Un estudio llevado a cabo por Telefónica pone en evidencia que toda la comunidad educativa está a favor del uso de tecnología: un 99% de los directores de centros entrevistados considera que la tecnología ayuda a la enseñanza, porcentajes que son el 89% en el caso del profesorado, y el 83% de las familias.
Son datos que se recogen en La Sociedad Digital en España 2022, el informe de Fundación Telefónica que reúne los indicadores sociales más relevantes para medir el avance hacia la digitalización.
No obstante, la falta de profesionales en tecnología es un problema en toda Europa que se ve agravado en España. En 2021 España contaba con 72.000 especialistas TIC, lo que equivalía al 3,8% del total del empleo nacional, frente al 4,8% de media de la Unión Europea.
Únicamente el 17% de las empresas españolas cuenta con especialistas en tecnologías digitales en plantilla, frente al 19% de las europeas. Por tamaños, en las grandes compañías los porcentajes son del 67% en España y del 76% en Europa, mientras que entre las pymes bajan al 16% y 18%, respectivamente.
Un problema añadido es la brecha de género dentro de las competencias y profesiones digitales. De los 4,2 millones de ocupados STEM en España apenas un 10% (en concreto, 420.000) trabajan en los sectores más digitales de la economía española, de los cuales solo en torno a la quinta parte son mujeres (frente al 79% masculino).
Según Women in Digital Scoreboard (WiD), el indicador sobre el grado de desarrollo digital de la mujer que elabora la Comisión Europea, España tiene una importante brecha de género en lo relacionado con profesiones digitales. Solamente hay 12 graduadas en disciplinas STEM por cada 1.000 individuos de entre 20 y 29 años, mientras que la media europea es de 14, y la cifra de los hombres 29,7.
Por otro lado, la proporción de especialistas TIC es 1,6%, frente al 5,6% de los hombres. Tecnologías de vanguardia: inteligencia artificial, blockchain, computación cuántica y el metaverso Tecnologías como la inteligencia artificial, el big data, internet de las cosas, blockchain, cloud o la robótica, está dando forma a la economía del dato y del conocimiento.
En España, a pesar de no ser un país tan aventajado en inteligencia artificial como Inglaterra, Alemania o Francia, según el informe, se está demostrando un compromiso firme con su despliegue, como demuestra el lanzamiento a finales de 2020 de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, uno de los ejes de la Agenda España Digital 2025, y uno de los componentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española.
La implantación del blockchain se está produciendo a un ritmo más lento que el de otras tecnologías, debido al bajo entendimiento y al desconocimiento de su aplicación en el negocio, más allá de las criptomonedas como Bitcoin. Con todo, GlobalData calcula un importante crecimiento del mercado global para esta tecnología, que pasaría de tener un valor de 3.600 millones de dólares en 2020 a 24.100 millones en 2025, alcanzando los 198.600 millones en 2030.
El informe destaca que nuestro país tiene un ecosistema “vibrante” de blockchain, con 150 empresas dedicadas a este campo, un volumen de negocio anual de 103,5 millones de euros, una importante red de promoción de esta tecnología con más de 500 miembros y ocho universidades con grados relacionados con las cadenas de bloques, lo que nos sitúa como líderes europeos en formación blockchain.
La computación cuántica está dando el salto del mundo académico a las soluciones a problemas reales de la ciencia y la economía. La integración de la computación clásica con la cuántica y con la inteligencia artificial constituirá la mayor revolución informática de los últimos sesenta años y se identifican tres aplicaciones clave de esta tecnología: la optimización de algoritmos, la ciencia de datos y los modelos matemáticos, y la química cuántica y la ciencia de los materiales.
Otra de las grandes tendencias tecnológicas de vanguardia es el metaverso, donde cobran una importancia crucial las tecnologías basadas en la realidad virtual y a realidad extendida.