Las oposiciones a Secundaria están a la vuelta de la esquina. En esos días, se decidirá el futuro de los profesores de Institutos y de muchos profesionales de la educación. Y una de las cosas que están estudiando sin parar es la educación basada en competencias, ya que así lo recoge la ley, la LOMLOE. Y es que la educación basada en competencias es un enfoque pedagógico que se ha popularizado en las últimas décadas. Se basa en el desarrollo de habilidades y conocimientos prácticos que permiten a los estudiantes enfrentar los desafíos del mundo real. En contraste con la educación tradicional, que se enfoca principalmente en la transmisión de información teórica, la educación basada en competencias busca promover el aprendizaje activo y significativo.

En este enfoque educativo, las competencias se definen como un conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que permiten a las personas llevar a cabo tareas específicas de manera efectiva y eficiente. Estas competencias no se limitan únicamente al ámbito académico, sino que también incluyen habilidades socioemocionales, habilidades de comunicación, trabajo en equipo, pensamiento crítico, resolución de problemas y capacidad para adaptarse a entornos cambiantes.

Este tipo de educación se basa en la premisa de que los estudiantes deben ser capaces de aplicar lo que aprenden en contextos reales. En lugar de centrarse exclusivamente en el conocimiento teórico, se busca desarrollar habilidades prácticas y capacidades que sean relevantes para la vida cotidiana y el mundo laboral.

Por tanto, en los últimos años se ha llevado a cabo un cambio en la forma en que se diseñan y se llevan a cabo los planes de estudio. Ahora, se promueve un enfoque más integrado y multidisciplinario, donde los estudiantes tienen la oportunidad de explorar problemas y desafíos complejos desde diferentes perspectivas. Además, se fomenta el aprendizaje activo, involucrando a los estudiantes en proyectos y actividades prácticas que les permitan aplicar y desarrollar las competencias deseadas.

Uno de los elementos clave en la educación basada en competencias es la evaluación. En lugar de centrarse exclusivamente en exámenes escritos o pruebas de opción múltiple, se busca evaluar el desempeño de los estudiantes en situaciones auténticas. Esto implica la realización de proyectos, presentaciones, debates y otras actividades que permitan a los estudiantes demostrar su dominio de las competencias requeridas.

Si bien la educación basada en competencias ha ganado popularidad en muchos países, también ha generado cierta controversia. Algunos críticos argumentan que este enfoque puede descuidar la importancia del conocimiento teórico y la formación integral de los estudiantes. Además, existe el desafío de cómo medir y evaluar de manera justa las competencias, ya que no siempre es fácil establecer criterios claros y objetivos.

Pero se trata de un modelo de educación que, en teoría, es bastante bueno para desarrollar en el aula, ya que al ofrecer la posibilidad de que los alumnos puedan aplicar lo que aprenden en la vida real, siempre será mucho más motivacional, ya que lo ven de una manera más práctica. 

En materia de educación, en la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, se imparten el Grado en Magisterio de Educación Infantil, el Grado en Magisterio de Educación Primaria y cinco Másteres específicos.