Archivos de Autor: Javier Llorente

Buena noticia: Energía Geotérmica

Adjunto envió mi aportación al blog sobre una experiencia particular, relacionado con la instalación de un sistema de energía geotérmica en una vivienda unifamiliar, opción seleccionada después de haber realizado las correspondientes comparativas con otras energías, y teniendo en cuenta la exigencia por parte del Código Técnico de Edificación de una energía renovable para el suministro de agua caliente sanitaria (A.C.S).

Introducción

La energía geotérmica es una energía renovable que aprovecha la temperatura constante del interior de la tierra para ser utilizada por una bomba de calor geotérmica, ofreciendo calefacción, refrescamiento y agua caliente sanitaria a la vivienda.

El refrescamiento o frío pasivo se produce por el intercambio del agua procedente de los pozos (normalmente permanece a temperatura constante todo el año) con el circuito del suelo radiante de la vivienda provocando el factor de refrescamiento.

Este modelo de energía además de viviendas unifamiliares también se utiliza en hoteles, bloques de viviendas, hospitales, en climatización de piscinas, etc.

Como dato indicar que este tipo de energía se utiliza en países ­­como Austria, Alemania, Suiza, Francia, E.E.U.U hace más de 40 años.

Instalación

En el caso particular la opción seleccionada ha sido la instalación geotérmica formada por un sistema de captación vertical (también existe la opción horizontal), una bomba de calor, un módulo de producción de ACS instantáneo y un sistema emisor formado por suelo radiante. A continuación, describiremos a modo general los elementos constituyentes mencionados anteriormente:

  • Un sistema de captación vertical formado por un pozo de 125 metros de profundidad y 150mm de diámetro, sondas geotérmicas, fluido caloportador (mezcla de agua y refrigerante (propilenglicol), caudalímetros, vaso de expansión y accesorios.

La selección del refrigerante utilizado se produce por los siguientes condicionantes:

  1. Conductividad térmica y viscosidad.

  2. Exigencias de presión y caídas de presión por rozamiento.

  3. Corrosividad, toxicidad e inflamabilidad.

  4. Punto congelación.

  5. Coste.

En la siguiente tabla figuran las propiedades físicas de fluidos utilizados.

Agua

Etilenglicol

Propilenglicol

Punto Congelación ºC(30%volumen)

0

-13

-12

Densidad a 20ºC (g/cm3)

1

0,9259

0,8630

Punto Ebullición ºC

100

197

187

Calor Específico a 15ºC(KJ/kg.K)

4,187

2,185

2,50371

Viscosidad a 0º(PA.s).10-3

1,79

57,4

243

Viscosidad a 20º(PA.s).10-3

1,01

20,9

60,5

Viscosidad a 40º(PA.s).10-3

0,655

9,5

18

Conductividad Térmica a 20ºC(KW/m.K).10-3

0,6

0,2

0,2

  • Una bomba de calor con un rendimiento de 4,37 kW, es decir, por cada kW eléctrico consumido se producen 4,37 kW térmicos.

El control del circuito de calefacción o refrescamiento (frío pasivo) que incorpora la bomba se lleva a cabo por una sonda de temperatura externa y un termostato ambiente actuando sobre una válvula de 3 vías.

La bomba de calor tiene dispone de una pantalla de control donde podemos regular numerosos valores (temperaturas, número de horas para establecer media temperaturas exteriores, curvas de calefacción, etc), así como distintas opciones disponibles como por ejemplo un sistema de regulación remoto vía internet o con sistemas Android e IOS, un sistema de predicción meteorológico para optimizar el funcionamiento, Smart Web (conexión con el servicio técnico), compatibilidad con sistemas con Smart Grid, etc.

  • Al mismo tiempo la bomba de calor se conecta a un depósito acumulador denominado Hygienic, con capacidad para 800 l y una producción de ACS instantánea de 35 l/min (tres duchas al mismo tiempo). En la parte superior el depósito acumula agua caliente para el agua de consumo y en la parte inferior para la calefacción de baja temperatura. Cuando demandamos agua caliente para lavabo, etc, un intercambiador de placas comunica el calor al agua de consumo aumentando la temperatura instantáneamente. Este sistema no utiliza apoyos térmicos adicionales como por ejemplo resistencias, manteniendo al mismo tiempo un nivel de seguridad garantizado contra las bacterias.

A continuación, voy a mostrar un ejemplo con una serie de datos teóricos correspondientes al aspecto muy importante como es el económico para que podamos tener una idea de los costes generados por este tipo de instalaciones.

  • Ejemplo:

Costes calefacción:

Ratio Calefacción: 61 W/m2

Superficie a calefactar: 133 m2

Nº de horas Calefacción al año (6 meses) 1.440 horas/año

Demanda Energética: 11.682 kWh/año

COP (teórico) 4,37

Demanda eléctrica: 2.673 kWh/año

Coste A.C.S.:

Nº personas 4

Suministro /persona 30 litros/día

Diferencia Tª 30ºC

Demanda Energética: 1.710 kWh/año

Demanda eléctrica: 391,30 kWh/año

Coste Bombas Pozos + Refrescamiento (2 meses):

Nº Horas año: 3.400 horas

Potencia bomba pozos – refrescamiento 0,30 kW

Demanda eléctrica: 1020 kWh/año

Total demanda eléctrica aprox: 4.084 kW/hora

Ejemplo Importe aproximado: 0,11401 € /kWh

Coste Teórico Total Anual

(calefacción + refrescamiento + A.C.S.) 465,61€/Año

Los datos del ejemplo pueden variar dependiendo de la zona de aplicación, debido a la modificación de las horas de utilización, el aislamiento de la vivienda, las normativas de aplicación en cada situación, el coste de la electricidad actual, etc. El ejemplo supuesto sería de aplicación en la zona Noroeste con una temperatura constante en el subsuelo aproximada de 13 a 16ºC.

Otro aspecto importante serían las propiedades térmicas del terreno donde se hace la perforación, como pueden ser la conductividad térmica, la capacidad térmica, la evolución de las temperaturas con la profundidad del terreno, o la difusividad.

Estos aspectos son muy importantes para realizar los cálculos precisos de las necesidades exactas de la instalación evitando el sobredimensionamiento, costes innecesarios, etc.

Añadir, respecto al modelo de instalación de referencia, algunas ventajas y desventajas de este sistema:

Ventajas

  • Sistema estable

  • Respetuoso con el medioambiente

  • Emisiones de CO2 muy bajas

  • No necesita elementos adicionales almacenaje

  • Silencioso

  • No desprende olores

  • Beneficioso económicamente a largo plazo

  • Los costes de mantenimiento son muy bajos.

Desventajas

  • Coste inicial elevado

  • Amortización inversión aproximada de 6 años

  • Depende condiciones instalación (ubicación, terreno).

Finalmente comentar que la aportación de este tipo de instalaciones geotérmicas me parecen indudablemente una de las mejores opciones en el caso de tener las características adecuadas (terreno, ubicación, etc), porque el grado de confort es muy elevado (verano-invierno), garantizando al mismo tiempo un modelo de energía renovable, sostenible medioambientalmente, estable (las temperaturas del subsuelo suelen permanecer inalterables durante todo el año), y con un coste inferior a otras alternativas a largo plazo.

No debemos olvidarnos del factor relacionado con el aislamiento de la vivienda dado que es determinante para conseguir las mejores eficiencias energéticas posibles.

Por otro lado, comentar un aspecto importantísimo que es la posibilidad que tienen de adaptar la bomba de calor a una instalación fotovoltaica o minieólica,

planificando de esta manera la consecución futura de un balance cero de energía donde no existe diferencia entre el consumo realizado y la energía producida a través de energías renovables.

  • Adjunto fotografías de instalación geotérmica en vivienda unifamiliar:

bomba de calor, acumulador y accesorios en geotermia

Bomba de calor, acumulador y accesorios en una instalación de energía geotérmica.

Bibliografía:

http://www.renovgal.es/

http://www.enertres.com/

http://www.idae.es/

http://www.wattia-innova.com/es/espaizero/

Alumno autor de la entrada: Juan Carlos Soto Barciela (Estudiante del Grado en Ingeniería de Organización Industrial de UDIMA)

¿Móvil perpetuo?

Son muchas las ocasiones a lo largo de la historia en las que se ha especulado con la posibilidad de la fabricación de un móvil perpetuo, es decir, aquella máquina ideal que, con darle un pequeño impulso inicial, comienza su recorrido perpetuo, proporcionando trabajo de manera infinita sin la necesidad de aportar energía extra.

Incluso a día de hoy, sin la obligación de remontarse a tiempos anteriores, con tan sólo adentrándonos en la red, es posible visionar que no son pocos los que continúan confiando en alcanzar lo que matemática, física y termodinámicamente es imposible.

Es obvio lo atractivo que resulta para la humanidad la posibilidad de alcanzar esta máquina ideal, la cual proporcionaría energía de manera infinita y, además, de forma gratuita. Sin embargo, como mencionara anteriormente, esta posibilidad queda descartada haciendo un simple repaso por el mundo de las matemáticas, la física y, dentro de esta, de la termodinámica.

Comencemos en la Alemania de principios del siglo XX donde la matemática Emmy Noether en 1915 formula el teorema que lleva su nombre, Teorema de Noether. Este teorema es de vital importancia para entender lo que aquí nos atañe y enuncia:

A toda transformación continua de las coordenadas o/y los campos que deje invariante la acción en un volumen cuadridimensional le corresponde una corriente conservada jμ en la evolución que cumple Dμjμ=0”

Esto quiere decir que a cualquier simetría diferenciable, proveniente de un sistema físico, le corresponde una ley de conservación.

Ejemplos que hagan más fácil la compresión de este teorema pueden ser, la Ley de Conservación del Momento Lineal, que proviene de la simetría del Universo con respecto a las traslaciones en el espacio. De tal forma que si, por ejemplo, hacemos un experimento en Madrid para luego realizarlo en Tokyo, el resultado será el mismo, esto es, se conserva el momento lineal.

Por otro lado, podemos afirmar a ciencia cierta que todo lo que sucede a nuestro alrededor cada día lo hace siempre de la misma manera, a saber, el agua de los ríos fluye hacia las costas, los sonidos que percibimos son iguales, los colores, el peso, los tamaños etc. Esto que, obviamente, representa una simetría diferenciable, va asociado a la Ley de Conservación de la Energía la cual dice, como bien sabemos, que, la energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma.

Esta ley es de gran relevancia para el tema que aquí estamos tratando. Una máquina, supuestamente perpetua, debe de conservar la energía en su interior debido a la nombrada ley. De tal forma que, cualquier pérdida de energía que tenga el sistema, ya sea en forma de fricción o de calor, hará que la energía del sistema se vaya disipando hasta provocar que el movimiento desaparezca.

Analicemos pues, las pérdidas resultantes por calor y las pérdidas por fricción.

Pérdidas por calor

Aquí es donde entra a jugar la Termodinámica, en concreto el Primer Principio, que formulado dice,

el calor generado en un sistema es igual al sumatorio del trabajo y la variación de energía interna. Lo que sucede llegados a este punto y, sabiendo que la variación de energía interna dentro de un ciclo es nula, es que el calor generado en el sistema es igual al trabajo. Esto nos lleva a que, al tener un sistema ideal sin pérdidas calóricas, por lo tanto, aplicando el Primer Principio,

El trabajo generado por este aparato es nulo, a saber, nuestra máquina ideal queda descartada.

Pérdidas por fricción

Aun así, los fundamentos anteriormente expuestos, los cuales ya aportan gran peso a nuestra argumentación, no son los únicos que tiran abajo la posibilidad de conseguir el ansiado movimiento perpetúo. El que se va a exponer a continuación, quizás hasta sea más contundente.

Supongamos que por un momento el problema del calor queda resuelto, ¿qué pasaría con las pérdidas por fricción?

Por mucho que no guste, las pérdidas por fricción suponen el escoyo más difícil de superar.

Trasladémonos por un momento allá donde el rozamiento es prácticamente nulo, el espacio exterior. La densidad de partículas atómicas existentes en el espacio es muchísimo menor que en la atmósfera de nuestro planeta, la Tierra y, aun dejando de lado el efecto que puedan tener los campos gravitatorios sobre nuestro movimiento perpetuo ahora espacial, el simple hecho de la colisión con partículas atómicas, provocará un rozamiento. Si es verdad que este podría ser tan pequeño, que el tiempo necesario para frenar por completo el movimiento pudiera ser extremadamente grande, pero finito.

Imaginémonos entonces, ¿qué sucedería en la Tierra con nuestra supuesta máquina? ¿Qué pasaría con el rozamiento entre las piezas de nuestro sistema? Pues que por mucho que se tratasen de reducir las zonas de contacto, estas no podrían desaparecer. El contacto genera una fricción que, sumada al calor, hacen que por la Ley de Conservación de la Energía, el movimiento perpetuo sea matemática, física y termodinámicamente imposible.

Autor de la entrada: Carlos Antero Simón Lentini (Alumno del Grado en Ingeniería de Organización Industrial).

El reparto de costes en sistemas de calefacción central

La Directiva Europea de Eficiencia Energética 27/2012/UE, de obligado cumplimiento a partir del 1 de enero de 2017, fue traspuesta parcialmente en nuestro país, a través del Real Decreto 56/2016.

Sin embargo, en lo relativo a los sistemas de ahorro individualizado sigue pendiente de desarrollo a través de un Real Decreto. A pesar de ello, la mayoría de las Comunidades de Propietarios han adaptado estos sistemas ante el temor de ser sancionados.

La Directiva indica que “en los edificios existentes que cuenten con una instalación centralizada de calefacción/refrigeración o estén abastecidos por una red de calefacción urbana o una instalación centralizada que de servicios a varios edificios, se instalarán contadores de consumo individuales que midan el consumo de calor o refrigeración o agua caliente de cada vivienda o cliente final”.

Más concretamente, el Artículo 9. D. 27/2012/EU indica que se instalarán contadores siempre que “técnicamente sea posible, financieramente razonable y proporcionado en relación con el ahorro potencial de energía, los Estados miembros velarán por que los clientes finales de electricidad, gas natural, calefacción urbana, refrigeración urbana y agua caliente sanitaria reciban contadores individuales a un precio competitivo, que reflejen exactamente el consumo real de energía del cliente final y que proporcionen información sobre el tiempo real de uso.(…)”

Las instalaciones centralizadas de calefacción suelen estar realizadas en anillo o por columnas.

En el primero de los tipos, la instalación de un contador de calorías suele ser sencillo, y el cálculo que realiza el equipo es relativamente claro. Basta con instalar un contador en la entrada de la vivienda con dos sondas, una en la ida y otra en el retorno. El equipo contará el caudal de entrada del circuito, y atendiendo a la diferencia de temperatura entre ambas sondas, calculará las calorías cedidas en la vivienda.

El problema surge con las instalaciones por columnas, donde una misma columna de calefacción, reparte a radiadores de distintos pisos. En estos casos, los equipos a instalar son los llamados repartidores de coste.

Repartidor de coste instalado en un radiador

Repartidor de coste instalado en un radiador

¿Son realmente fiables y precisos estos equipos? ¿Es razonable su instalación atendiendo a lo indicado en el Artículo 9. D. 27/2012/EU?

La mayoría de los fabricantes tienen unas pautas comunes en relación a su funcionamiento y forma de cálculo.

Los repartidores son equipos autónomos de fácil instalación, alimentados por una pila de larga duración y relativamente económicos. Se instalan en el propio radiador mediante un precinto antifraude, y emiten en remoto la lectura del emisor térmico (unidireccional o bidireccional).

Los repartidores con un solo sensor, disponen de una sonda que registra la temperatura media del radiador, de manera que para el cálculo del ∆t, consideran una temperatura ambiente constante de 20 ºC.

Los repartidores con dos sensores, mejoran la medición al disponer de un sensor adicional que mide la temperatura media del aire que circula por convección en la proximidad del radiador, corrigiéndolo en el cálculo.

En ambos casos es fundamental realizar una correcta instalación y parametrización del equipo.
Se montará en la posición indicada por el fabricante, normalmente en la zona media del radiador y al 75% de su altura.
En cuanto a la parametrización, es necesario programarlo con el valor de potencia del radiador instalado, que a su vez se calculará de acuerdo con la norma EN442. La mayoría de los equipos ya tienen preinstalados distintos modelos de radiador y bastará con seleccionar el adecuado.
Respecto a los errores del aparato, la norma europea EN834 establece unos requisitos mínimos, para la estimación de las lecturas de los equipos, en función del diferencial de temperatura entre la temperatura media del radiador y la temperatura ambiente.

Un algoritmo interno, realiza el cálculo entre ambas temperaturas, teniendo en cuenta la potencia de nuestro emisor, proporcionando la lectura del equipo.
Sin embargo, estos equipos tienen limitaciones y errores en el cálculo, cuando nos acercamos a la realidad.
A veces la potencia suministrada por el radiador puede ser menor a la teóricamente calculada por el repartidor, al existir bolsas de aire, atranques del circuito o entre elementos, etc. La temperatura media será correcta, pero la potencia real del radiador será inferior a la calculada por el equipo, perjudicando al usuario.
Además en la mayoría de estos equipos no se indica el algoritmo de cálculo aplicado, siendo el inicio y paro de la medición variable, en función de la temperatura y la estación. Normalmente, comienzan a medir cuando la diferencia de temperatura entre la superficie del radiador y el ambiente es mayor de 4º C. Durante el verano la temperatura del radiador deberá ser mayor a 40 ºC mientras que en invierno será superior a 29 ºC.
Por último, durante la instalación y parametrización del equipo también pueden producirse errores, pues dependen directamente de los conocimientos del instalador.
Otras situaciones habituales como el uso de cubre radiadores o la existencia de cortinas junto al radiador, limitan la circulación del aire afectando al cálculo del calor cedido y al uso de cabezales termostáticos.
No entramos aquí a valorar otras problemáticas en el reparto de costes en la instalación, como el porcentaje de gastos fijos y gastos variables, las viviendas situadas en los primeros pisos o áticos con mayores pérdidas de calor, uso de toalleros con resistencias internas, etc.
Indicar que estos elementos de medición no tienen ninguna utilidad si no van acompañados de equipos de regulación y control, como cronotermostatos y válvulas termostáticas, que nos faciliten la regulación del sistema de calefacción a la temperatura de confort deseada.
Es indudable que el reparto de parte de los gastos variables de una instalación centralizada de calefacción, reduce el consumo de energía e incrementa el ahorro; ya que cada usuario pagará en proporción a su consumo. Pero a su vez es importante destacar la limitada fiabilidad de algunos sistemas de medición, que pueden generar al usuario final respecto la exactitud del cálculo de sus lecturas.

Autor de la entrada: Félix A. Navarro Díez (Alumno del Grado en Ingeniría de Organización Industrial)

Breve historia de la Termodinámica

INTRODUCCIÓN

Hemos de hacer un viaje a finales del siglo XVII y contemplar como el desarrollo de la máquina de vapor supuso un cambio tecnológico, económico y social sin precedentes. Curiosamente, los ingenieros de la época fueron perfeccionando las máquinas de vapor, haciéndolas cada vez más eficientes pero, nadie sabía a ciencia cierta qué principios físicos se daban en este tipo de máquinas e incluso, no se tenía muy claro el concepto de calor. A mediados del siglo XIX, algunas de estas preguntas encontraron respuestas que, a día de hoy, son tomadas como verdades absolutas gracias a científicos como James Prescott Joule y William Thompson quienes algunos autores denominan, de una manera un tanto poética, como los descubridores de la energía.

A lo largo de las siguientes líneas se va a profundizar un poco en lo que he decidido denominar como “breve historia de la termodinámica”.

EL “MISTERIO” DEL CALOR

Pero bien, ¿qué es calor? Fueron dos los grandes paradigmas que coexistieron durante algún tiempo. Por un lado, teníamos a aquellos científicos que pensaban que eran las pequeñas partículas que componían la materia en movimiento y, por otro lado, se encontraban aquellos científicos que seguían la teoría de la electricidad (siglo XVIII), los cuales, imaginaban el calor como un “líquido imponderable” de forma similar a cómo se veía la electricidad en aquella época. No obstante, a finales del siglo XVIII, Joseph Black, un médico, físico y químico de reconocido prestigio en Escocia descubrió, con la ayuda del recién inventado termómetro, que se podía medir la temperatura de un cuerpo pero no el calor efectivamente aportado al mismo (esto pasa por ejemplo, al derretir hielo ya que, el calor aportado queda “oculto” en gran medida pues si se coloca un termómetro junto a un bloque de hielo que se está calentando con el fin de derretirlo, la temperatura de dicho bloque sigue siendo de 0 ºC).

En 1780, Antonine-Laurent de Lavoisier y Pierre Simon Laplace, desarrollaron un calorímetro de hielo. Con este “artefacto” midieron el calor entregado por un cuerpo. En concreto, pudieron comprobar que un fragmento de cobre y otro de madera con igual masa y temperatura, derretían una cantidad diferente de hielo.

En esa misma época, el estadounidense Benjamin Thompson (citado frecuentemente como conde de Rumford, debido al título nobiliario que ostentaba) que se encontraba trabajando en Alemania, creyó descubrir qué era el calor. Afirmaba que el calor era el movimiento de las partículas minúsculas que componían la materia.

Temeroso de la propagación de la Revolución Francesa, el gobernador de Baviera encomendó a Thompson la supervisión de los cañones construidos para la defensa de las fronteras. En el proceso de taladrar el ánima de los cañones, Thompson observó que se producía un aumento de temperatura en la estructura del cañón, en las virutas metálicas y en el propio taladrador, de modo que parecía generarse calor continuamente en lugar de conservarse (como predecía la teoría del fluido calórico). Para intentar demostrar qué pasaba, llevó a cabo una serie de experimentos para medir el cambio de temperatura que ocurría al utilizar maquinaria rudimentaria desafilada en ese proceso de taladrado. En uno de dichos experimentos utilizó agua para refrigerar el taladrador y la estructura del cañón. El también conocido como conde de Rumford, midió el aumento de temperatura del agua y observó “el asombro que expresaban el público allí presente viendo que la gran cantidad de agua que podía hervir sin necesidad de emplear ningún fuego”. Su conclusión particular fue que el calor no podía ser una sustancia material, ya que parecía no tener límite. Más bien parecía que era el resultado del rozamiento o del trabajo realizado por las fuerzas aplicadas. No obstante, la “teoría del calor” de Benjamin Thompson no acababa de tener mucha aceptación en los círculos académicos de la época.

CALOR Y TRABAJO MECÁNICO

Años más tarde, ya metidos plenamente en el siglo XIX, James Prescott Joule, oriundo de Manchester (ciudad que en esa época era un referente mundial a nivel tecnológico) maravillado por la máquina de vapor, tuvo la oportunidad de estudiar una de ellas a fondo, ya que su familia, que se dedicaba a la industria de la cerveza, poseía una. Después de mucho tiempo estudiando dicha máquina, quedó ciertamente aburrido del tema. Es por ello que se sintió atraído por otro fenómeno físico: la producción de trabajo mecánico mediante magnetismo y electricidad.

Michael Faraday, había inventado en 1821 un motor eléctrico que serviría como prototipo para que se fuera mejorando en la industria años más tarde. Joule, descubrió que el motor de Faraday poco tenía que hacer, tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista de la eficiencia en la producción, frente a la máquina de vapor existente a nivel industrial (consumía demasiado Zinc y líquido de batería). No obstante, Joule observó un fenómeno curioso: durante el funcionamiento del motor eléctrico, la batería y los conductores eléctricos sufrían un elevadísimo calentamiento. Esto le llevó a preguntarse si sería esa la causa del escaso rendimiento del motor. Esta duda condujo a Joule a llevar a cabo experimentos durante varios meses, consistentes básicamente en hacer pasar corriente eléctrica por alambres metálicos de diferente longitud, espesor y material. Simultáneamente, iba midiendo el calor producido y llegó a una conclusión muy interesante y que hoy conocemos como Ley de Joule: “el calor producido aumenta con la resistencia del conductor eléctrico, el cuadrado de la intensidad de la corriente y la duración de la circulación de la misma”.

Tras el descubrimiento de esta Ley, Joule siguió trabajando día y noche sobre la medición del calor en diferentes procesos. Un experimento sumamente curioso e importante en la historia de la ciencia, consistió en poner una rueda con paletas acopladas en un gran barreño con agua. Dicha rueda, se accionaba con intención de que girase en el agua gracias a unas pesas de plomo suspendidas por sogas y acopladas a una polea que se accionaba manualmente. El trabajo mecánico pues, era fácil de calcular sabiendo la altura a la que subían dichas pesas y la masa de las mismas. Posteriormente, se dejaba que las ruedas descendiesen, lo que generaba el movimiento de la rueda con paletas que, finalmente, provocaba un ascenso de temperatura del agua en el barreño. Lo que Joule pretendía era comparar el calor generado por el trabajo mecánico y el del agua. Esto no fue tarea sencilla con los instrumentos de la época y más teniendo en cuenta que la elevación de la temperatura del agua no había sido demasiado alta. En pocas palabras, se requería de una mayor precisión de la que le podía proporcionar su instrumental por lo diseñó y posteriormente encargó, termómetros muy precisos para tal fin. Finalmente logró establecer una relación precisa entre el trabajo realizado y la elevación de la temperatura, descubriendo así el equivalente mecánico del calor (una determinada cantidad de trabajo mecánico produce una determinada cantidad de calor). Debido a la importancia de este descubrimiento, en el año 1976 se decide cambiar el nombre de unidad de energía por el de Joule (Julio). Después de este descubrimiento Joule, se pondría en contacto con otros científicos de la época para compartir sus experiencias y las conclusiones derivadas de las mismas. Pero, al ser un investigador desconocido, su impacto fue nulo, dicho en otras palabras: no le prestaron atención. Aparte de esto, su tesis sobre cómo se generaba el calor, se oponía al paradigma imperante en la época.

No obstante, otro científico que estaba empezando, el escocés William Thomson, sí se vio atraído por las investigaciones de Joule. A diferencia de Joule, a Thompson, le precedía cierta fama debido a su posición como profesor de ciencias naturales en la universidad de Glasgow (puesto que logró a la temprana edad de 22 años). Thomson había estado siempre interesado en la historia del calor, de hecho, sus investigaciones se centraron durante mucho tiempo en la recopilación de textos manuscritos de un investigador francés: Nicolas Léonard Sadi Carnot.

En 1822, Carnot había publicado una teoría sobre la máquina de vapor. A Carnot le gustaba la idea de comparar la máquina de vapor con “la fuerza del agua”: al igual que el agua cae desde una determinada altura, impulsando una rueda de molino, en una máquina de vapor, el calor fluiría desde una temperatura mayor a otra menor además también planteó una analogía con la cantidad de agua y de calor ya que, así como la cantidad total de agua es la misma en el molino de agua, el calor en la máquina de vapor tampoco sufriría cambios. Carnot señaló que una determinada cantidad de calor absorbida, siempre tenía que volver a ser entregada después de realizar un trabajo mecánico. Es decir, la teoría de Carnot estaba basada en un circuito térmico cerrado en donde ya está presente el calor y, por tanto, no necesitaba ser producido.

Thomson, quien había estudiado con dedicación a Carnot, veía una contradicción con las ideas de Joule, pues este último había comprobado que el trabajo mecánico genera calor mientras que Carnot había presentado un circuito cerrado donde ya existía el calor. Fueron cuatro los años que dedicó Thomson a descubrir cuál de las dos teorías era la correcta. Después de esto concluyó que tanto Joule como Carnot, tenían razón, simplemente, había que ser capaz de vincular dichas teorías. Es así como Thomson desarrolló una nueva teoría del calor: la termodinámica. Para ello, partió de dos postulados fundamentales. El primero de estos postulados resumía las conclusiones de Joule: el calor no es más que una forma de energía que es generada por ejemplo, a través de trabajo mecánico. Dicho de otra manera: si contemplamos un sistema aislado, la energía contenida en él puede pasar de una forma a otra pero en su totalidad, no puede ni aumentar ni disminuir. Es lo que hoy en día conocemos como primer principio de la termodinámica (la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma). El segundo postulado recogía los resultados de Carnot y los interpretaba: el calor nunca puede ser transformado en su totalidad en trabajo mecánico, ya que una parte siempre queda sin usar. Por ejemplo, toda máquina térmica entrega una parte del calor que le es provisto en forma de “descarga de calor”, o sea, que las transformaciones no son equivalentes en ambos sentidos.

Otros científicos de la época llegarían a conclusiones análogas, entre ellos Rudolf Clasius y Julius Robert von Mayer. De hecho, en el caso de Clasius, ya había publicado algo en relación a lo que hoy conocemos como “primer principio”. Pero ninguno tuvo el “rigor” de Joule en cuanto a la experimentación ni la capacidad de Thomson para aunar diferentes teorías.

EVOLUCIÓN DE LA TERMODINÁMICA

Pero, después de este repaso histórico, seguimos sin saber cuál es la verdadera naturaleza del calor. Volvamos a la historia pues. Al principio, la termodinámica sólo se dedicaba a las magnitudes que se podían medir y las relaciones que guardaban entre ellas. Pues bien, en este aspecto, Joule había avanzado un poquito más lejos: retomó la idea del Conde de Rumford que decía que el calor no era más que el movimiento de las partículas en el interior de un cuerpo. Esa idea le obsesionó durante toda su vida pero, después de tantos estudios y los avances hechos por otros científicos, lo tenía claro: tenía que ser así. Varias décadas después, los científicos acabarían demostrando que tanto Rumford como Joule, tenían razón.

Joule y Thomson forjaron una profunda amistad teniendo la ciencia como nexo común. Realizaron numerosos experimentos. Uno de ellos consistía en intentar saber qué pasaba con la temperatura de un determinado gas en un recipiente, al modificar la presión sobre sobre él. Estos experimentos fueron apoyados por el Gobierno Británico, quién les financió en gran medida. Descubrieron lo que hoy se conoce como efecto Joule-Thomson. Este hace referencia al proceso en el cual la temperatura de un sistema disminuye o aumenta al permitir que el sistema se expanda libremente manteniendo la entalpía constante. Aunque este efecto, en sus experimentos, era muy pequeño, tendría gran importancia.

A finales del siglo XIX, Carl Von Linden, aplicó el efecto Joule-Thomson reiteradamente en un experimento, hasta conseguir llevar el aire a una temperatura tan baja, que se volvió líquido. Este procedimiento que a priori puede que no nos llame excesivamente la atención, se usa hoy en día para convertir en líquido diferentes gases y poder almacenarlos en tanques o botellas.

Las aportaciones de numerosos científicos pero, especialmente las de Thompson y Joule, fueron responsables de que hoy estemos estudiando la termodinámica como disciplina dentro de las ciencias físicas. Lamentablemente, ambos científicos no tuvieron el mismo final. Thomson, triunfó en el ámbito académico y recibió por parte de la reina, el título de Lord Kelvin mientras que Joule, pasó sus últimos años con una modesta pensión que también le concedió la Reina por sus descubrimientos.

TERMODINÁMICA HOY, ESTADO ACTUAL Y DESAFÍOS

En el año 2012 un ingeniero venezolano llamado Luís Solórzano afirmaba haber inventado un motor de energía ilimitada, rompiendo así con la segunda ley de la termodinámica. Realmente, en sus experimentos en su laboratorio de Miami, aseguraba que la segunda ley de la termodinámica, funciona en la mayoría de los sistemas, pero no en todos, es por ello que no puede denominarse ley. Y la prueba que aportaba era su turbina térmica de perfiles. Sin entrar a analizar el funcionamiento del motor, Solorzano afirmaba que: la energía cinética que es capaz de producir su motor, era 10 veces mayor que la energía eólica utilizada para mover las palas que lo ponían en funcionamiento. No obstante, las investigaciones y el rechazo a patentar el invento en EEUU, hacen pensar que todo haya sido un timo para intentar “colocar” en el mercado industrial dicho dispositivo.

Algo parecido pasa con el motor EmDrive que ha desarrollado recientemente la NASA, pero este artículo no es lo suficientemente extenso para tratar el tema con profundidad. Sin embargo, en el caso de este motor, poca gente se atreve a afirmar que la NASA intente engañar a nadie. Teorías como el vacío cuántico o errores en la medición son las que se están intentando aplicar para entender el funcionamiento de dicho dispositivo.

En el año 2014, Jan Gieseler, Romain Quidant, Christoph Dellago, Lukas Novotny publicaron un artículo en que se afirmaba haber descubierto que una nanopartícula situada en una cavidad ultravacía era capaz de violar temporalmente la segunda ley de la termodinámica mientras se encontraba atrapada en un haz de luz láser. Los autores afirman, en concreto que  mediante un sistema paramétrico realimentado se puede enfriar la nanopartícula atrapada. Al cortar la realimentación, la partícula vuelve al estado de equilibrio (se calienta). Sin embargo, durante este proceso su temperatura sigue un camino aleatorio, con fluctuaciones estadísticas. Algunas implican la transferencia de calor de la nanopartícula fría hacia el medio más caliente. El artículo parece ser totalmente cierto y abre las puertas a una comprensión de la termodinámica que debe incluir nuevos fenómenos, ¿quizás alguno de naturaleza cuántica? El tiempo acabará explicándolo.

Cabe destacar también la extraña relación entre la Termodinámica y el Universo: ¿se cumplen las leyes en él? En los años setenta del pasado siglo, los físicos Stephen Hawking y Jacob Bekenstein se dieron cuenta de una extraña propiedad de los agujeros negros: descubrieron que la entropía de estos objetos era proporcional al área del horizonte de sucesos, no así al volumen de su interior. Este artículo explicado para profanos en la materia, en la revista Scientific American, nos viene a decir que el resultado de las conclusiones de estos científicos era muy llamativo ya que, en general, la entropía de un sistema físico cuantifica nuestro grado de ignorancia sobre sus detalles microscópicos. Por tanto, en el caso de un agujero negro, cabría esperar que la entropía fuese proporcional a todo el volumen al que un observador externo no tiene acceso, no a la superficie que lo rodea. De hecho, así ocurre con todos los sistemas termodinámicos ordinarios: en un gas, por ejemplo, la entropía es siempre proporcional al volumen que ocupa, no a la superficie que rodea a dicho volumen. ¿Por qué esto es diferente en el caso de los agujeros negros?

Lo que está claro es que la termodinámica, como disciplina afín a las ciencias físicas y a la química, no se puede tratar como algo absolutamente aislado de las mismas. Relatividad, física cuántica y física de partículas nos pueden abrir el camino a una nueva termodinámica. Esto genera numerosas cuestiones, a día de hoy sin respuesta: ¿nos encontramos ya ante un nuevo paradigma científico? ¿A dónde nos conducirá? ¿Qué implicaciones económicas y sociales se derivarán de esta nueva física?…

BIBLIOGRAFÍA

Bryson, Bill (2006): “Una breve historia de casi todo”. Primera edición. Editorial Océano.

Typler, Paul A. & Mosca, Gene (2010): “Física para la Ciencia y la Tecnología”. Sexta Edición. Editorial Reverté.

Revista Investigación y Ciencia, número especial (2016): “Fronteras de la Física Cuántica”.

http://es.gizmodo.com/la-nasa-reconoce-que-el-motor-imposible-emdrive-funcion-1789206658

https://elobservatoriodeltiempo.wordpress.com/2012/11/22/el-investigador-venezolano-luis-solorzano-tumba-la-segunda-ley-de-la-termodinamica/

Autor de la entrada: Antonio José Lobato Alejano (Alumno del Grado en Ingeniería de Organización Industrial)

Analogías entre instalaciones térmicas e instalaciones eléctricas y puntos críticos

He decidido aportar a este foro cierto conocimiento que he ido adquiriendo a lo largo de mi experiencia profesional. Se trata de hacer un breve resumen con (carácter informal) de las instalaciones más elementales de suministro energético que una industria puede necesitar y en las que las empresas suelen requerir de servicios de ingeniería externa.

Voy a dividir este breve análisis en 2 instalaciones fundamentales: instalaciones eléctricas e instalaciones térmicas (calefacción), ya que suelen ser las más habituales.

Realizaré un análisis detallado de los puntos críticos de ambas instalaciones, aunque para ello deba obviar otros aspectos también fundamentales para hacer esta entrada menos extensa.

Persigo dos objetivos con este análisis: uno es continuar con las analogías entre electricidad y fluidos que estudiamos en Termodinámica y Mec. de Fluidos del Grado de Ingeniería de Organización Industrial, y por otro lado, pretendo que todos los compañeros tengan un mínimo conocimiento de algunos de los puntos críticos, que he detectado a lo largo de mi experiencia profesional en el sector energético.

INSTALACIONES ELÉCTRICAS.

Caso habitual 1: Somos una industria, debemos decidir si nos alimentamos con media o baja tensión ¿en qué nos basamos para tomar esta decisión?

En primer lugar, alimentarnos con media tensión implica redactar y tramitar un proyecto de consumo, en el que debemos instalar un Centro de Transformación de nuestra propiedad. (aproximadamente, dependiendo de la potencia, gastaremos un mínimo en torno a los 20.000 €)

Si nos alimentamos con baja tensión la Compañía nos cobrará el alta de suministro, que dependerá de la potencia solicitada y también, en caso de ubicación no urbana, debemos asumir el coste de refuerzo y extensión de red, que luego debemos ceder a la compañía distribuidora. Si la finca está situada en ubicación urbana, sólo asumiremos unos derechos de alta, que se calculan en función a la potencia solicitada (conocido como baremo).

¿Qué potencia vamos a demandar?

A mayor potencia demandada mayor rentabilidad en MT (Media Tensión).

¿Qué consumo vamos a demandar?

Igual que con la potencia, mayo consumo, mayor rentabilidad en MT.

¿Qué distancia hay hasta las redes de la Compañía Distribuidora?

Si hay mucha distancia, los ingenieros deben solucionar el problema de la caída de tensión ∆U, esto sucede cuando:

  • La distancia entre el CT (centro de transformación) y el punto de suministro es muy grande.
  • Cuando el conductor no tiene una sección suficiente.
  • Cuando existen ya muchos clientes conectados a esa salida del CT. Los centros de transformación tienen varias salidas precisamente para evitar la caída de tensión, así se reparte en varias direcciones o se utilizan dobles líneas (2 salidas que aprovechan el mismo tendido/zanja para ir alimentando a muchos clientes o, por ejemplo, una línea para los clientes monofásicos normales, como viviendas, y otra reservada a uno o varios puntos de suministro con gran demanda y alejados, por ejemplo una cantera, una granja, etc.)
  • Cuando el conductor es aéreo, es mayor caída de tensión que cuando es subterráneo
  • Cuando la potencia que demandamos es muy grande para la red existente (rústico).

En estos casos, la alternativa en MT suele ser estudiada, pese al coste de instalar un CT propio, ya que a la larga, como la compañía distribuidora nos lee, nos factura y cobra en MT, recuperamos esta inversión rápidamente, además de tener un suministro de mayor calidad.

Además de la importancia de los cálculos de caída de tensión, es importante en un Proyecto Eléctrico tener en cuenta:

  • Cálculo de apoyos de líneas aéreas (altura y esfuerzo a soportar).
  • Cálculo de zanjas (profundidades, número de tubos,…).
  • Estudio de capacidad de la máquina (CT).
  • Ubicación de la medida (siempre accesible para personal Compañía Distribuidora).
  • Cálculo de conductores (sección y tipo: ahora todo es aluminio. RZ es aéreo y XZ es subterráneo) . Por ejemplo:
      • Secciones desde 25 a 150 mm en Aéreo Baja Tensión
      • Secciones desde 50 a 240 mm en Subterráneo Baja Tensión
  • Afecciones: Debemos tener en cuenta las infraestructuras, patrimonio, costas, carreteras, aeropuertos, iglesias, vecinos, comunidades de propietarios, etc. Todas estas entidades son afectadas por nuestras instalaciones y por ello debemos consultar si respetamos o no sus requerimientos a la hora de proyectar, por ejemplo, cuando se cruza una carretera nacional, el Ministerio de Fomento solicita cruzar con una zanja más profunda de lo habitual, con más tubos de lo habitual, y hormigonados los tubos para que resista el tránsito de vehículos. Para evitar un requerimiento de Fomento, debemos consultar sus criterios técnicos antes de realizar el diseño, de este modo evitamos la devolución a la hora de tramitar en Industria y resto de Administraciones.

INSTALACIONES TÉRMICAS.

Caso habitual 2. Somos una Comunidad de Propietarios, de un edificio con 10 alturas y 4 viviendas por planta. Queremos instalar una caldera comunitaria en el garaje que suministre agua caliente y calefacción para todos los vecinos, sustituyendo la caldera actual por un sistema de gas/biomasa más eficiente. Es importante aclarar que, aunque la descentralización suele ser una opción muchas veces atractiva, nunca se logrará una eficiencia tan alta como en un sistema centralizado.

¿Qué distribución hidráulica tenemos actualmente?

1.- Si el reparto actual es en anillo, perfecto, de lo contrario, si es en columna habrá que diseñar el anillado de circuitos ya que la norma exige ahora que el reparto esté individualizado, siendo así posible el conteo de energía por vivienda.

Además de lo anterior, debemos analizar elementos como :

  • Acumuladores.
  • Vasos de expansión: amortiguan la presión cuando el agua se expande.
  • Colectores y agujas/compensadores hidráulicos: encargados de realizar el reparto y mezcla.
  • Bombas: elementos que vencen la pérdida de carga manométrica.
  • Calderas.

Es importante definir potencias de calderas y bombeo, secciones de tuberías y elementos, caudales necesarios, etc.

Distribución hidráulica para la calefacción (en anillo y por colummas)

Distribución hidráulica para la calefacción. (Fuente: www.contadoressalamanca.com)

2.- ¿Qué espacio y ventilación tenemos en el local destinado a la sala de calderas? Este detalle es un punto crítico ya que, como sabemos, el metano es más ligero que al aire y, por ejemplo, el propano no lo es, así que en función del espacio, de la ventilación y ubicación de la sala de calderas tendremos que elegir el combustible a utilizar, ya que la Normativa puede ser condicionante.

3.- Una vez decidido el combustible, calderas, habiendo diseñando la acumulación, circulación y recirculación, compensación hidráulica y habiendo previsto el anillado de circuitos, es hora de enfrentarse al mayor punto crítico que es la impulsión necesaria para lograr vencer la pérdida de carga y mantener el flujo necesario para una correcta circulación por todos los radiadores del edificio. Como sabemos este es el mayor reto, pues para el servicio de agua caliente siempre contamos con la ayuda de la presión de entrada (del mismo modo que sucede con los termos de agua caliente que tenemos en casa).

4.- El cálculo de diámetro de tuberías es otro punto crítico. (Podéis comprobar en vuestro edificio que, a medida que subimos, el diámetro es menor, y también podéis comprobar en vuestra calefacción que, a medida que avanzamos del primer al último radiador, el diámetro de la tubería es menor) Si bien el cálculo de tuberías es sencillo, cuando tenemos que aprovechar una tubería existente la cosa ya se complica y si además es una tubería de una instalación que hemos anillado, ya no podría ser más complicado.

5.- El cálculo de pérdida de carga manométrica es quizá el mayor quebradero de cabeza, especialmente porque definirá la potencia necesaria de impulsión. Cierto es que las mejoras tecnológicas en los sistemas de bombeo (por ejemplo: la frecuencia variable) han simplificado mucho el cálculo y el margen de error. Es especialmente complicado porque debemos sumar elementos del anillado y restar elementos de la antigua distribución, teniendo en cuenta idas y retornos.

6.- Habiendo definido ya todo lo anterior, nuestro estudio de instalación térmica deberá también tener en cuenta aspectos importantes como:

  • Instalación de apoyo solar-térmico. Intercambiador de calor.
  • Reforma de la sala de calderas. Puertas RF, detectores de CO , pirostatos, detectores de gas, conmutadores con luz de emergencia, ventilación natural o forzada, aislamiento de tuberías, esquemas eléctrico y de gas, etc.
  • Es necesario el conteo de energía individual. Esto lo logramos con sondas de temperatura y caudalímetros. Si sabemos qué cantidad de agua (volumen) entra en la vivienda para calefacción y sabemos qué cantidad sale y conocemos las temperaturas, sabremos cuántas calorías ha perdido en la vivienda.

Habiendo llegado a este punto, creo que es importante tener claros estos 2 aspectos, así como las analogías entre ellos: pérdida de carga manométrica y caída de tensión. Ambos son retos a superar día a día por los ingenieros requeridos para redactar proyectos en este área de negocio.

Recibid un cordial saludo,

Alumno autor de la entrada: Abraham Hawari
(Alumno del Grado en Ingeniería de Organización Industrial)