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Psicogerontología, donde el día a día es «de todo menos rutinario»

El psicogerontólogo constituye un perfil profesional especializado en el trabajo con personas mayores, sus familiares y el personal sanitario que los atiende. Su función es evaluar e intervenir para promover la calidad de vida del adulto mayor. Un contexto repleto de estereotipos y tópicos que, junto con todo lo necesario para navegar en el día a día profesional, hacen de este un camino para nada aburrido. Bien lo saben María Cantero y María Pedroso, profesoras del departamento de psicología, Facultad de ciencias de la salud y la educación, UDIMA. Ambas transmitieron en la última sesión del ciclo Y después de graduarme en Psicología ¿qué? su experiencia acompañando, y a veces sufriendo, pero siempre aprendiendo, del trabajo psicológico con personas mayores.

Además de estar graduado en Psicología y contar con el Máster en Psicología General Sanitaria, el profesional que quiera trabajar con este segmento de la población podrá complementar su formación con másteres en Gerontología Psicosocial, Gestión Sanitaria o de Gestión y Planificación de Residencias. Eso sobre el papel. Después, Pedroso resaltó otras áreas que el psicólogo especializado en este ámbito no debería desdeñar. Y es que están ligadas a aspectos importantes en esta etapa de la vida: sexualidad, neuropsicología (demencias, enfermedades crónicas), envejecimiento activo, duelo, alteraciones conductuales, psicofarmacología, comunicación adaptativa… entre otros.

Ahora bien, ¿cuáles son las principales funciones de la psicogerontología? La evaluación y la intervención, afines a otros campos psicológicos, también rigen la psicogerontología. Y que, como en los demás casos, «resaltan el trabajo multidisciplinar», comentaba Cantero.

Psicogerontología: evaluación e intervención

Respecto a la evaluación, Pedroso recalcó que en las personas mayores es más frecuente que sea integral, así como que requiera «instrumentos adaptados y estandarizados en la población mayor» (ej., alteraciones de ánimo, normalmente por quejas somáticas; o el hecho de ser de una generación diferente). Por supuesto se trabajan los estereotipos asociados a la vejez, que a menudo funcionan «como una barrera» para adecuar esa evaluación. «Se nos pasan por alto cuestiones relevantes que quedan minimizadas o normalizadas, como la enfermedad o la soledad», recordaba la profesora de la UDIMA.

Lo que no pudo evitar resaltar la docente fue la dificultad habitual para desarrollar la evaluación, que busca principalmente dos cosas: establecer un plan de acción individualizado para la persona, determinar su localización en el centro residencial (en función de sus limitaciones físicas o psíquicas). Y para poder hacerlo sería ideal contar con un despacho para el psicólogo, en un espacio controlado y libre de distracciones. La realidad en muchas ocasiones lleva al personal del centro (saturado de trabajo) a querer abordar ese proceso en el contexto «más desadaptativos posible», como por ejemplo mientras bañan a la persona, criticó Pedroso.

También recordó que este proceso muchas veces se requiere a los pocos días de que llegue la persona al centro, lo cual «afecta por supuesto a los resultados», comenta. Especialmente si se comparan con una evaluación pormenorizada y después que el adulto haya hecho ese proceso de adaptación al centro.

Por su parte, la intervención se aplica a las personas mayores «en el sentido más extenso», valoraban. Desde la estimulación cognitiva básica, la adaptación al centro, el manejo del duelo por fallecimiento de compañeros, o incluso programas para promover actividades básicas de la vida diaria (para que mantengan sus capacidades el mayor tiempo posible). Y coincidía con su compañera: «Hay actividades que desarrollamos en contextos bastante hostiles (una sala con 100 personas) donde no podemos atender las características de esas personas».

También resaltó las actividades en colaboración con el Ayuntamiento o Centro de Día de la localidad en que se ejerce, así como los aspectos a trabajar con la familia. «Algunos tienen a la familia completamente integrada, permitiendo intervenciones específicas con la familia. En otros… los recursos son más escasos. Y se concentra en aspectos como: asesoramiento en las primeras fases de la institucionalización, talleres para trabajar la sensación de culpa, la sobrecarga cognitiva, grupos de autoayuda, apoyo, acompañamiento al duelo, intervenciones a los respiros familiares… Y sobre todo, intervenciones dirigidas a esa colaboración familia-centro».

«Estrés, diversión, conflicto… satisfacción»

«De todo menos rutinario». Así definieron las docentes el trabajo diario con personas mayores. «En un centro de día o una residencia podemos encontrarnos un lugar que acoge, y sentirnos valorados como profesionales» apuntó una. «Pero también lugares donde la precariedad esté presente, las evaluaciones no se hacen en el mejor contexto, ni las intervenciones».

Además de «mucha burocracia», y no siempre todos los recursos necesarios para una intervención adaptada, las psicólogas asumen que la psicogerontología es una profesión de «cambio constante». «Un día, tu trabajo en la residencia puede depender de: el equipo de auxiliares, de cómo ha dormido la persona mayor, si le visitaron sus familiares, si hubo conflicto sin gestionar durante el desayuno… No sabes lo que te vas a encontrar; es lo que más me gusta”, terciaba Pedroso.

«Hay mucha sabiduría», aseguraba Cantero, «y nos empaparemos de ella». Los psicogerontólogos verán mucha coordinación con auxiliares, enfermeros, médicos, cocina, servicios sociales… Y harán actividades muy diversas, lo que conlleva un gran enriquecimiento personal. «Sufriremos y sentiremos enfado, pero también mucha satisfacción». Un carrusel de emociones para el que conviene tener armas personales en la manga.

«Lo que ayer me funcionó hoy no me vale. Es un contexto absolutamente vivo, lejos de esa visión de que no pasa nada; todo lo contrario», resaltaba Pedroso. Habilidades como la empatía (para gestionar un contexto de mucho dolor), el respeto (a la intimidad, por ejemplo) o la escucha activa (de verdad), son fundamentales. La calidez, cercanía, sensación de piña y hogar (con los compañeros y las personas mayores) ayudan a hacer de la psicogerontología un lugar realmente estimulante.

Puedes llevarte un guantazo o incluso un escupitajo de vez en cuando, pero si sabes escuchar y aprovechar el sentido del humor, sólo tendrás que preocuparte de no implicarte demasiado (emocionalmente).

El rol del gerontólogo ante una España que envejece

Los cambios y las mejoras a nivel sanitario, social y económico en una población son el sustrato fundamental que subyace al descenso en la mortalidad y el incremento en la esperanza de vida de un país. Este incremento de la esperanza de vida, añadido a la disminución de la natalidad lleva consigo emparejado un envejecimiento progresivo y veloz de la población a nivel mundial. En los países más desarrollados se ha venido experimentando un crecimiento exponencial de la población de las personas mayores.

España, tanto a nivel europeo como a nivel mundial, representa uno de los países más longevos. Según el Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE), y con datos del 2014, el porcentaje de la población de personas mayores de sesenta y cinco años representa el 18.1% de la población total. En este sector poblacional, la población de personas que ya han cumplido los ochenta años es la que mayor crecimiento ha experimentado, con un 5.7 % de la población total (Abellán y Pujol, 2015).

Las últimas estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE, 28-10-2014) sobre las proyecciones de la pirámide de población española, nos ofrecen unos cambios drásticos, si llegan a cumplirse sus predicciones. El principal cambio se deberá, fundamentalmente, al extraordinario incremento de la esperanza de vida, pero también, al alto descenso de la fecundidad, aunque también tendrá un peso importante el descenso de la inmigración de personas de edad intermedia, contribuyendo todos estos factores a un aumento relativo del porcentaje total de las personas mayores.

 Figura 1 Pirámide poblacional de España en 2014 (por edad y sexo)

 Piramide

Fuente: INE: INEBASE. Padrón Continuo a 1 de enero de 2014. Consulta en enero de 2015

Nota: El sombreado corresponde a la posición de la generación del baby-boom (1958-1977)

En la pirámide poblacional del año 2014 (figura 1), se puede observar la fuerte caída de la fecundidad que siguió a los años del «baby-boom». Los grupos centrales corresponden a las cohortes del “baby-boom” y a la fuerte oleada de inmigrantes. Otro aspecto que llama la atención y que puede verse entre las edades 72 y 75 años, es la denominada ”huella de las clases huecas”, es decir, los no nacidos como consecuencia de la guerra civil 1936-1939. El escalonamiento de los estratos superiores corresponde al impacto normal de las tasas de mortalidad que ha modelado esa forma típica de la pirámide. (Puyol y Abellán, 2014).

El aspecto que más destaca en estas proyecciones de la estructura piramidal es el envejecimiento exponencial que se prevé para los próximos 50 años. Para el año 2064 se espera que la población de personas mayores en la población española represente un 38,7%, es decir, un total de 15,8 millones de personas de 65 y más años (en los últimos datos poblacionales del 2014 la población de personas mayores de 65 años representa el 18,1 % del total de la población).

Pero otro dato preocupante de esta estimación es el relacionado con el porcentaje de personas de 85 y más años, dado que se quintuplicará en ese período de cincuenta años, representando el 40% de todos los mayores, dato relevante que habrá que tenerse en cuenta por las repercusiones socioeconómicas y sanitarias que se derivarán de esta potencial estructura poblacional.

A nivel demográfico estos cambios suponen un gran desafío para la sociedad, dado que para lograr que ese incremento en la esperanza de vida en la población puedan vivirse de la manera más satisfactoria, la sociedad debe prever y planificar los servicios y prestaciones necesarias para que las condiciones de vida de los mayores puedan desarrollarse con el mayor bienestar posible.

Por todo ello, los gerontólogos ya estamos en situación de comenzar con una nueva planificación y diseño de los servicios de atención sociosanitarios de un futuro próximo, pues se prevén cambios importantes y, sobre todo, una gran demanda que superará las necesidades actuales. Es competencia de los responsables políticos poner en manos de los diferentes profesionales gerontólogos la investigación y el diseño de un plan de futuro. Este plan tendrá como principal objetivo concienciar y preparar a la sociedad para adaptarse a estos futuros cambios, además de ir adecuando los servicios que se ofrecen a sus ciudadanos de mayor edad.

Los profesionales gerontólogos contamos con las herramientas de investigación y de planificación suficientes para ofrecer nuestros conocimientos y dar cobertura a esta nueva estructura social que nos deparara el futuro, en el que habrá que contar con un gran número de personas mayores, que mayoritariamente tendrán unos hábitos saludables, lo que retrasará en gran medida sus necesidades y prestaciones sanitarias básicas (siempre que las campañas y programas de promoción de la salud y de un envejecimiento con éxito ofrezcan un modelo y un estímulo para los ciudadanos en general).

Pero desde un punto de vista no sólo sociosanitario, habrá que dar cobertura a otras necesidades sociales, como las culturales, las de ocio y tiempo libre y las de fomento de las relaciones intergeneracionales, entre otras, y todo ello representa hoy todo un reto y un estímulo profesional para las personas que nos dedicamos a estudiar y a entender el fenómeno de envejecer.

Mariagiovanna Caprara
Bibliografía:

Abellán, A.; Pujol, R. (2015). “Un perfil de las personas mayores en España, 2015. Indicadores estadísticos básicos”. Madrid, Informes Envejecimiento en red nº 10. [Fecha de publicación: 22/01/2015].

< http://envejecimiento.csic.es/documentos/documentos/enred-indicadoresbasicos15.pdf>

– Pujol, R., Abellán, A. y Vilches, J. (2014) Las pirámides de la población española en un click (2ª edición). Madrid, Informes Envejecimiento en red [Fecha de publicación: 30/10/2014].

https://envejecimientoenred.wordpress.com/2014/10/31/las-piramides-de-la-poblacion-espanola-en-un-click-2a-edicion/