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Capítulo 10 – Japón, el trono de Crisantemo

 

En el décimo capítulo de la serie Monarquías, las Profesoras Laura Lara y María Lara se adentran en la Historia de Japón que, aunque se halla ubicado en Asia y, por tanto, no es una monarquía europea, conforma el imperio más antiguo del mundo. Consta de más de 6.000 islas y tiene 127 millones de habitantes.

Las primeras huellas de vida en el territorio nipón se sitúan en el año 35.000 a.C., en el Paleolítico. Posteriormente, en el primer milenio antes de nuestra era, las narraciones orales dieron lugar a las primeras escrituras, a partir del año 300 a.C., con la figura de los kataribes (recitadores), hombres y también mujeres que se encargaban de recuperar las tradiciones de los ancestros. El topónimo significa “el origen del sol”. Y, en noviembre de 2017, se dio a conocer el dato de la OCDE de que Japón y, a continuación, España son los dos países con mayor esperanza de vida.

María Lara recuerda cómo son muchos los términos del japonés que han pasado a ser de uso corriente en España. El harakiri es el suicidio ritual que se practicaban los samuráis si iban a caer en manos del enemigo. El kamikaze (viento divino) alude a los aviones japoneses que sembraban el pánico. Ikebana es el arte floral. Sushi el manjar de pescado. Los doce espíritus que conforman el Credo legionario, de Millán Astray, están inspirados en el bushido, o código de valores de los samuráis.

Por su parte, Laura Lara indica que Japón confirma que, en ocasiones, la Historia no supone evolución sino involución pues, hasta finales del siglo XIX, las mujeres pudieron ser emperatrices, eso sí, siempre que se casaran con uno de los miembros de la familia imperial o que se quedaran solteras. Por ello, ha habido 5 emperatrices titulares. Sin embargo, desgraciadamente, desde la Ley de Sucesión de 1947 las mujeres solo pueden llegar a ser emperatrices si no hay ningún pariente varón a su alrededor. Ahí se encuentra la raíz de la depresión de la emperatriz Masako, cuya hija, Aiko, no podrá llegar a heredar el título precisamente «por ser mujer».

En TVE a la Carta: http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-aventura-del-saber/aventuramllara/4345928/

Capítulo 11 – Liechtenstein y Andorra: los principados alpino-pirenaicos

A pesar de la distancia de más de 1.200 kilómetros que, aparentemente, separa ambos principados europeos, son numerosos los puntos de conexión que quienes escriben estas líneas, María Lara y Laura Lara, autoras de la serie Monarquías en La aventura del saber de La 2 de TVE, hallan en sus investigaciones históricas sobre ambos lares. Integrados en el mundo romano, el historiador griego Polibio hablaría de los «andosinos» y mencionaría la hazaña de Aníbal cruzando los Pirineos, así como el territorio de Liechtenstein se hallaría integrado en la región de Retia.

En ambas latitudes, el Medievo significó el despertar al Imperio, primero Carolingio en el caso andorrano y, andando el tiempo, con las denominaciones de Sacro Imperio Romano Germánico y Austríaco, en Liechtenstein, desde que en 1804 tornara a esa denominación por el embate de Napoeleón. Precisamente, sería entonces cuando Liechtenstein se liberaría del yugo imperial, alcanzando su independencia, sin derramamiento de sangre, tras haberse convertido en un principado en 1719 por el reconocimiento del emperador Carlos VI de la unificación, bajo esa fórmula, de los dos territorios comprados por Juan Adán Andrés años antes: el señorío de Sellenberg y el condado de Vaduz, cuyo castillo hoy en día es la residencia oficial de Sus Altezas Serenísimas, Juan Adán II y su esposa, la princesa María. Banquero de profesión, en 2003 amenazó con abandonar Liechtenstein y refugiarse en uno de sus dos castillos en Viena si en el referéndum salía afirmativo el recorte de sus poderes. Un año después, decidió nombrar regente a su hijo Luis, sin abdicar, pero pudiendo contar con más tiempo para dedicar a su banco.

Andorra pasó de manos francas, por donación de Carlos el Calvo en el siglo IX, al conde de Urgel, Sunifredo I, pero en el siglo XII, Ermengol VI lo cedería al obispo de Urgel, pasando una centuria después a integrarse en las posesiones de los condes de Foix. En 1512, Fernando el Católico conquista Andorra, al igual que Navarra, pero sus segundas nupcias con Germana de Foix lo incitaron a respetar que el territorio se quedara en la misma casa nobiliaria que lo llevaba gobernando siglos, decisión que ratificaría su nieto, Carlos I, reservándose la prerrogativa del nombramiento episcopal. En el siglo XVII, Enrique III de Navarra y IV de Francia, así como su hijo Luis XIII, gestionarían Andorra como parte de la Corona gala, si bien la Revolución Francesa abandonaría el principado, asumiendo el control el obispo de Urgel. El Imperio Napoleónico sí se interesaría por su gestión, si bien la derrota en 1814 marcaría el inicio del coprincipado de Andorra, por decisión de Reino Unido y sus aliados, estableciendo que el presidente de la República Francesa y el obispo de Urgel fueran copríncipes, situación que se mantiene hasta la actualidad.

Puedes verlo también en: https://www.youtube.com/watch?v=z5BhNUxG2xo&feature=emb_title

Kalahari. Vida en la gran sed


En el primer capítulo de la serie, los profesores de la UDIMA Juan José Moreno García y Jesús Arenas Esteban presentan y analizan las formas de vida de una comunidad de cazadores recolectores superviviente en la actualidad en el desierto del Kalahari, entre Namibia y Botswana. El trabajo es de índole etnográfica, pero dada las formas de vida que se analizan, constituye un inmejorable punto de referencia para desarrollar ulteriores trabajos en el ámbito prehistórico. Las técnicas de caza y recolección, el mundo espiritual, los conceptos estéticos que aquellas gentes han preservado hasta hoy en día nos van a permitir entender mejor la cultura material que hoy por hoy da forma a la arqueología prehistórica.