Archivos de Autor: Luis Miguel Belda

Renovada la Agenda de la Comunicación Jurídica

La Asociación de Comunicadores e Informadores Jurídicos (ACIJUR) ha actualizado la edición digital de la Agenda de la Comunicación Jurídica 2023 tras los últimos comicios autonómicos.

Esta actualización incorpora la información de los nuevos gobiernos de las Comunidades Autónomas en las que se han celebrado elecciones el pasado mes de mayo, incluyendo nuevos datos correspondientes a las áreas de justicia y prensa. Además de la actualización de esta sección, la Agenda sigue manteniendo sus secciones habituales referentes a las Administraciones Públicas, entidades y profesionales del sector jurídico y legal.

La publicación es un directorio práctico y una herramienta sumamente útil e imprescindible para todos aquellos profesionales que se dedican a la información y comunicación jurídica. Con más de 10.000 datos de información, referencias de 700 entidades y 2.000 profesionales, la agenda recopila toda la información de contactos de instituciones, organismos, empresas y profesionales del ámbito jurídico, judicial y legal español.

La Agenda de la Comunicación Jurídica de ACIJUR se ha convertido en la radiografía más completa de todas las instituciones y profesionales que conforman el panorama de la Justicia en España.

La actualización de la agenda ya está disponible en su versión online y se puede descargar de forma gratuita en la web de ACIJUR: https://www.acijur.es/agenda-de-la-comunicacion

RTVE periodismo plazas 23

RTVE convoca plazas para periodistas sin necesidad de ser periodistas

El titular tiene algo de trampa, pero solo en forma de licencia literaria. O no. Casi una generación completa ha transcurrido desde la última convocatoria de plazas públicas para optar a una plaza como periodista en el ente público de RTVE. Y el anuncio de una nueva convocatoria vuelve con polémica.

Las bases de la misma solo exigen a los candidatos “una titulación universitaria de grado o licenciatura oficialmente reconocida u homologada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional”, sin especificar en ningún momento la titulación en Periodismo, algo que tanto la APM y la FAPE ven intolerable, aún más tratándose de un medio de comunicación público.

La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), las principales asociaciones que representan a los periodistas en España, han anunciado que impugnarán la convocatoria de RTVE por no exigir la titulación en Periodismo para las plazas de periodistas. El Servicio Jurídico de ambas organizaciones se encuentra ya trabajando en el escrito de impugnación para exigir la titulación en Periodismo.

La no exigencia de una titulación propia de periodismo es el caballo de batalla desde hace décadas y debate que sigue sin poder ser cerrado, no solo en esta convocatoria pública, sino a la hora de que cualquier medio proceda a la contratación de un profesional para este menester.

Periodistas licenciados no son Carlos Herrera (licenciado en medicina), y nadie duda de su capacidad de comunicación, ni tampoco lo fue el mítico Luis del Olmo, que estudió ingeniería. ¿Les invalida esa circunstancia para ser reconocidos como paradigmas del periodismo español? La respuesta es fácil: en absoluto. Pero, ciertamente, la segunda pregunta que surge es ¿para qué sirven, pues, las Facultades de Periodismo, sino para acreditar que quien trabaje como periodista lo haga en las mismas condiciones de preparación que lo haría un médico, un abogado o un ingeniero, disciplinas profesionales a las que sí se exige una titulación universitaria específica para poder ejercer.

No pocos piensan, y no les falta parte de razón, que un licenciado en Derecho, quien demostró durante toda su vida ciertas dotes de comunicación y capacidad fiable de escribir bien, y que completó sus estudios con un, por ejemplo, posgrado vinculado al periodismo podría ejercer el oficio como periodista de tribunales -dados sus más amplios conocimientos jurídicos- mejor que un periodista al uso, que trató materias jurídicas por medio de dos o tres asignaturas -puede que alguna optativa- durante su grado o licenciatura. Ocurriría lo mismo con el periodismo económico o cualquier otro especializado que se nos podría ocurrir.

Pero también es cierto que un licenciado en medicina no está necesariamente capacitado para intervenir en un quirófano o atender traumas por el solo hecho de ser médico, pues habrá tenido que especializarse a lo largo de su carrera.

¿Debemos, pues, dejar al periodista espacio para especializarse? Y cuando digo al periodista me refiero a quien ha estudiado la carrera de Periodismo y no otra.

Ni siquiera en la profesión hay acuerdo al respecto. En algunas comunidades autónomas se exige una colegialización para poder ejercer y, con carácter general, en los medios de comunicación de toda España prevalece la exigencia del título de periodista para ser contratado. Sin embargo, ¿qué prefiere un medio? ¿Un pésimo periodista titulado en lo suyo o un buen periodista titulado en otra carrera, pero con aptitudes para ejercer el oficio?

¿Acaso todos los licenciados en Derecho son o serán buenos en lo suyo por el solo hecho de haber estudiado la carrera correspondiente?

Podemos debatir sobre poner ciertos límites al intrusismo desaforado, pero resulta muy difícil, y sobre todo al empresario que siempre buscará al mejor de entre los mejores, obligarle a contratar a un periodista que ni siquiera es vocacional (porque si hay una profesión vocacional desde luego esta lo es), por más que tenga su título, y descartar a un ingeniero informático que escribe y pregunta como los ángeles para dirigir el suplemento de Tecnología de mi medio.

Con la llegada de la Democracia se produjo lo evidente (y salvífico propio de toda democracia), una explosión de la libertad a través de la creación de cientos, de miles de medios de comunicación.

En los 80 apenas había periodistas titulados: la escuela de periodismo en Madrid, la facultad de Navarra… ¿Cuántos podían permitirse el lujo de costearse estudios y estancias durante cinco años a cientos de kilómetros de su localidad natal? Y, sin embargo, cualquier pequeña ciudad llegaba a contar con hasta tres medios: la radio municipal, el periódico de izquierdas y el de derechas. Ahí aterrizaron decenas de miles de periodistas no titulados. El mercado pedía periodistas y el propio mercado escogió a los vocacionales y con mayores aptitudes. Y así se hizo una España mediática que hoy permite a todos gozar de una libertad como nunca antes.

Pero también hoy, como nunca antes, jamás hubo tantas facultades para estudiar la carrera de Periodismo, empezando por poder hacerlo online, como ofrece esta universidad, la UDIMA. Hoy sí que creo firmemente en la necesidad de contar con una formación específica en periodismo; ahora bien, sin dejar de pensar en que un titulado ingeniero agrónomo pudo darse cuenta al cabo de tres años que aquello no era lo suyo y tras realizar un máster en comunicación descubrió lo que en realidad era su vocación desde siempre, la de periodista. Porque, y eso sí que no requiere de titulación oficial alguna, si quien decide dedicarse a esto no tiene una vocación capaz de soportar lo insoportable en muchos aspectos, mejor seguir por otro camino: palabrita de periodista.

El jubileo forzoso del periodista que no siempre es sinónimo de felicidad

Cada vez son más los periodistas jubilados o prejubilados que siguen desarrollando alguna actividad profesional, según leemos en el último Informe Anual de la Profesión Periodística, que promueve la APM.

Este año, un 12% de quienes contestaron la encuesta profesional se encontraban en esta situación. Entre ellos abundan quienes realizan colaboraciones periodísticas y algo menos los que hacen trabajos de comunicación corporativa.

En cualquier caso, las tres cuartas partes le dedican menos de quince horas semanales y, aproximadamente, la mitad perciben por el trabajo una retribución económica. Del mismo modo, el grupo de los que han perdido su empleo y tratan de retomar su vida laboral es numeroso (un 7% de quienes contestaron la encuesta).

Se trata en su gran mayoría de profesionales que han trabajado en empresas periodísticas (70%), seguidos a distancia por antiguos empleados en gabinetes de prensa o departamentos de comunicación (39%).

Más de la mitad (66%) piensan que les será muy difícil o imposible volver a encontrar trabajo de periodistas y ello es debido, sobre todo, a la edad (como dice el 31%), la escasez objetiva de puestos de trabajo y las malas condiciones del mercado laboral y los bajos salarios. Mientras tanto, los profesionales sin empleo se dedican mayoritariamente (70%) a formarse y realizar cursos de formación o idiomas.

Periodismo es aún palabra masculina

La RAE siempre nos juega malas pasadas. Es capaz de aceptar almóndiga y cocreta, por sus arrestos, o por falta de ellos, y, por otra parte, juega con la sensibilidad de la profesión periodística llamando masculinamente periodismo al ejercicio del oficio y usando el femenino a la hora de definir a su actuante, periodista, que no periodista. Es una broma claro, pero lo que no lo es que los ‘periodistos’ sigue a la cabeza del periodismo. El techo de cristal sigue ahí, indemne.  

Según leemos en el último Informe Anual de la Profesión Periodística, que promueve la APM, donde apenas se perciben cambios es en el reparto de los periodistas en las escalas laborales, que siguen caracterizándose por ese dicho techo de cristal.

Cuando se observa la situación en la categoría profesional más abundante, que son los redactores, la tropa y marinería de una redacción, en medios impresos, digitales y audiovisuales, se comprueba una mayor presencia de mujeres que de hombres o, al menos, un equilibrio, como sucede en los audiovisuales.

Pero en cuanto se va ascendiendo por la escala profesional (redactores jefes, subdirectores, directores de informativos…), el equilibrio se desvanece y esos puestos son ocupados mayoritariamente por hombres

Al margen de la Encuesta Profesional APM 2022, en una recopilación de datos realizada para este Informe se encuentra otra perspectiva de ese techo de cristal. Cuando se consideran los 100 medios más relevantes del país en términos de audiencia, se ve que solo 23 de ellos están dirigidos por mujeres. Y debe reseñarse que 13 son los servicios informativos de radio y televisión, principalmente públicos.

Precisamente, el pasado mes de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, la APM emitió un comunicado reivindicando “la igualdad para las mujeres periodistas, quienes siguen registrando niveles de paro más altos que los hombres, una injustificada brecha salarial y dificultades para acceder a puestos directivos tanto en los medios como en las agencias de comunicación”.