Archivos de Autor: Fernando María Martínez

Periodismo valiente: «Descubriendo a Juan Asensio», de Joaquín Abad

 

Gracias a la AEEPP hace 14 años conocí a Joaquín Abad, uno de sus fundadores, junto con Arsenio Escolar y otro puñado de valientes emprendedores. Joaquín Abad es un hombre comprometido con el periodismo valiente. Aprendí mucho con ellos sobre los problemas y posibles soluciones que tenía/tiene el periodismo en España.

Joaquín Abad, CEO de Cibeles.net, me ha enviado un libro titulado «Descubriendo a Juan Asensio», que el lunes 30 de abril sale a la venta en los quioscos de Almería. Para los que no vivan en esa provincia tan bonita, pueden comprarlo por Amazon.

El lector se preguntará quién es Juan Asensio. Fue un mafioso que sembró el terror en Almería. Narcotráfico, trata de blancas, blanqueo de capitales, evasión de impuestos, incendios provocados y asesinato de varias personas, entre otras, de su esposa Ángeles. También estuvo a punto de matar a un hijo suyo. Un hombre cruel, ambicioso, que no respetaba a nadie y que quería convertir a Almería en su cortijo. Un cóctel para que un periodista pueda hacer periodismo valiente.

Tenía a algunos policías sobornados. Muchos medios de comunicación no informaron sobre lo que hacía de manera ilegal. Solo contaban lo que parecían negocios honrados (llegó a controlar todas las salas de cine de Almería).

Joaquín Abad era un joven periodista llegado a La Crónica como director, y tuvo el valor de informar de los comportamientos mafiosos de Asensio. Este intentó matarlo en varias ocasiones, incluso con bombas.

Gracias a la Guardia Civil y a un par de jueces, uno de ellos Garzón, pudo detenerse al ganster. Apenas cumplió un tercio de una condena de 20 años, y recibió dos tiros en el portal de su casa.

Todo esto lo cuenta Joaquín Abad en su libro. Su único propósito según me ha confesado: «que se sepa que la pluma a veces vence a las pistolas«.

Es reconfortante encontrarse a periodistas que arriesgan su vida y dignifican el periodismo. Eso es periodismo valiente.

Desinformación en redes sociales

Desinformación en redes sociales

noticia falsa en redes sociales

A diario, en los diferentes grupos de redes sociales en los que muchísimas personas participamos nos encontramos con noticias (muchas de ellas con vídeos, como para reforzar su veracidad), que nos hacen llegar supuestos casos o datos, casi todos ellos de carácter escandaloso o preocupante. El vídeo de un extranjero que, parece, agredir a dos enfermeras en una clínica española es uno de los últimos. Por suerte, ya no llegan cartas de escritores famosos, como la que se le atribuía a Gabriel García Márquez, sobre su supuesta enfermedad.

El incremento de falsas noticias, de mensajes que parecen noticia pero no lo son, es muy alto y tenderá a crecer. Algunas personas lo emplearán para atacar a otras, a empresas de la competencia (algo que en ocasiones y en menor número se hacía antes de la existencia de las redes sociales). Por eso es el momento de reivindicar el verdadero papel de los medios de comunicación social.

Muchos ejemplos podríamos añadir de casos de mala praxis periodística (la inventada por la prensa norteamericana guerra de los cubanos contra los españoles, por ejemplo). Ahora bien, los medios de comunicación pueden y deben actuar de varias maneras en su trabajo periodístico:

  • Trabajar con la máxima preocupación por el interés general (inexistente en los mensajes individuales de las redes)
  • Incrementar los filtros de verificación (inexistente en las redes sociales)
  • Enmendar los errores (algo que no vemos en las redes sociales).

Por eso es importante desde la profesión periodística insistir en quién realmente se encarga de la Información, con mayúsculas; algo necesario para que la democracia se mantenga viva. Las redes sociales pueden hacer circular información y basura por igual. Los medios deben potenciar su credibilidad para que la sociedad tenga unos referentes informativos claros.

¿Qué tipo de prensa habrá en el futuro?

Esta es la pregunta que a todos los profesores de Comunicación nos gustaría responder con un alto grado de certeza. También los periodistas, y sus empresarios, quisieran conocer la respuesta. Unos nos dedicamos a analizar a partir de la historia y de los datos que la industria y las asociaciones profesionales nos ofrecen. Otros caminan hacia el futuro, es decir, desde el presente trabajan para hacer realidad el futuro. Ambos grupos podemos equivocarnos. Unos por predecir mal y otros por tomar el camino equivocado.

En estos días -como en los últimos años- se ofrecen informaciones de aquellos grandes diarios que toman decisiones drásticas sobre su futuro (véase el comentario de la profesora Garbisu: sobre The Independent y El País). Desde hace muchos años la estructura de la prensa en España se ha dividido en dos grandes bloques: la prensa de Madrid (que es la que se utiliza en la mayoría de las tesis doctorales de análisis de contenido, de opinión pública, etc.) y la prensa de provincias (con el grupo destacado de algunos periódicos más regionales como La Vanguardia, La Voz de Galicia y El Correo).

Uno de los aspectos que debemos dilucidar para saber el futuro de la prensa es si el comportamiento de la prensa de provincias será similar al de la prensa «nacional».

Me aventuro a señalar que el comportamiento de una y de otra en el marco empresarial tiene suficientes diferencias como para pensar que no será igual a corto o medio plazo. La prensa de provincias resuelve unas necesidades informativas que la prensa nacional no puede atender y, en líneas generales, hay un grueso de lectores que prefieren el papel al digital, o al menos, lo comparten.

Ahora bien, a largo plazo qué pasará. Me parece que el EGM nos da la pista necesaria. Si cada año, la media de edad de los lectores es superior a la del anterior, será fácil predecir que, de no rejuvenecerse la prensa, en 15 años no habrá masa crítica de lectores.

Esto le da a la prensa solo 9 o 10 años para resolver este dilema, como mucho. Ese es el medio plazo para este medio.