Archivos de Autor: Ana Lacasa

Cómo las relaciones públicas ayudan a las organizaciones a construir relaciones positivas

La comunicación organizacional es la piedra angular para que una empresa funcione adecuadamente, ya que es el vehículo para transmitir mensajes clave tanto de manera interna como externamente. En este contexto, las relaciones públicas (RRPP) emergen como una disciplina esencial para construir y mantener la imagen y reputación de una organización. Su función va más allá de simples gestiones de prensa, abordando cuestiones críticas en la interacción con diversos públicos de interés.

La comunicación organizacional, entendida como el proceso de intercambio de información dentro de una entidad, se torna crucial para establecer coherencia en los mensajes y garantizar la comprensión de los valores corporativos. En este sentido, las RRPP surgen como la herramienta que da forma y voz a esos mensajes, actuando como puente entre la empresa y sus stakeholders.

En cuanto a la responsabilidad de llevar a cabo las relaciones públicas en una empresa, este rol recae comúnmente en un profesional especializado o incluso en un departamento completo. El perfil de un experto en RRPP debe ser versátil, combinando habilidades comunicativas, conocimientos estratégicos y un profundo entendimiento de la dinámica empresarial. En algunos casos, la envergadura de la organización puede demandar la formación de un equipo multidisciplinario que abarque desde comunicadores hasta expertos en gestión de crisis.

Las ventajas de contar con un departamento de relaciones públicas son innegables. En primer lugar, este equipo actúa como un escudo protector, gestionando la percepción pública y minimizando los impactos negativos de posibles crisis. Además, contribuye a la construcción de relaciones sólidas con los diferentes públicos, generando confianza y lealtad. Asimismo, las RRPP pueden potenciar la visibilidad de la empresa, promoviendo una imagen positiva que atraiga tanto a clientes como a inversores.

No obstante, también existen inconvenientes asociados a mantener un departamento de RRPP. Los costos operativos pueden ser significativos, especialmente para pequeñas y medianas empresas. Además, el riesgo de percepción sesgada es inherente a esta disciplina, ya que las acciones de relaciones públicas pueden interpretarse de manera subjetiva por distintos públicos. La falta de resultados tangibles a corto plazo puede generar frustración en la alta dirección, que busca rendimientos palpables de sus inversiones.

En general, las ventajas de tener un departamento de relaciones públicas superan a los inconvenientes. Un departamento de relaciones públicas bien gestionado puede ser una herramienta valiosa para cualquier organización.

Los secretos del periodismo de investigación: Un viaje hacia la verdad

Los periodistas no solo saben comunicar, sino que ese sería el último de los pasos que tienen que dar, ya que previamente tienen que tener un bagaje intelectual muy importante, sin olvidar el hecho de que tienen que investigar. Precisamente la investigación es lo más importante, sobre todo si se trata de una noticia de impacto que busca desentrañar la verdad, denunciar una situación o simplemente contar una historia con todas sus vertientes.

Tanto es así que existe una modalidad de periodismo, el periodismo de investigación, cuya base reside precisamente en investigar y dar a conocer cosas que, de otra manera, no podrían saberse. Y este es precisamente el trabajo que más se ha visto en las películas sobre periodismo que han dado la vuelta al mundo, como en “Todos los hombres del presidente” que se encargan de investigar el Watergate, entre otras. 

La investigación periodística, por tanto, se puede considerar como la columna vertebral del periodismo de calidad. Se trata de un proceso meticuloso, que requiere tiempo y dinero, y que lamentablemente hoy en día es más difícil de encontrar, ya que los periódicos y medios de comunicación en general requieren inmediatez y abaratamiento de los costes. Pero hay periodistas que todavía siguen haciendo este trabajo, que incluye la búsqueda, recopilación, análisis y verificación de información relevante para la creación de noticias profundas y precisas. Desde la identificación de un tema hasta la presentación de hallazgos, este proceso es fundamental para asegurar la integridad y credibilidad de la información que llega a los lectores, oyentes o espectadores.

Cada investigación periodística comienza con la identificación de un tema o asunto de interés público. Esta etapa implica una inmersión profunda en el tema, comprendiendo su contexto histórico, social y político. Los periodistas de investigación, a menudo, se sumergen en archivos, documentos públicos y fuentes primarias para comprender completamente el trasfondo del tema en cuestión. Esto también requiere mucho tiempo y esfuerzo por parte de periodistas que tienen que dejar de lado su trabajo diario para encontrar lo que buscan.

Una vez identificado el tema, el siguiente paso crucial es la búsqueda de fuentes fiables y verificables. Los periodistas utilizan una variedad de fuentes, que pueden incluir documentos oficiales, expertos en el campo, testigos presenciales y documentos filtrados, entre otros. Es fundamental para los periodistas verificar la autenticidad y la credibilidad de estas fuentes, asegurando que la información proporcionada sea precisa y veraz. Ya se sabe, todo lo que se diga debe estar verificado por al menos tres fuentes diferentes. 

La recopilación de datos es una parte integral del proceso de investigación periodística. Los periodistas recopilan una gran cantidad de información de diversas fuentes, que luego analizan y sintetizan para obtener una imagen clara y completa del tema en cuestión. Esta etapa puede implicar la revisión de documentos, entrevistas con fuentes clave y el análisis de datos cuantitativos y cualitativos. La clave aquí es encontrar lo que se quiere contar, resumir y poder expresarlo de una manera coherente, concisa y concreta.

Una vez recopilados los datos, los periodistas llevan a cabo un análisis crítico para identificar la información más relevante y significativa. Esta etapa implica la evaluación de la credibilidad de las fuentes, la detección de posibles sesgos y la identificación de patrones o tendencias importantes. Los periodistas también pueden consultar a expertos en el tema para obtener una perspectiva más amplia y profunda.

La verificación rigurosa es una piedra angular de la investigación periodística. Los periodistas trabajan diligentemente para verificar la precisión y la veracidad de la información recopilada, utilizando métodos como la corroboración con múltiples fuentes, la revisión de documentos y la comparación con datos previamente publicados. Este proceso ayuda a garantizar que la información presentada sea confiable y precisa, protegiendo la integridad del periodismo y la confianza del público. En Estados Unidos, por ejemplo, en los grandes periódicos tienen equipos especializados en la comprobación de datos, que se encargan de buscar y chequear que todo lo que dice el periodista en un artículo sea cierto y así evitar problemas legales y de reputación.

Una vez completada la investigación y verificación de datos, los periodistas trabajan en la presentación de sus hallazgos de manera clara, concisa y precisa. Esto puede implicar la redacción de artículos, la producción de informes televisivos o radiofónicos, o la creación de contenido multimedia. Es fundamental para los periodistas comunicar los hallazgos de manera imparcial y objetiva, proporcionando al público una comprensión completa y equilibrada del tema en cuestión. Para ello, los periodistas muestran sus dotes de comunicación, de saber escribir, utilizando un lenguaje claro, conciso y correcto, aplicando reglas de coherencia, cohesión y adecuación y manteniendo ante todo un espíritu objetivo, ya que el lector es el encargado de interpretar los hechos.

El periodismo de investigación no termina con la publicación. El seguimiento de las repercusiones del reportaje es fundamental para evaluar su impacto y generar cambios positivos en la sociedad. El periodista debe estar atento a las reacciones del público, las autoridades y los actores involucrados, y dar seguimiento a las investigaciones y procesos legales que se deriven de su trabajo.

Pero este proceso también está lleno de desafíos, ya que muchos periodistas reciben amenazas por la publicación de determinado contenido, sin olvidar esas llamadas de las altas esferas pidiendo su cabeza, metafóricamente hablando, claro. A eso hay que añadir la falta de recursos, ya que muchos periódicos no disponen de la financiación adecuada para tener a un equipo completo buscando y rebuscando entre la verdad para contarla. A pesar de ello, la pasión por la verdad, la defensa del derecho a la información y el compromiso con la sociedad son la fuerza que impulsa a estos profesionales a seguir adelante.

En un mundo plagado de información falsa y manipulación, el periodismo de investigación se alza como una herramienta indispensable para la construcción de una sociedad más justa, transparente e informada. Habría que apostar por este tipo de periodismo para así poder afrontar la difusión de las fake news y es una buena manera de que la profesión de periodista nunca muera, ya que la Inteligencia Artificial podría hacer muchos artículos, pero interpretar y contar los hechos de verdad, con inteligencia, emotividad y pasión solo pueden hacerlo los humanos.

El impacto de las redes sociales en el periodismo y la comunicación: una transformación sin precedentes

La comunicación y el periodismo ha cambiado a lo largo de los siglos. El periodismo tal y como lo conocemos hoy en día no tiene nada que ver con lo que se hacía hace 50 años o incluso hace 20 años. Las redes sociales han revolucionado la manera de hacer periodismo y, por lo tanto, hay que tomarlas muy en consideración.

Y es que la irrupción de plataformas como Facebook, Twitter (ahora X) y YouTube ha generado nuevas dinámicas en la difusión de información, el intercambio de ideas y la construcción de narrativas. Ahora, la labor del periodista no solo es contar lo que está pasando de una manera objetiva, sino la de comprobar aquello que se está difundiendo en las redes sociales para así corroborar que no se trata de una noticia falsa, que están proliferando mucho en los últimos años. 

El surgimiento de las redes sociales ha democratizado la producción y distribución de contenido informativo. Ahora, cualquier individuo con acceso a internet puede convertirse en un generador de noticias, compartiendo información en tiempo real y alcanzando audiencias globales. Es lo que se llama periodismo ciudadano, pero en realidad, de periodismo tiene poco, ya que esas personas solo transmiten lo que ven y oyen en directo, sin tener en cuenta otras muchas cosas que el periodista sí tiene en cuenta gracias a su profesionalidad. Eso sí, este cambio ha desafiado el modelo tradicional de gatekeeping, donde los medios de comunicación tenían el control sobre qué información llegaba al público.

Los periodistas han tenido que adaptarse a este nuevo entorno digital. Las redes sociales ofrecen una plataforma para investigar, recopilar información, establecer contactos y difundir sus reportajes. Sin embargo, también enfrentan desafíos como la saturación de información, la propagación de noticias falsas y la necesidad de mantener la credibilidad en un ambiente donde cualquiera puede convertirse en un «reportero ciudadano». Es, por tanto, su trabajo, la de comprobar la información que se vierte en redes sociales, ser lo más objetivos posible y establecer líneas muy visuales de lo que es opinión, que siempre pueden compartirla con sus seguidores, de lo que es información propiamente dicha. Hay que tener en cuenta que algunos periodistas famosos o populares no solo informan, sino que también son generadores de opinión, ya que lo que opinan sobre un hecho o una noticia determinada cala mucho entre los usuarios de la Red.

Las redes sociales se han convertido en una fuente primaria de noticias para muchas personas. Según un estudio del Instituto Reuters, el 64 por ciento de los usuarios de internet utiliza las redes sociales para informarse sobre eventos actuales. Esta tendencia ha llevado a los medios de comunicación a adaptar sus estrategias de distribución de contenido, optimizando su presencia en plataformas como Facebook Instant Articles, Twitter Moments y Snapchat Discover. Y es una buena opción, ya que es así como los usuarios consumen información en la actualidad. La clave es que estos usuarios sepan dirigirse a estos medios de comunicación fiables para poder informarse, y que no lo hagan a través de un influencer o un youtuber que se encarga de difundir a saber qué y a saber cómo lo que están viendo o consumiendo en Internet. 

Uno de los mayores desafíos que enfrenta el periodismo en la era de las redes sociales es la proliferación de noticias falsas y la desinformación. Las plataformas digitales han facilitado la rápida difusión de información no verificada, lo que puede tener consecuencias graves en la opinión pública y en la sociedad en general. Tanto es así, que los propietarios de estas redes sociales, como Mark Zuckerberg, se ha tenido que enfrentar a las críticas precisamente por la difusión de noticias falsas. Muchos incluso lo hacen responsable de algunos acontecimientos, sobre todo tras la pandemia del coronavirus, y Zuckerberg ha tenido que responder a estas críticas en numerosas ocasiones. Los periodistas se enfrentan al reto de verificar la veracidad de la información en un entorno donde la velocidad de la noticia a menudo prima sobre la precisión.

Las redes sociales han democratizado el acceso a la información y han permitido que un mayor número de personas participe en el debate público. Plataformas como Twitter han sido utilizadas para organizar protestas y movimientos sociales, mientras que Facebook ha facilitado la formación de comunidades en torno a causas específicas. Sin embargo, también han surgido preocupaciones sobre la polarización y la fragmentación del discurso público online. Hay que recordar que Facebook estuvo en el centro de la polémica tras el caso de Cambridge Analytica, y la difusión de datos de más de 80 millones de usuarios para intentar cambiar la opinión pública durante unas elecciones o durante el Brexit. Facebook salió mal parada de este asunto, aunque todavía está en la cresta de la ola. 

A medida que las redes sociales continúan evolucionando, es probable que sigan desempeñando un papel central en el ecosistema mediático. Los avances en inteligencia artificial y análisis de datos pueden ayudar a los periodistas a filtrar y contextualizar la información en un entorno digital abrumador. Además, es posible que surjan nuevas plataformas y modelos de negocio que cambien aún más la forma en que se produce, consume y comparte la información en línea.

Las redes sociales son una herramienta poderosa que puede ser utilizada para mejorar el periodismo y la comunicación. Los periodistas que sepan aprovecharlas de forma responsable y creativa estarán mejor posicionados para informar y conectar con las audiencias en el mundo digital.

Los medios de comunicación y su rol en la construcción de la opinión pública

Los medios de comunicación tienen el poder de informar de lo que acontece en el mundo, pero al elegir lo que cuentan, cómo lo cuentan y dónde lo cuentan, también tienen poder para crear opinión pública. No en vano al periodismo se le llama, desde hace años, el cuarto poder. Ahora, este poder se ha trasladado a la Red de redes, Internet, que ha favorecido que cualquier persona, en cualquier parte del mundo, pueda acceder a información publicada al otro lado del océano, siempre y cuando el país donde se encuentre no tenga sistemas de censura importantes, como puede ocurrir en China u otros países. 

Es allí, en Internet, donde los medios de comunicación juegan un papel muy importante a la hora de transmitir información, interpretaciones y narrativas que influyen en cómo percibimos el mundo que nos rodea y en nuestras opiniones sobre los acontecimientos que tienen lugar a nivel local, nacional e internacional.

Los medios de comunicación tienen una influencia significativa en la opinión pública debido a su capacidad para seleccionar, presentar y contextualizar la información que llega a las audiencias. Cada plataforma, desde los periódicos impresos hasta las redes sociales y los medios digitales, tiene su propio alcance y forma de impactar en la percepción de la realidad.

Uno de los conceptos clave en la comprensión del papel de los medios en la construcción de la opinión pública es el de la «agenda setting«. Este concepto sugiere que los medios tienen el poder de influir en la importancia que se otorga a ciertos temas al ponerlos en primer plano de la agenda mediática. A través de la selección de noticias y la atención prestada a ciertos temas, los medios pueden influir en qué aspectos de la realidad son considerados prioritarios por la audiencia. Así, un medio puede poner en la palestra algo que normalmente no se contaría. De hecho, hay algunos medios españoles que tienen entre sus principios, o en sus costumbres, publicar noticias relacionadas con enfermedades raras o con un problema minoritario, para así dar voz a los que, por diversos motivos, no pueden alzarla como querrían, y así darles una oportunidad de contar su historia y conseguir, por ejemplo en el caso de las enfermedades raras, una mejora en la investigación sobre dicha patología.

Otra manera de influir en la opinión pública es a través del framing. Los medios presentan los hechos de una manera particular, utilizando marcos interpretativos que pueden influir en cómo las personas entienden y reaccionan a la información. Por ejemplo, un mismo hecho puede ser presentado como un problema grave o como una simple anécdota, dependiendo del marco utilizado. Por eso siempre hay que tener presente dónde se está leyendo esa información y saber que ese medio de comunicación puede tener una tendencia ideológica concreta, a pesar de que pueda ser muy veraz y competente.

Los medios también pueden activar ciertas asociaciones en la mente de las personas al dar más importancia a ciertos aspectos de un tema. Esto puede influir en cómo las personas interpretan la información nueva y en cómo juzgan a los actores políticos y sociales.

En algunos casos,  los medios pueden ser utilizados para difundir propaganda, es decir, información sesgada o falsa con el objetivo de manipular la opinión pública. Por eso hay que tener cuidado a la hora de consumir cualquier tipo de información y si algo nos chirría, dudar y consultar las fuentes más fiables u otros medios de comunicación.

Y es que es importante tener en cuenta que los medios de comunicación no son monolíticos y que existen diferencias significativas entre ellos en términos de enfoque editorial, línea ideológica y audiencia objetivo. En un entorno mediático diverso, es posible encontrar una amplia gama de opiniones y perspectivas sobre cualquier tema dado, lo que contribuye a enriquecer el debate público y a promover la pluralidad de puntos de vista.

Con la llegada de internet y las redes sociales, el papel de los medios de comunicación en la construcción de la opinión pública ha experimentado cambios significativos. Ahora, cualquier individuo puede convertirse en un generador de contenido y participar en el proceso de difusión de información a través de plataformas digitales. Esto ha dado lugar a un panorama mediático más fragmentado y descentralizado, en el que la veracidad de la información y la proliferación de noticias falsas representan nuevos desafíos para la construcción de una opinión pública informada y crítica.

La pregunta que nos hacemos todos es si los medios, en la actualidad, son objetivos. Y la respuesta es compleja. Si bien los periodistas tienen la obligación de ser objetivos y veraces en su trabajo, la realidad es que los medios están sujetos a una serie de presiones e intereses económicos, políticos e ideológicos que pueden influir en su cobertura.

Hoy en día, además, hay un debate sobre el poder que tienen los medios de comunicación para influir en la opinión pública. Algunos argumentan que los medios son demasiado poderosos y que pueden manipular fácilmente a la población, mientras que otros sostienen que el público tiene la capacidad de ser crítico con la información que recibe y de formarse sus propias opiniones.

Para evitar ser manipulados por los medios, es importante que seamos consumidores críticos de la información. Esto implica acceder a una variedad de fuentes de información, evaluar críticamente la información que recibimos, teniendo en cuenta la fuente, el contexto y la perspectiva y ser conscientes de nuestros propios sesgos y estar abiertos a diferentes puntos de vista.

En un contexto de constante cambio tecnológico, el futuro de la información y de los medios de comunicación es incierto. El auge de las redes sociales ha fragmentado el panorama mediático y ha dado lugar a una mayor diversidad de voces. Sin embargo, también ha generado nuevos desafíos, como la desinformación y la polarización.

En este nuevo escenario, es fundamental que los medios de comunicación se adapten a las nuevas tecnologías y que encuentren nuevas formas de conectar con el público. También es importante que los ciudadanos asuman un papel activo en la búsqueda de información veraz y fiable. A lo que habría que añadir que los ciudadanos deben de formarse para tener más espíritu crítico a la hora de consultar y consumir información procedente, sobre todo, de las redes sociales, independientemente de si la fuente de la misma proceda de un medio de comunicación veraz y con cierta reputación.

En definitiva, el papel de los medios de comunicación en la construcción de la opinión pública es un tema complejo y de gran relevancia para la sociedad actual. Es fundamental que seamos conscientes de la influencia que tienen los medios y que asumamos un papel activo en la búsqueda de información veraz y fiable