nuevo método de enseñanza para que los diferentes proprofesionales que trabajan en el ámbito la enfermedad de Alzheimer, puedan estar en contacto directo con los familiares y cuidadores, ofreciéndoles un apoyo virtual, pero cercano y constante, a través de estos nuevos métodos de informar y comunicar, que se desarrollan por medio de una tecnología activa y bidireccional.

http://www.congresonacionaldealzheimer.org/

El miedo del siglo XXI.

En el siglo pasado, el miedo de los ciudadanos de Europa y en gran parte del mundo, se concentraba en las guerras, sobre todo con dos guerras mundiales devastadoras y varias guerras civiles, como las sufridas por España y la antigua Yugoslavia. Hoy por hoy parece que, en parte, hemos superado el miedo a la guerra, por lo menos en Europa y los países implicados en esas horribles contiendas del siglo pasado. En estos días que corren parece haberse instalado en  “el alma” de la mayoría de los ciudadanos,  otro tipo de miedo, el miedo a perderlo todo y desposeerse lentamente de su estatus social y económico. Este es un miedo distinto a la muerte, es un miedo que “va calando” poco a poco hasta inundar y paralizar por completo a las personas. No es un miedo real, sino algo que nos bombardea a diario con imágenes, noticias y sentencias que nos van generando, por anticipación, una serie de situaciones desagradables. Si analizamos el miedo, sabemos que es una respuesta psico-emocional que anticipa acontecimientos desastrosos para la persona y que suele actuar como un bucle que se retroalimenta paralizando y anulando más y más a la persona. A lo largo de la historia de la humanidad ha existido “un poder establecido” cuyo objetivo era mantener a los ciudadanos bajo el yugo del miedo, ya sea con artimañas de poderes ocultos del más allá, o mediante la doblegación, a través del terror de las armas, en manos de “un ser humano”, más humano que nunca, y que obedecía a su innata tiranía de poder sobre los demás. Hoy por hoy ha emergido un tipo de miedo que se ejerce de otra forma, con un estilo de tiranía distinta, pero sin dejar de ser puramente humano, es un miedo que se impone a través de la especulación económica en los mercados bursátiles, blandiendo un escudo de armas muy particular, en el que aparece un mundo sin fronteras, sin límites y sin reglas y, lo que es peor aún, sin ningún tipo de escrúpulo que pueda frenar la práctica de un “libre mercado” que se expande a una velocidad vertiginosa, más rápidamente que cualquier forma de cruzada que pretendiese aniquilar, a lo largo de la historia, al infiel, en este caso económico, y cuya única consigna es enriquecerse sin escrúpulos empobreciendo a personas y países, sin remordimiento alguno y sin reparar en las consecuencias.

El infiel de esta nueva cruzada no puede hacer nada para hacer frente y luchar, y no doblegarse ante el nuevo poder sociopolítico universal, el neoliberalismo extremo, que le ha generado una nueva sensación de indefensión ante uno de los grandes miedos del siglo XXI.

Julio Íñiguez Martínez, 20 de mayo de 2012.

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/05/19/actualidad/1337446569_992887.html

El hijo favorito

La ciencia explica las causas y consecuencias del favoritismo paternal.

Ana Pérez – 22/12/2011 Revista QUO: http://www.quo.es/ciencia/psicologia

Orden de nacimiento

Según los expertos, los hijos mayores son los que más posibilidades tienen de ser los elegidos. ¿La razón? Que son aquellos a los que más atención han dado los padres mientras son hijos únicos, en cuyo desarrollo han puesto más interés, en su aprendizaje, etc. Después, los más pequeños también suelen ser favorecidos. Los que menos: los medianos.

«El 95% de los padres tiene un hijo preferido, y el otro 5% miente”, asegura Jeffrey Kluger, autor de The Sibling Effect: what the bonds among brothers and sisters reveal about us (El efecto fraterno: lo que los vínculos entre hermanos y hermanas dicen de nosotros), un artículo publicado en la revista Time en noviembre y cuyo contenido ha creado un gran revuelo. En él, Kluger desarrolla las claves de lo que denomina “la ciencia del favoritismo”, avalada por investigaciones recientes. En un estudio llevado a cabo por Catherine Conger, profesora de Desarrollo Humano y Comunitario de la Universidad de California en Davis, reunió a un grupo de 384 pares de hermanos y a sus padres, y los observó tres veces durante tres años. Les preguntó sobre su relación y grabó en vídeo cómo reaccionaban ante los conflictos. Al final, concluyó que el 65% de las madres y el 70% de los padres exhibían una clara preferencia por uno de sus hijos, normalmente el más mayor. Y eso que estas cifras podrían estar sesgadas a la baja, al saberse observados por un experto.

Para Victoria del Barrio, profesora de Psicología de la Personalidad de la UNED: “Los estudios indican que siempre hay un hijo que tiene más atención o admiración por parte de los padres. Estos se harían desollar vivos antes de reconocerlo, pero cuando hablas con los hermanos, lo reconocen y normalmente están de acuerdo en quién es el favorito. Incluso desde un punto de vista legal, buceando en las herencias de las familias, también se ve que hay un hijo más beneficiado que los demás. Al fin y al cabo, el preferir a una persona sobre otra es una constante en todas las relaciones humanas”. Pero ¿a qué se debe?

Según el propio Kluger, el favoritismo paterno tiene una finalidad puramente evolutiva: “Ya que la familia no tiene otro objetivo más que el de hacer perdurar nuestra especie en las generaciones siguientes. Por eso, el acto narcisista de reproducirnos impulsa a los padres en favor del hijo mayor, el más saludable y el que tendrá más éxito reproductor”.

Y algo que apoyaría esta tesis es el hecho de que en la naturaleza también se da. “El favoritismo parental es muy frecuente, sobre todo en animales cuyo período de crianza es prolongado, como los mamíferos en general y primates en especial”, asegura Fernando Peláez, experto en Psicología Biológica de la Universidad Autónoma de Madrid.

Para Del Barrio, sin embargo, el favoritismo tiene una razón más social: “Tanto en el núcleo social familiar como en otros núcleos sociales siempre hay una lucha por el poder. En la familia, el objeto de deseo es el amor de los padres porque tenerlo permite tener acceso al poder”. Pero ¿cuáles son las razones por las que se elige a un hijo sobre otro?

La niña bonita

Un factor importante a tener en cuenta es la personalidad. La que se amolde más a las de los padres tiene más posibilidades de ser favorecida. Si se trata de un padre autoritario, es más fácil que congenie con un hijo obediente que con uno contestatario. Así, los padres se sienten más cómodos con los hijos con los que tiene mejor comunicación emocional”, explica Del Barrio.

Otro factor que Kluger apunta en su artículo es el de la belleza. No en balde, en castellano cuando nos referimos al hijo favorito hablamos de la niña o el niño bonito. Catherine Salmon, psicóloga experta en relaciones fraternales de la Universidad de Redlands en California, asegura: “La heurística general nos hace creer que las cosas más bellas son también las más saludables, las mejores”. Esto es algo que ocurre en todo tipo de relaciones personales; también en el trabajo y entre los amigos. Los más guapos suelen tenerlo más fácil.

Pero en realidad, lo que subyace a todo esto, según Del Barrio, son las expectativas. “Todos los padres generan ciertas expectativas sobre sus hijos. Si estos las cumplen, es más fácil que sean admirados y aceptados por los padres. Así es como unos individuos se van posicionando mejor que otros”, apunta.

Una investigación publicada en la revista Human Nature en 2009 sobre quiénes suelen ser los favoritos del padre y de la madre concluyó que en la mayoría de los casos los candidatos de la madre eran los primogénitos varones, y los del padre eran las hijas más pequeñas.

Cuestión de sexo “Efectivamente, los padres tienen más afinidad con las hijas y las madres con los hijos. En mi opinión, el sexo no está en la base de la explicación, como pensaba Freud, pero sí lo está con las expectativas”, afirma Del Barrio.

Y es que parece que los padres valoran especialmente los logros en disciplinas relacionadas habitualmente con el sexo opuesto. “Así, la madre valorará especialmente la vena poética de su vástago, mientras que el padre hará lo propio con el máster en negocios de su pequeña”, apunta Kluger en Time.

El sexo es especialmente determinante en las familias con tres hijos. En principio, el primero y el último siempre tienen más posibilidades de caer en gracia. Pero en una familia con tres hijos, si hay dos de un sexo y uno de otro, este será el que se lleve el gato al agua.

Yo soy la mediana de una familia de tres chicas, y aunque sí es cierto que durante mi adolescencia (muy convulsa, la verdad) me sentí a ratos incomprendida, con el tiempo he entendido que esto no era más que fruto de las diferencias que había entre nosotras. Yo era una niña algo distraída y como, además, tenía mucha facilidad para aprender, lo dejaba todo para el último día. Mi hermana mayor, por ejemplo, era mucho más constante y trabajadora que yo. Así que, aunque ella sacara peores notas, mis padres sabían que había hecho todo lo que podía y yo no. Pero nunca me sentí rechazada, ni tengo recuerdo alguno de haberme tenido que esforzar para obtener el amor de mis padres.

Sin embargo, algunas teorías explicarían mi caso personal con la existencia de una predilección por el hijo mayor en mi detrimento, la mediana o “niña sándwich”. Y es que parece que el orden en que hayas nacido también influye en esto del favoritismo.

Yo llegué primero

Ya hemos dicho que en muchos casos el favorito tiende a ser el primogénito. ¿Por qué?

Pues hay toda una literatura científica que corrobora que el orden de nacimiento influye, y mucho, en la relación con los padres y, por extensión, en la personalidad y el favoritismo. El punto de inflexión en este tema lo marcó la publicación de Born to Rebel (Nacido para rebelarse), el libro del profesor de Berkeley Frank J. Sulloway en el que ratifica que los hermanos compiten por el favor de los padres. Su aportación en este punto es que, según él, las estrategias que utiliza cada uno para conseguirlo es lo que conformará su personalidad en el futuro. Así, por ejemplo, los mayores suelen ser más conservadores, respetuosos con las expectativas y los valores paternos, y perfeccionistas. Los medianos suelen tardar más en saber lo que quieren hacer con su vida, pero son más sociales, y los pequeños suelen ser más bohemios, independientes y encantadores. De modo que, según este reparto, es evidente por qué el mayor suele ser el elegido.

Además, hay estudios científicos que demuestran que los primogénitos tienen un cociente intelectual (CI) 2,3 puntos por encima del segundo. Esto se debe sobre todo a la cantidad de dedicación que los padres le ofrecen mientras es hijo único, lo que supone sin duda una mayor oportunidad de desarrollo. En definitiva, los padres han puesto tanto esfuerzo en este hijo que es normal que sea su preferido. Sin embargo, ¿qué consecuencias tiene el favoritismo en los hijos, tanto en el elegido como en los “desfavorecidos”?

Consecuencias en la edad adulta

Según Ellen Libby, psiquiatra y autora del libro El hijo favorito: “Estos niños crecen experimentando la confianza de haberse ganado el favor paterno. Así no hay reto que se les resista. Y por eso se creen con el derecho a tener lo que quieren cuando quieren, y no esperan consecuencias negativas de su comportamiento.

Cuando Bill Clinton era presidente, la gente se preguntaba por qué puso en peligro su carrera por tener una relación con Monica Lewinsky. La respuesta es simple: él era el hijo favorito de su madre, así que se creyó con el derecho de conseguir lo que quería y no pensó en las consecuencias”. Por eso, según la propia Libby, es importante que los padres eviten esto, que les deparen las mismas consecuencias que a sus hermanos.

Del Barrio apunta: “Los favoritos superprotegidos suelen convertirse en inmaduros que, cuando salen al exterior, perciben el mundo como hostil”. Por su parte, los “desfavorecidos” crecen creyéndose no merecedores del amor de sus progenitores, lo que les causa secuelas más o menos importantes incluso en la edad adulta.

Los no elegidos, si digieren la situación con normalidad, serán más independientes y resolutivos que sus hermanos preferidos.

Sin embargo, si se ha creado en ellos un sentimiento de resentimiento, esto puede crearles problemas en sus relaciones sociales futuras”, según Victoria del Barrio. Clare Stoker, del departamento de Psicología de la Universidad de Denver, realizó una investigación en 136 pares de hermanos y determinó que: “Los que se sentían menos queridos eran más propensos a desarrollar ansiedad, baja autoestima y depresión en su madurez”.

Y es que una de las cosas que más mina la vida afectiva de los adultos es la hostilidad paterna. Tu esperas que tus padres te quieran, y cuando sientes que no es así porque te tratan con desprecio, indiferencia, etc., las consecuencias son muy graves”, sentencia del Barrio. Pero no todo es blanco o negro. Hay casos en los que el favoritismo cambia según la etapa vital, y otras en las que el que haya un hijo favorito no interfiere en el amor entre padres e hijos. “No creo que los padres deban preocuparse por tener un hijo favorito, sino más bien por cómo lo están educando”, asegura Libby.

Hay un término medio

Hace poco, una madre me reconocía haber tenido momentos de mayor conexión con uno de sus hijos que con el otro. “Por ejemplo, cuando me separé, identificaba a mi hijo con su padre y esto me produjo un gran conflicto interior. Sin embargo, su hermana era toda dulzura y resultaba mucho más fácil la convivencia con ella. Años después, en el inicio de la adolescencia, fue al contrario: mi hija comenzó a tener un comportamiento más rebelde, y entonces fue con su hermano con quien me sentía más a gusto”. Este es un ejemplo estupendo de lo que la doctora Libby denomina “favoritismo de rotación”. “Cuando el sentimiento de favoritismo

rota de un hijo a otro es más probable que no haya consecuencias. Los niños saben que llegará su turno, así que el privilegio de la posición será compartido”, asegura.

Por otra parte, los niños que se sienten queridos y valorados por sus padres, aunque sepan que no son los favoritos, no tienen problemas. Si hacemos diferencias entre amigos, etc., ¿cómo no vamos a hacerlas entre nuestros hijos? En mi caso, como he dicho, no creo que hubiese una preferida, pero sí había diferencias de trato, y evidentemente cada uno de mis progenitores se entiende mejor con una de nosotras que con las otras. “Pero las diferencias no son negativas, siempre que no sean excluyentes”, afirma Libby.

Por último, actualmente en España hay una media de 1,3 hijos, por lo que existe menos probabilidad de que se dé favoritismo como tal.

Nuevos tiempos

Pero hay más hijos únicos, que son los favoritos por excelencia”, apunta Del Barrio. Y sigue: “Entre la píldora y la reproducción asistida se está produciendo un cambio en la dinámica familiar aún por estudiar. De lo que sí hay ya mucha literatura científica en EEUU es sobre la convivencia en un mismo hogar de hijos de uniones anteriores de ambos padres con hijos comunes, o de hijos propios con adoptivos de diversas procedencias.

Esto sí que es un mosaico enorme. Por ejemplo, se ha visto que las chicas aceptan mucho peor las nuevas parejas de sus padres y a sus nuevos hermanos que los chicos. Y todavía se están determinando los problemas derivados en estos casos”, termina Victoria del Barrio. Pero esto es otra historia…

Violencia hacia los ancianos

Como ha aparecido recientemente en diferentes medios de comunicación, más de cuatro millones de ancianos padecen violencia física cada año en Europa (aproximadamente unas 10.000 agresiones diarias), 29 millones son sometidos a abusos psicológicos y alrededor de 2.500 mueren a manos de algún familiar y/o cuidador, según el Informe Europeo sobre la Prevención del Maltrato en Personas Mayores realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El abuso y maltrato a las personas mayores, y la consideración del mismo como un problema social, es el último descubrimiento de lo que puede definirse como violencia familiar. Los malos tratos y abusos también se producen en el entorno institucional. Aunque en general las causas son similares a las que se presentan en otros grupos de edad, algunas son especificas. Su etiología es de naturaleza tan compleja que deben incluirse factores biológicos, sociales, ambientales, familiares y culturales.

La Unión Nacional de Asociaciones Familiares ha señalado tres tipos de violencia contra las personas mayores, violencia psíquica, violencia sexual y violencia física. Asimismo, existen los abusos económicos, como el fraude y el hurto o el robo de fondos o bienes que pertenecen a la persona mayor. En cuanto a los tipos de maltrato, suelen considerarse los siguientes: negligencia física, maltrato emocional o psicológico, abuso económico y abuso sexual. En centro Reina Sofía para el estudio de la violencia, en un estudio financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia (Bazo, 2001), pone de manifiesto que el maltrato a personas mayores de ha aumentado en España, entre el año 1995 y el 2001, en un 110%, produciéndose el número mayor de casos en el seno de la familia, y estas cifras se incrementan, pues las cifras de su incidencia van aumentando año tras año.

Cerca de 8.300 personas mayores de 60 años mueren de homicidio anualmente en Europa. El 90% de estos fallecimientos   se producen en países con pocos ingresos o medios. El 30% de ellos, unos 2.500, además sufrieron maltrato.

En España, 2401 personas fueron encuestadas en casa mediante entrevistas realizadas cara a cara, el resultado muestra que un total del 0,8% ha sufrido maltrato físico en 2010. Abuso psicológico, un 0,3%. Por negligencia -malos cuidados o ignorancia absoluta del mayor-, un 0,3%. Entre las menos se encuentran las causas económicas con un 0.2% y maltratados sexualmente, un 0.1%.

Para más noticias leer el articulo en la siguiente página:

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Cerca/10000/ancianos/maltratados/Europa/dia/elpepusocsal/20110627elpepusoc_10/Tes

En honor de los débiles

Los recientes acontecimiento me llevan a escribir sobre los débiles (y de paso sobre los fuertes). En Japón, miles de personas han sufrido los efectos de un terremoto y de un tsunami, pero hablamos sobre todo del destino de las centrales nucleares. Podría pensarse que nos mueve el interés por su destino, porque la radiación nuclear se magnifica ante las demás desgracias. Sin embargo tengo la sospecha de que no es así, no es una preocupación altruista. Más bien nos preocupa nuestro futuro como un continente donde existen docenas de centrales nucleares que imaginamos que pueden encontrarse el mismo estado que las japonesas. Los ciudadanos afectados por desastres que llamamos “naturales” son menos importantes que la remota posibilidad de que algún día nos ocurra un accidente nuclear a nosotros mismos, pues las condiciones en las que ha sucedido el desastre nuclear en Japón dista mucho de que pueda reproducirse en Europa, ya que las condiciones geofísicas son muy distintas. Pero a lo que íbamos, las víctimas y afectados de los que no se ha hablado tanto en Japón, son personas débiles, fuertes de espíritu, pero desprotegidas ante la imprevisible y desmedida fuerza de la naturaleza, son personas que han sufrido los rigores de la naturaleza desmandada sin saber de dónde o por qué merecían tal castigo. Esas, en realidad son las personas que merecen nuestra atención y solidaridad, las víctimas más débiles.
Pero existe otro efecto colateral, la atención mundial ha dejado de interesarse por lo que ocurre en Libia. Allí los débiles saben a quien hacer responsable de su desgracia, quien está detrás de ese fuego que cae del cielo, la mano que empuña las armas que explotan, matan y anonadan. Se trata de un hombre fuerte, un déspota que además ha gozado del beneplácito de muchos gobernantes europeos que destacan por su sonrisa, liberalidad, y talante democrático. Durante unos días pensaron que ese hombre fuerte podía perder y jugaron a apostar por la oposición. Sin embargo se produjo un acontecimiento más relevante, no el terremoto recordadlo, sino el fallo de las centrales nucleares. Hará falta más petróleo, mucho más petróleo. Tal vez por eso ahora callan, o hacen declaraciones inútiles que nos avergüenzan a todos. Mejor un déspota que el desorden que podría poner en tela de juicio nuestros intereses, piensan algunos. El cinismo es un valor muy difundido, mientras tanto los débiles sufren.