Arqueólogos mexicanos han descubierto once entierros humanos y una piedra asociada con un numeral que se han encontrado durante las labores de sustitución de drenajes y de saneamiento que se están desarrollando en el municipio de San Andrés Cholula.
Estos entierros humanos han sido fechados hacia el periodo Posclásico Tardío (1200-1251 d.C.) y según el grupo de especialistas, coordinado por el arqueólogo Eric Abraham Alarcón Carmona se encontraron bajo el nivel de piso de la calle 16 de septiembre, un eje que cruza por la urbe mexicana en dirección norte-sur. Se trata de once enterramientos primarios, es decir, que no habían sido alterados desde su inhumación original. De ellos, cinco corresponden a personas subadultas y estaban acompañadas por ajuares funerarios formados por vasijas, figurillas, fragmentos de obsidiana y puntas de proyectil. Destaca uno de los cinco esqueletos, el cual presenta modelado cefálico tabular erecto y modificación dentaria.
Entre los seis entierros restantes sobresale el de un adulto en posición sedente, también con modelado cefálico de tipo tabular erecto bilobulado, y cuyo ajuar consistía en una cuenta de piedra verde y un dije hecho con estuco, con el rostro de una persona de edad avanzada.
También, se han recuperado restos cerámicos de instrumentos domésticos, como ollas, comales, malacates, braseros y cajetes, además de fragmentos de figurillas, unas monocromas y otras estucadas, con vestigios de policromía.
En un laboratorio instalado para el análisis de los materiales, el equipo, formado también por los arqueólogos Luis Ernesto Narváez Mac y Laura Pacheco Uribe, así como por el antropólogo físico Martín Hernández Carvajal, indaga piezas específicas, como una vasija del tipo Sandy Plain –clasificación cerámica establecida para el área de Cholula por la investigadora Florencia Müller– con la figura de Tláloc, dios de la lluvia, y pigmentos azul y negro.
“La mayoría de los materiales, además de un piso estucado de alrededor de nueve metros de extensión, se han hallado en la parte más céntrica de la calle 16 de Septiembre, y la temporalidad principal corresponde al Posclásico Tardío. No obstante, el salvamento nos ha permitido revisar la calle 2 Sur hasta sus límites con la comunidad de Tonantzintla, donde recuperamos material cerámico del periodo Formativo, el cual se remonta al año 500 antes de nuestra era”, detalla el arqueólogo Sergio Suárez Cruz, encargado de la supervisión de estos trabajos arqueológicos.
También, en el marco de este proyecto pudo desmontarse una piedra labrada, de aproximadamente 60 por 60 centímetros, la cual se ubicó entre las calles 11 Oriente y 16 de Septiembre, y ha sido colocada en el atrio del Templo de San Pedro Colomoxco para su resguardo y protección provisional, en espera de construir una base y un techo que la protejan.