Archivos de Autor: Ana Lacasa

Captura del tráiler. https://www.youtube.com/watch?v=3VZa6KAxE1I

La complejidad de la mente en la gran pantalla, las mejores películas sobre psicología

La psicología es una ciencia fascinante que nos permite adentrarnos en los rincones más profundos de la mente humana. A lo largo de la historia del cine, numerosas películas han abordado temas psicológicos de manera magistral, ofreciendo una visión única de los trastornos mentales, la psicoterapia y la complejidad de la condición humana. A continuación, presentamos una selección de las mejores películas sobre psicología, que han dejado una huella duradera en la industria del cine y en la conciencia colectiva.

El club de la lucha (1999) 

Dirigida por David Fincher y protagonizada por Edward Norton y Brad Pitt, esta película es un viaje alucinante al mundo de la psicología y la identidad. El protagonista sufre de insomnio y encuentra alivio en las sesiones de terapia grupal lideradas por un carismático personaje interpretado por Brad Pitt. La trama se desarrolla a través de una serie de giros sorprendentes que cuestionan la percepción de la realidad y exploran la dualidad de la naturaleza humana.

Una mente maravillosa (2001)

Esta película, dirigida por Ron Howard, consiguió el máximo galardón cinematográfico, el de mejor película en los Oscar, donde también se premió a su director. Cuenta la historia real de John Nash, interpretado por Russell Crowe, un brillante matemático que lucha contra la esquizofrenia. La película muestra el impacto de los trastornos mentales en la vida personal y profesional de Nash, así como su lucha por encontrar la estabilidad emocional y aceptar su condición. Destaca por su poderosa actuación y su enfoque realista en la psicopatología.

El silencio de los corderos (1991)

La mente de un asesino en serie es la base de esta película dirigida por Jonathan Demme, e interpretada Jodie Foster que hace de Clarice Starling, una joven agente del FBI que busca la ayuda del famoso asesino en serie Hannibal Lecter, interpretado por Anthony Hopkins, para capturar a otro peligroso criminal. La relación entre Starling y Lecter ofrece una fascinante exploración de la psicología criminal y las motivaciones humanas más oscuras.

Origen (2010) 

A pesar de que es una película de ciencia ficción, esta película, dirigida por Christopher Nolan, lleva al espectador a un mundo de sueños dentro de sueños. Leonardo DiCaprio interpreta a un ladrón de ideas que utiliza la psicología y la manipulación de la mente para infiltrarse en los sueños de otras personas. Es una película brillante y compleja, que se tiene que ver más de una vez, ya que combina una trama intrincada con efectos visuales impresionantes, ofreciendo una reflexión sobre la naturaleza de la realidad y los límites de la percepción humana.

El cisne negro (2010)

Dirigida por Darren Aronofsky, esta película sigue la vida de Nina Sayers, interpretada por Natalie Portman, una bailarina obsesionada con la perfección que lucha contra sus propios demonios internos. La película aborda temas como la presión psicológica, la autodestrucción y la dualidad de la personalidad para ofrecer una mirada intensa y perturbadora al mundo de la psicología. A medida que Nina se sumerge en su papel principal en «El Lago de los Cisnes», su salud mental comienza a deteriorarse, llevándola al borde de la locura. La interpretación magistral de Natalie Portman captura la fragilidad y la oscuridad de la mente humana, y la película destaca por su representación visualmente impactante de la lucha interna de la protagonista.

Memento (2000) 

Es uno de los clásicos del cine psicológico, que parece ser el fetiche de Christopher Nolan, que dirige esta película que trata de la historia de Leonard Shelby, interpretado por Guy Pearce, un hombre con amnesia anterógrada que busca vengarse del asesino de su esposa. La narrativa se presenta en un orden no lineal, reflejando la confusión y el desafío mental que enfrenta el protagonista. Es una película que examina la naturaleza de la memoria y la construcción de la identidad, planteando preguntas fascinantes sobre cómo nuestras experiencias moldean nuestra percepción de la realidad.

Alguien voló sobre el nido del cuco (1975) 

Dirigida por Miloš Forman y basada en la novela de Ken Kesey, esta película icónica protagonizada por Jack Nicholson cuenta la historia de Randle McMurphy, un hombre que finge estar loco para escapar de la cárcel y termina en un hospital psiquiátrico. La película examina la dinámica de poder en el sistema de salud mental y cuestiona las normas sociales establecidas. Se trata, por tanto, de un poderoso drama que pone de relieve los dilemas éticos y la lucha por la autonomía personal.

TOC (2002)

El cine español también ha abordado el tema de la psicología y de los problemas mentales. Una de esas películas es esta, dirigida por Vicente Villanueva, que aborda el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) de manera humorística y conmovedora. A través de un grupo de personajes con diferentes manifestaciones de TOC, la película ofrece una visión comprensiva y empática de esta condición psicológica. Con un elenco talentoso que incluye a Paco León y Alexandra Jiménez, destaca por su capacidad para combinar el entretenimiento con una reflexión profunda sobre la vida cotidiana con un trastorno mental.

Shutter Island (2010) 

Martin Scorsese dirige esta película protagonizada por Leonardo DiCaprio, que transporta al espectador a una isla remota que alberga un hospital psiquiátrico para criminales dementes. DiCaprio interpreta a un agente federal que investiga la desaparición de una paciente. A medida que profundiza en la trama, su propia cordura se pone a prueba y se ve envuelto en una intrincada red de engaños y trastornos mentales. Se trata de un thriller psicológico que mantiene al espectador en vilo mientras se adentra en los rincones más oscuros de la mente humana.

Problemas, cómo enfrentarse a ellos sin abrumarse

La vida está llena de problemas, pero como bien se dice, si tiene solución, no es realmente un problema. Y ahí está la clave, saber resolver estos problemas que se van encontrando en el día a día, como esos pequeños obstáculos que se ponen delante para conseguir las metas o la de solventar alguna situación incómoda que aparece por el camino.

Resolver problemas es toda una habilidad, y se puede entrenar. Y se tiene que hacer a través de una serie de estrategias para poder enfrentarse a estos problemas con confianza y obteniendo resultados satisfactorios. 

Ante todo, hay que tener una mentalidad abierta y flexible. Al enfrentarse a un problema, es crucial alejarse de enfoques rígidos y estar dispuesto a considerar diferentes perspectivas. Mantener la mente abierta permite explorar múltiples soluciones posibles y abre la mente a nuevas ideas. Además, estar dispuesto a adaptar nuestros enfoques según sea necesario ayuda a evitar obstáculos y superar dificultades inesperadas.

Una estrategia fundamental para resolver problemas de manera efectiva es dividirlos en partes más pequeñas y manejables. Al descomponer un problema complejo en elementos más simples, se vuelve más fácil abordarlos individualmente y encontrar soluciones. Este enfoque también ayuda a identificar las causas raíz de un problema y a generar ideas más claras sobre cómo resolverlo. Y así la persona que se enfrenta a ellos no se ve desbordada por el cúmulo que hay, sino que va enfrentándose a ellos según las prioridades que se otorguen y conforme se vayan solucionando, se irá progresando más adecuadamente. 

La capacidad para analizar y evaluar la información relevante es otro aspecto crucial de la resolución de problemas. Antes de tomar medidas, es importante recopilar datos pertinentes y analizarlos de manera objetiva. Por tanto, se tiene que examinar diferentes fuentes de información, considerar diversas perspectivas y evaluar la validez y confiabilidad de los datos disponibles. Al basar las decisiones en información sólida y precisa, se aumentan las posibilidades de encontrar soluciones efectivas.

Del mismo modo, es importante fomentar la creatividad en el proceso de resolución de problemas. La capacidad para pensar de manera innovadora y generar ideas fuera de lo común puede abrir nuevas vías de solución. Así, hay que tener en cuenta una de las técnicas más útiles para estimular la creatividad, que es el pensamiento lateral, que implica abordar un problema desde ángulos no convencionales y buscar conexiones inesperadas. Además, la utilización de técnicas de lluvia de ideas puede ayudar a generar múltiples ideas y luego evaluarlas para identificar las más prometedoras.

La práctica también desempeña un papel fundamental en la mejora de la habilidad para resolver problemas. Cuanto más nos enfrentemos a desafíos y busquemos soluciones, más se afianzan nuestras habilidades. La confianza en uno mismo es vital para poder resolver problemas y conforme se van resolviendo aquellos más pequeños, se va ganando en confianza y en espíritu crítico para abordar otros problemas mayores. La experiencia es, por tanto, un punto a nuestro favor. 

Por último, es importante destacar la importancia de la colaboración y el trabajo en equipo en la resolución de problemas. Al compartir ideas, conocimientos y habilidades con otras personas, se obtiene una perspectiva más amplia y se pueden encontrar soluciones más completas. La capacidad para comunicarse eficazmente, escuchar activamente y trabajar en equipo es fundamental para aprovechar al máximo el potencial colectivo y resolver problemas de manera eficiente.

Los problemas, a veces, llevan a una persona a sentirse desbordada, al no poder acceder a una solución que pueda servirle. Pero solo hay que sentarse a pensar, planificar, ver el problema en toda la dimensión y así valerse de estas estrategias para poder conseguir una solución. Y cuando se logra, todo lo demás va solo, y, además, la experiencia que se consigue al hacerlo es un punto más para poder resolver los que vayan llegando a lo largo de la vida. 

TOC, qué pasa en el cerebro de una persona con este trastorno

Seguir a rajatabla rituales, hasta el punto de no poder descansar o volver a empezar de nuevo si es que se ha perdido alguno de los pasos. Esa es la vida de una persona que sufre del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y que está condicionado por una serie de obsesiones con diferentes aspectos de la vida que generan una ansiedad extrema. 

Y es que el TOC es un trastorno mental que se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones recurrentes y persistentes. Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos no deseados que generan ansiedad intensa y que se experimentan como intrusivos e inapropiados. Por otro lado, las compulsiones son comportamientos repetitivos o actos mentales que se realizan en respuesta a las obsesiones con el fin de reducir la ansiedad o prevenir un evento temido.

Este trastorno no tiene edad, ni género, ya que puede afectar a personas de todas las edades, generando un impacto significativo en su funcionamiento diario, relaciones interpersonales y calidad de vida en general. Los casos más conocidos tienen que ver con el miedo a cualquier tipo de contaminación, ya sea de bacterias como de virus, algo que se acrecentó con la pandemia del coronavirus, pero también hay gente que experimenta obsesiones excesivas por el orden o la simetría, pensamientos agresivos o sexuales no deseados, y dudas constantes. Las compulsiones más frecuentes son la limpieza excesiva, el lavado de manos repetitivo, el orden compulsivo, la comprobación constante de puertas o aparatos eléctricos, y la repetición de palabras o frases en la mente.

Un equipo liderado por los investigadores de la Universidad de Cambridge, Marjan Birria y Trevor Robbins, han dado algunas claves más sobre este trastorno que puede afectar seriamente a las personas. En concreto, estos investigadores han publicado un artículo titulado “Cortical glutamate and GABA are related to compulsive behaviour in individuals with obsessive compulsive disorder and healthy controls” en la revista Nature Communications.

En este artículo, los científicos han encontrado un desequilibrio en los niveles de dos neurotransmisores, glutamato y GABA, en dos áreas concretas del cerebro, por lo que puede ser la base de estos comportamientos compulsivos.

Se espera que este descubrimiento pueda ser utilizado para buscar nuevos tratamientos que puedan ayudar a las personas que sufren este trastorno a mejorar su calidad de vida, centrándose en tratamientos neuromoduladores destinados a reequilibrar los niveles de neurotransmisores. 

Pero hasta ahora, el tratamiento del TOC se basa en enfoques terapéuticos combinados, que incluyen terapia cognitivo-conductual (TCC) y medicación. La TCC es una forma de psicoterapia que se centra en identificar y desafiar los pensamientos distorsionados y las creencias irracionales asociadas con el TOC. Esto se logra a través de técnicas como la exposición y prevención de respuesta (EPR) y la reestructuración cognitiva. La EPR implica exponer gradualmente a la persona a situaciones que desencadenan sus obsesiones, mientras se les enseña a resistir la realización de las compulsiones. La reestructuración cognitiva se enfoca en identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos o poco realistas.

La medicación también puede ser parte del tratamiento del TOC. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son los medicamentos más comúnmente recetados para el TOC. Estos medicamentos aumentan los niveles de serotonina en el cerebro, lo que puede ayudar a reducir los síntomas obsesivo-compulsivos. Sin embargo, cada individuo es único y la respuesta a la medicación puede variar, por lo que es importante trabajar de cerca con un médico para encontrar el medicamento y la dosis adecuada.

Algunas personas pueden beneficiarse de otros enfoques complementarios, como la terapia de grupo, la terapia familiar o técnicas de relajación, como la meditación y la respiración profunda. Estos enfoques pueden brindar apoyo adicional y ayudar a las personas a desarrollar estrategias para manejar el TOC en su vida diaria.

Es importante destacar que el TOC es un trastorno crónico, como si fuera un círculo vicioso, ya que se va retroalimentando. El tratamiento, por tanto, puede requerir tiempo y paciencia. Sin embargo, muchas personas con TOC pueden lograr una reducción significativa en sus síntomas y mejorar su calidad de vida con el tratamiento adecuado. Es fundamental buscar ayuda profesional si se sospecha de la presencia de TOC, ya que un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado pueden marcar una gran diferencia en la vida de las personas que padecen este trastorno.

Es fundamental que el tratamiento del TOC sea llevado a cabo por profesionales capacitados en salud mental, como psicólogos o psiquiatras, que tengan experiencia en el tratamiento de trastornos de ansiedad. Estos especialistas realizarán una evaluación exhaustiva de los síntomas y trabajarán en estrecha colaboración con el individuo para desarrollar un plan de tratamiento personalizado.

Además del tratamiento profesional, el apoyo y la comprensión de familiares y amigos son fundamentales para las personas con TOC. La paciencia, la empatía y el respeto son clave para brindar un entorno de apoyo y comprensión. La educación sobre el trastorno puede ayudar a los seres queridos a comprender mejor los desafíos que enfrenta la persona con TOC y les permite brindar un apoyo significativo en su proceso de recuperación.

Pirómanos, qué lleva a una persona a provocar incendios forestales

Este año ha sido un año de grandes incendios forestales. Durante el verano, en las orillas del Mediterráneo, han ardido miles de hectáreas en diferentes partes, desde Grecia, hasta Italia y Argelia. En muchos casos, los incendios forestales son causados por causas que se desconocen, pero otros se sospecha de la actividad humana al encender barbacoas en el bosque o incluso algún desaprensivo que se encarga de encender diversos focos para que así el incendio sea incontrolable. Estas personas podría decirse que sufren de un trastorno psicológico específico conocido como pirómano. 

De hecho, a finales de julio, en la región italiana de Calabria, un dron consiguió grabar e identificar la actuación de un pirómano que causó un incendio en medio de un cañaveral. fue en la localidad de Curinga, en los campos junto a la playa y el hecho fue dado a conocer por el presidente de la región, Roberto Occhiuto, que compartió un video en redes sociales grabados por los drones del Proyecto Tolerancia Cero de Calabria en donde se ve al hombre encender el fuego entre los matorrales e incluso atacando al dron cuando se dio cuenta de que lo tenía encima. 

Pero ¿qué mueve a un pirómano para actuar como lo hace? El término «pirómano» proviene del griego «pyr» (fuego) y «mania» (locura), y se refiere a una persona que experimenta una compulsión incontrolable y recurrente de provocar incendios intencionadamente. Los pirómanos presentan una tendencia a sentir una atracción patológica hacia el fuego, lo que los impulsa a encenderlo repetidamente, independientemente de las consecuencias devastadoras que puedan resultar.

El perfil de un pirómano puede variar, pero generalmente involucra a individuos que enfrentan trastornos psicológicos subyacentes, como la conducta antisocial, trastornos de personalidad, problemas de control de impulsos y, en algunos casos, antecedentes de abuso de sustancias. Estos individuos a menudo experimentan un aislamiento social y una incapacidad para relacionarse con los demás, lo que puede empeorar sus impulsos destructivos.

La motivación detrás de los actos de un pirómano puede ser compleja. Algunos buscan una sensación de poder y control sobre su entorno, mientras que otros pueden utilizar el fuego como una vía para expresar frustraciones o liberar tensiones emocionales. La excitación que experimentan al ver las llamas arder puede actuar como un refuerzo para su comportamiento, reforzando así su deseo de encender más incendios.

Cuando un pirómano enciende un fuego y ve las llamas propagarse, puede experimentar una sensación de euforia o gratificación, lo que a su vez alimenta su necesidad compulsiva de repetir el acto. A menudo, se sienten fascinados por la destrucción y la belleza destructiva del fuego, lo que puede aumentar su atracción hacia este comportamiento.

El tratamiento de los pirómanos puede variar según la gravedad del trastorno y las circunstancias individuales. En muchos casos, se requiere una intervención psicológica intensiva que incluya terapia cognitivo-conductual para abordar los patrones de pensamiento disfuncionales y aprender habilidades de control de impulsos. El uso de medicación puede ser considerado en ciertos casos para ayudar a tratar problemas subyacentes, como la ansiedad o la depresión.

En cuanto a la legislación, en la mayoría de los países existe una regulación específica para castigar los delitos relacionados con incendios provocados. Las penas varían según la jurisdicción y la gravedad del delito, pero pueden incluir sanciones económicas, servicio comunitario, libertad condicional o penas de prisión significativas. En España, en concreto, las penas por piromanía varían según la gravedad del delito, que está tipificado como tal en el Código Penal. Las penas para los pirómanos pueden ser de prisión de entre uno y cuatro años, dependiendo de la gravedad del incendio o si causa daños materiales o personales. En los casos más graves, la legislación estipula penas de diez años o más. Además de las penas de prisión, las personas condenadas por piromanía también pueden ser condenadas a pagar multas y a ser inhabilitadas para ciertos trabajos.

La pregunta está ahora en cómo se pueden prevenir los incendios forestales causados por estas personas. Lo primero sería la educación de la población en general, sobre los peligros del fuego y los riesgos de la piromanía, así como vigilar los bosques y zonas de riesgo de incendio. También es importante que si se conoce a alguien que pueda tener este trastorno que busque ayuda de profesionales para tratarlo adecuadamente.

Asimismo, es importante que se dispongan de equipos de extinción de incendios y de personal entrenado para su uso, y desarrollar planes de evacuación en caso de incendio. 

En cualquier caso, hay que recordar que los pirómanos sufren de un trastorno psicológico y que como tal requieren de atención médica especializada. 

Ansiedad, estrés y depresión son los trastornos más afectados por las altas temperaturas

Cuando el verano aprieta, cuando el calor se hace insoportable, el carácter de las personas irremediablemente cambia. Y eso que el verano suele ser una época muy positiva para el ánimo de las personas, ya que se sale más al aire libre, hay más horas de luz y mejora el humor en general. Pero el calor puede conducir al malestar psíquico e incluso actuar de manera negativa en determinadas personas, que se vuelven más irascibles al estar incómodas por las altas temperaturas o al tener que estar más tiempo en casa por no poder salir a la calle con el calor que hace. Los trastornos que se ven más afectados por las altas temperaturas estarían relacionados con la ansiedad y el estrés, así como los vinculados a estados de ánimo, como la depresión.

Según el doctor Víctor Navalón, psiquiatra del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, “el calor elevado y duradero en el tiempo, típico de una ola de calor, afecta a nivel psíquico al disminuir las emociones positivas e incrementar las negativas como la irritabilidad, apatía, mal humor, confusión, estrés y desánimo”.

El doctor ha recalcado la importancia de que “en el caso de que la persona que sufra algunos de esos trastornos se vea especialmente afectada, la recomendación es que acuda a su especialista para que lo evalúe y adopte las decisiones terapéuticas que pueda considerar adecuadas para reequilibrar su estado”.

Para el profesional, “la salud mental con temperaturas superiores a los 35 grados cambia, aumentando la irritabilidad, la frustración, el mal humor e incluso los crímenes y la violencia”, añadiendo que “casi un 20 por ciento de la población se siente más irritada, fatigada y menos productiva”.

El calor extremo afecta a la calidad del sueño. Con las altas temperaturas, dormir por la noche es una misión imposible, y se producen despertares debido a la incomodidad que se pueda estar sufriendo. El doctor ha señalado que “la pérdida del sueño es otro efecto de la temperatura alta y la falta de sueño puede empeorar la depresión, la ansiedad y los trastornos del estado de ánimo y afectar profundamente la cognición”. El profesional también ha señalado que puede tener el potencial de disminuir las habilidades de afrontamiento.

A medida que aumenta la temperatura en el ambiente, la duración de los ciclos del sueño se acorta. Además, una mayor temperatura corporal hace que el cerebro genere menos melatonina, la hormona que segrega el cuerpo humano y que actúa como reguladora y precursora del sueño, fundamental para dormir bien. “Por tanto, el dormir bien afecta al rendimiento físico y cognitivo, por lo que la productividad disminuye con las altas temperaturas siendo menos eficaces y mostrando déficits para mantener la atención y la concentración”, ha afirmado el doctor.

Entre las recomendaciones que comenta el doctor Navalón la primera es favorecer a los colectivos más vulnerables la adaptación a las altas temperaturas y que el calor interfiera lo menos posible en la vida y rutina del individuo.

Descansar con frecuencia a la sombra y realizar actividades al aire libre a primera o a última hora del día, cuando la temperatura es más propicia, evitar la exposición al sol y la práctica de deportes al aire libre en las franjas centrales del día son los otros consejos que ofrece el especialista.

Asimismo, el doctor Navalón apuesta por “mantenerse hidratado constantemente, llevar ropa adecuada de tejidos naturales, ligera y holgada, así como usar ropa de colores claros, sombrero, gafas de sol y cremas protectoras solares”.

Del mismo modo, ha aconsejado que se permanezca en “espacios ventilados o acondicionados y evitar comidas copiosas tomando alimentos frescos y ligeros propios de la dieta mediterránea: mucha fruta y verdura, ya que todo esto ayudará de manera positiva a afrontar las temperaturas y disminuir ese malestar emocional que generan”.

Mejorando la capacidad de creatividad: explorando estrategias efectivas

Ser creativo no es sólo tener habilidades artísticas o musicales, sino que significa tener la mente abierta para poder enfrentarse a cualquier situación y buscar, de una manera consciente e inteligente, la mejor solución para, por ejemplo, un problema. De hecho, la creatividad es cada vez más valorada en el sector empresarial, ya que una mente creativa puede hacer que un problema difícil en la empresa se pueda ver desde otro prisma diferente. La creatividad además no está sólo vinculada a un don, sino que se puede entrenar y trabajar para que así sea más fácil ponerla a trabajar en el día a día para cualquier situación que lo requiera. Para alguien que no se considera creativo seguro que tiene la idea de que jamás lo podrá ser, pero existe una serie de recomendaciones para mejorar y desarrollar la creatividad. 

En primer lugar, es importante mantener una mente abierta y curiosa. Fomentar la curiosidad permitirá explorar nuevas ideas, perspectivas y enfoques. Leer libros de diferentes géneros, sumergirse en la música de diversos estilos y visitar lugares inexplorados son solo algunas de las formas de estimular tu mente y alimentar tu creatividad. Además, el aprendizaje continuo a través de la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades puede ampliar el horizonte y generar ideas frescas.

Otra estrategia clave para potenciar la creatividad es el fomento de la diversidad en las experiencias. Al exponerse a diferentes culturas, tradiciones y formas de vida, se podrá expandir los horizontes y se tendrá una oportunidad de ver el mundo desde perspectivas únicas. Viajar, interactuar con personas de diferentes orígenes y participar en actividades creativas diversas, como la pintura, la escritura o la fotografía, pueden ser fuentes de inspiración y desencadenar nuevas ideas.

La capacidad de observación también desempeña un papel crucial en el desarrollo de la creatividad. Aprender a prestar atención a los detalles en el entorno permitirá descubrir patrones ocultos, identificar conexiones inesperadas y encontrar soluciones innovadoras. Hay, por tanto, que cultivar la práctica de la atención plena y dedicar tiempo a la reflexión y la contemplación. En estos momentos de tranquilidad, la mente puede procesar información de manera más eficiente y generar ideas creativas.

El pensamiento lateral, una técnica desarrollada por Edward de Bono, puede ser una herramienta valiosa para mejorar la creatividad. Consiste en romper con los patrones de pensamiento convencionales y explorar nuevas vías de pensamiento. Para practicar el pensamiento lateral, se puede hacer uso de técnicas como la lluvia de ideas, donde se fomenta la generación de ideas sin restricciones y se busca la mayor cantidad de opciones posibles, incluso las más inusuales. Estas ideas pueden luego ser refinadas y adaptadas para resolver problemas o generar propuestas creativas.

Además, es fundamental no tener miedo al fracaso y aprender a abrazar la incertidumbre. La creatividad implica asumir riesgos y experimentar con nuevas ideas sin temor a equivocarse. Hay que aceptar que los errores son oportunidades de aprendizaje y que cada intento fallido acerca más a la solución o idea creativa que buscas. Cultivar una mentalidad abierta y flexible te permitirá superar obstáculos y aprovechar el poder de la creatividad.

Y es que cuando la creatividad está en el mundo personal de alguien, se aprende a salir de la zona de confort y así vivir experiencias que normalmente no se hacen por diferentes miedos, la mayoría de ellos infundados que paralizan a las personas para no hacer lo que realmente siente, lo que realmente quieren.

En la Universidad UDIMA se imparte el Grado en Psicología.