Viajar solo nunca ha pasado de moda. Parece que es algo poco común, pero se trata de una moda que está resurgiendo de manera importante. Y es que planificar un viaje por cuenta propia puede ser una experiencia emocionante y gratificante. No hay que pedir la opinión de nadie sobre a qué destino viajar y al estar solo, las fechas son las que más le convengan a uno mismo. Pero como todo viaje que se precie, viajar solo no es lanzarse a la aventura, sino que también requiere de cierta planificación con antelación, sobre todo si se quiere tener una cama donde dormir la noche que se llega al destino. Aquí hay una guía para ayudar a los intrépidos viajeros que se lanzan a la aventura de su vida para planificarla de forma efectiva y sin contratiempos. 

En primer lugar, hay que elegir el destino. Para ello, el viajero puede comenzar  investigando diferentes lugares que le interesen y evaluar sus preferencias personales. Hay algunos factores a tener en cuenta, como el clima, las atracciones turísticas, la cultura local y el presupuesto disponible. También es importante Investigar la seguridad y las condiciones políticas del lugar para tomar una decisión informada.

Tras haber tomado esta decisión, que en algunos casos suele ser bastante difícil debido a que hay muchas opciones en muchas partes del mundo, hay que saber cuánto va a durar. Cuando se sepa, el viajero sabrá de cuánto tiempo dispone y así podrá organizar su itinerario de viaje de manera más efectiva. Eso sí, hay que tener en cuenta que en algunos países hay restricciones de visado y, por tanto, habrá que estudiar los requisitos en torno a este trámite y todo lo que se requiera para poder entrar en el país. 

A continuación, es interesante investigar sobre el transporte. Así que es hora de comparar las diferentes opciones disponibles, como vuelos, trenes, autobuses o alquiler de automóviles. En la mano del viajero está la de buscar y encontrar las mejores tarifas y horarios que se ajusten a su presupuesto y preferencias. Además, es importante investigar sobre los sistemas de transporte público en el destino, ya que pueden ser una opción económica y conveniente para moverse dentro de la ciudad o el país.

Ya queda cada vez menos cosas que tener en cuenta, pero una de las principales es el tema del alojamiento, ya que siempre viene bien tener algún sitio donde descansar y pasar la noche tras una larga jornada visitando monumentos o parques naturales. Por eso, el viajero precavido tiene que explorar diferentes opciones, como hoteles, hostales, apartamentos de alquiler o casas particulares. La experiencia de otros viajeros es clave, por lo que es importante leer sus reseñas del alojamiento y comparar los precios para encontrar la opción que mejor se adapte a tus necesidades y presupuesto. Por supuesto, es importante hacer las reservas con anticipación, especialmente durante la temporada alta, para asegurarte de tener disponibilidad.

Además del transporte y el alojamiento, es importante investigar las atracciones turísticas y actividades que deseas realizar durante tu viaje. Así que el viajero siempre puede contar con un diario de viajes para anotar sus experiencias pero también para poder hacer listas sobre lo que es importante visitar y las actividades que quiere realizar. En este caso, es tarea del viajero investigar sobre los horarios de apertura, los precios de entrada y cualquier otro detalle relevante. Eso sí, hay que priorizar entre las opciones y organizar el itinerario de acuerdo con sus intereses y el tiempo disponible.

Tampoco hay que olvidar revisar los requisitos de salud y seguridad del destino. Hay que verificar si se necesitan vacunas específicas, seguro médico o cualquier otro requisito especial. Pero no queda ahí, hay que mantenerse informado sobre las recomendaciones de viaje y las alertas de seguridad emitidas por las autoridades pertinentes. Esto ayudará al viajero a planificar y prepararse adecuadamente para cualquier eventualidad.

Finalmente, es importante considerar el presupuesto. Por eso, el viajero tiene que establecer un presupuesto diario que incluya los gastos de transporte, alojamiento, comidas, actividades y souvenirs. En ese cuaderno de viaje se puede hacer un registro de los gastos durante el viaje para asegurarse de no excederse por encima de sus posibilidades. El viajero es un experto en buscar opciones económicas, como comer en restaurantes locales en lugar de turísticos o utilizar un transporte público en lugar de taxis.

Cuando se tiene todo esto listo, la aventura de viajar solo empieza y, con la mochila en mano, una botella de agua para salvaguardarse del calor y muchas ganas se empieza a explorar todas las posibilidades del destino, abriéndose las puertas a conocer a otros viajeros y así expandir la mente y las posibilidades.