Brechas de seguridad “causan pérdidas de 6,6 millones”, según lo referido por la empresa global Huawei y destacado por Forbes Centroamérica.

El reporte elaborado por Huawei destaca que “el 43 % de las amenazas cibernéticas son de origen interno”, las cuales están conectadas con “la negligencia o la falta de atención de empleados, además de otras causadas por usuarios malintencionados o por el robo de credenciales”.

Para cada negligencia, la empresa elaboró cuáles son los costos medios, como “484.931 dólares en los casos de negligencia, 648.062 dólares para los causados por usuarios malintencionados y 804.997 dólares para robos de credenciales”.

Michele Nogueira de la Universidad Federal de Minas Gerais, detalla que “vemos tantas inversiones y discusiones sobre herramientas potentes, pero cuando te fijas en la estadística, queda claro que, aunque tengas recursos superpoderosos, el 43 % de los problemas seguirán ocurriendo, lo que genera un cambio de enfoque”.

Por lo que agregó que “aunque sigue siendo fundamental invertir en tecnología de punta para garantizar la protección, es todavía más importante utilizar las herramientas que ya existen de forma correcta y entrenar y concienciar a las personas para mitigar las amenazas”.

Todo ello refiere como no solo la ciberseguridad es un asunto de pérdida de datos o vulnerabilidad de la información, sino también monetario y por ello, es que cada vez más se hace relevante en las agendas de las empresas.

¿Cómo protegernos de las amenazas cibernéticas?, “lo básico es detectarlas, tipificarlas, ver de dónde vienen, e identificarlas atribuyendo el origen del ataque, esto último suele ser lo más difícil. La amenaza buscará la intrusión en su objetivo, obtener los mayores niveles de acceso e, incluso, permanecer para aprender; finalmente obtener información o dañar, destruir. Lo interesante es determinar el propósito de la amenaza, antes que se materialice. Ese propósito suele ser: ciberespionaje, cibersabotaje, ciberterrorismo y atentar contra las instituciones o la organización objetivo”, así explicó la docente, Nieves Balboa Mingo, profesora y Coordinadora Académica de Formación no presencial del Área de Recursos Humanos de la Universidad UDIMA.

Y añade que “la mejor manera de defenderse es con la ciberinteligencia para poder desarrollar el cibercontraespionaje, el cibercontrasabotaje etc. Y con una fuerza de ciberdefensa, como a inicios del siglo XX se hizo con la creación de las fuerzas aéreas; evidentemente, en los Estados, el marco lógico de las fuerzas de ciberdefensa son las Fuerzas Armadas”.

Y es por ello que la Universidad UDIMA  ofrecen varias formaciones especializadas en esta área tan importante como: