Queer se considera actualmente un término paraguas para identidades sexualmente diversas que rechazan categorías fijas de identidad. En su base está la Teoría Queer que denuncia la violencia generada por la cisheteronorma y las consecuencias de esta en las identidades. Su crítica tiene importancia en el contexto del bullying, subrayando la complejidad del fenómeno y su carácter castigador de aquellas y aquellos que trasgreden las normas impuestas.

El papel de la pedagogía queer en el abordaje del bullying es uno de los temas que Jóvenes e Inclusión Social, un grupo formado por 15 entidades repartidas por toda España, debatió en su día en el proyecto Igualdad Inclusiva I, un proyecto financiado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género de la Secretaría de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género del Ministerio de Igualdad.

Un total de 11.229 casos graves de bullying fueron detectados en España entre 2021 y 2022. A estos hay que sumarles los casos considerados de menor gravedad, tanto de bullying como cyberbullying. Esta problemática se cobra al año alrededor de 200.000 suicidios de jóvenes de entre 14 y 28 años solo en Europa.

En este marco, el 50% de adolescentes y jóvenes LGBTIQ han sufrido bullying de manera sistemática. El gran impacto negativo de estas experiencias guarda relación estrecha con la ideación suicida, el suicidio y la homofobia internalizada.

Más datos: El 70% personas en España y Portugal indicaron haber sufrido comentarios negativos en la escuela por su identidad u orientación sexual mientras que el 60% indicó haber escondido o disfrazado su identidad u orientación durante su escolarización, según refleja la Encuesta de la FRA sobre LGBT en la UE. European Union Agency for Fundamental Rights, 2012.

Tradicionalmente, el bullying se considera un subtipo de violencia basada en el desequilibrio de poder, de carácter repetitivo y prolongado en el tiempo, con el fin deliberado de dañar a la víctima a nivel físico, psicológico y/o social. Dicho esto, ¿se podría prevenir o solo plantear medidas reactivas?

Para Jóvenes e Inclusión Social “esta concepción desproblematizada obstaculiza los procesos de prevención, detección e intervención, por su carácter individualista y centrado en variables ‘micro’”.

Actualmente, prosigue, “sabemos que no solo influyen cuestiones del agresor y de la víctima, como individuos, sino también el grupo. Igualmente, las variables ‘macro’, como el contexto sociocultural heteronormativo, tiene un gran impacto en el desarrollo de la identidad”.

Según la Teoría Queer, el proceso de desarrollo de identidad está muy ligado a la existencia del bullying, donde las personas que agreden refuerzan su identidad en base a un «yo-nosotros» separado y alejado de la otredad, que tiene características diferentes, no encaja en lo que se considera normal y trasgrede las normas. Por ejemplo, las identidades sexo-género diferentes de la cisheteronorma, las personas con discapacidad (capacitismo) o de etnias diferentes a las nuestras (etnocentrismo).

Identidades complejas

La Teoría Queer habla de la complejidad de las identidades que se desarrollan bajo un modelo sociopsicobiológico. Por ejemplo, la socialización de género ocurre en torno al sexo y empieza incluso ya antes de haber nacido. Así, el sexo no es una característica meramente biológica ni independiente del género, ambos influidos por como son construidos socialmente.

Al igual que ocurre en la identidad sexo-género, que es considerada «normal» solo si no trasgrede los límites cisheteronormativos, también ocurre en otras categorías identitarias. Una identidad se mantiene normativa mientras performa las normas socialmente construidas, a través de la imitación y repetición. En caso contrario, las personas autoexcluyen y violentan aquellas partes de ellas mismas que no son coherentes con las normas o se ven excluidas y violentadas:

Además de la familia, los medios de comunicación y los iguales, la escuela también es un agente clave que socializa en la heteronorma. Además, constituye un espacio relacional en el que el alumnado despliega discursos y prácticas de otredad alimentados por estereotipos y prejuicios aprendidos, según Jóvenes e Inclusión Social.

Propuestas

En este sentido, la pedagogía queer invita a romper la imposición de una identidad unitaria, fija y coherente sobre la cual se erige la exclusión y la violencia. Y lo hace con estas propuestas:

Promover discursos igualitarios y poner en valor la diversidad, mirar más allá de binomios rígidos como normal/anormal Implementar acciones de prevención más que medidas reactivas, diseñar políticas antibullying que aborden específicamente los sesgos relativos a las identidades, visibilizar el carácter construido de las identidades, promocionar la expresividad e inteligencia emocional y abrazar la diversidad. Todas ellas, “propuestas para una educación libre de acoso homofóbico y transfóbico”, concluye esta agrupación no gubernamental.