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Sobre José Ángel López Palomo

José Ángel López Palomo

Profesor Asociado. Facultad de Ciencias Jurídicas. Grado en Ciencias del Trabajo, Relaciones Laborales y RRHH. Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA). Profesor de Retribución y Compensación. CEF Escuela de Negocios. Jefe Departamento Corporativo de Compensación y Beneficios - Dirección General de Recursos Corporativos - Grupo OHLA Ver perfil

José Ángel López Palomo

Aspectos retributivos de la movilidad internacional de trabajadores

La movilidad internacional de los empleados de empresas multinacionales se está incrementando en los últimos años como consecuencia de los procesos de internacionalización de las empresas que están aprovechando oportunidades de negocio en el extranjero. 

En este contexto, uno de los grandes retos a los que se enfrentan en la actualidad las empresas y las áreas de RRHH en sus procesos de movilidad internacional es la definición de las políticas retributivas y de beneficios que conformen el paquete de compensación total del empleado al que se le asigna un destino internacional. 

También desde la visión del empleado, el paquete retributivo se convierte en uno de los principales factores que éste tiene en cuenta a la hora de aceptar una oferta de expatriación o una asignación internacional. 

El objetivo de estas políticas de compensación y beneficios es asegurar que los trabajadores expatriados, en cualquiera de sus modalidades, así como sus familias, estén apoyados por políticas y prácticas comunes, homogéneas y competitivas que, en cualquier caso, garanticen tanto su capacidad adquisitiva como su seguridad, su comodidad en el país de destino y el atractivo profesional del proyecto internacional que se le asigna. 

El impacto que el actual entorno económico está teniendo sobre las compañías está haciendo que estas rediseñen sus políticas de movilidad internacional en lo que a compensación y beneficios se refiere. 

Los procesos de ajuste de las estructuras organizativas que están llevando a cabo muchas empresas y, por otro lado, el aumento de mano de obra disponible para salir al extranjero, están provocando una contención en los paquetes retributivos que se ofrecen a los empleados frente a la generosidad que en este sentido se predicaba no hace tanto tiempo. 

También las situaciones de asignación internacional están cambiando, de las políticas tradicionales de expatriación de hace unos años se está transitando hacia modelos de movilidad internacional “home system plus”, desplazamientos temporales o por proyectos, e incluso, en muchos casos, políticas de “localización” en el país de destino. 

La compensación internacional gana cada vez más protagonismo en este contexto, el conocimiento de los mercados retributivos, las estructuras salariales y las políticas y prácticas de compensación y beneficios de los países en los que operan las compañías es fundamental para el diseño de dichos paquetes de compensación y para adecuarse a la nueva realidad. 

Se hace necesario mantener un equilibrio entre el ajuste de los costes de la movilidad internacional y que las políticas sigan siendo atractivas para el empleado, tanto desde el punto de vista cuantitativo de la retribución como de su desarrollo profesional. 

Las razones por las que las empresas se ven en la necesidad de desarrollar políticas de expatriación y movilidad internacional son diversas, y dependerá en muchos casos del ciclo y la situación de negocio que dicha compañía tenga en el país donde decida destinar a un empleado. 

Entre estas razones podemos mencionar las siguientes: 

  • Búsqueda de oportunidades de negocio en nuevos mercados y/o puesta en marcha de nuevos proyectos. 
  • Transmisión de conocimientos para cubrir carencias habilidades o competencias. 
  • Desarrollo de una cultura corporativa que asegure la adecuación y cumplimiento de las políticas de la compañía. 
  • Desarrollo profesional, muchas compañías utilizan la movilidad internacional dentro de sus planes de carrera profesional con objeto de que los empleados adquieran una visión global de empresa. Las asignaciones internacionales pueden facilitar el desarrollo profesional y la preparación para el desempeño de funciones futuras de mayor responsabilidad. 

El ciclo y la situación de negocio de una compañía también va a determinar la tipología de la movilidad internacional y, consecuentemente, el diseño del paquete de compensación del trabajador expatriado. 

Así, podemos distinguir diferentes situaciones de movilidad internacional que pueden darse: 

  • Expatriación “tradicional”, entendida como la situación en que el trabajador es desplazado a otro país por un periodo superior a doce meses o igual e inferior a cinco años.
  • “Movilidad internacional” por un periodo definido de tiempo con compromiso de retorno, no hay desvinculación del empleado con la casa matriz (aunque se suspende la relación laboral) y la compañía le garantiza el retorno al término de la asignación internacional. 
  • “Localización”, situación entendida como la baja definitiva del empleado en la casa matriz y suscripción de un nuevo contrato, independiente del precedente, en la sede o país de destino, al que queda vinculado el empleado a todos los efectos. 
  • “Desplazamiento temporal o por proyectos”, cuando el empleado se traslada u otro país por un periodo nunca superior a 183 días para la realización de un proyecto concreto. Este tipo de desplazamientos de corta duración está siendo cada vez más utilizado por las compañías. 

Estas diferentes situaciones de movilidad internacional condicionan en gran parte el diseño de los sistemas de compensación que las empresas adoptan a la hora de realizar sus asignaciones internacionales. 

Aunque las modalidades de retribuir a un empleado al que asignamos un destino internacional pueden ser muy diversas, los sistemas de compensación más extendidos que utilizan las empresas para este tipo de procesos son los siguientes: 

1.- Sistemas de expatriación “tradicional”. 

Son los clásicos sistemas de expatriación que contemplan, en cuanto al paquete de compensación y beneficios, tanto retribuciones dinerarias como complementos de expatriación. 

Dentro de estos sistemas podemos diferenciar, atendiendo a la finalidad que persiguen, dos modelos

  • Modelos incentivadores, donde podríamos incluir los denominados split payroll, que tratan de conseguir un nivel de comodidad adecuado del empleado y, en su caso, de su familia, así como garantizar el mantenimiento de su capacidad de ahorro, uno de los estímulos más importantes para la aceptación del reto personal y profesional que la expatriación comporta. 
  • Modelos neutralizadores, que tratan de garantizar el poder adquisitivo y la capacidad de ahorro de partida mediante la combinación de una serie de factores como la presión fiscal, el coste de la vivienda, el índice de precios, etc, están aquí los denominados modelos balance sheet (sistemas de “hoja de balance”). 

En ambos modelos, las retribuciones dinerarias, fijas y variables, así como los complementos de expatriación se distribuyen, respectivamente, entre el país de origen y el país de destino

La principal diferencia entre ellos radica en la base que se toma como salario de referencia para calcular los complementos de expatriación. 

Mientras en el modelo split payroll se toman como salario de referencia las retribuciones brutas del empleado en el país de origen, en el modelo balance sheet el salario de referencia se toma en términos netos (descontadas las cargas fiscales y de seguridad social), lo que supone reducciones de costes muy significativas que pueden llegar a ser entre un 30% y un 60% más económicas que la expatriación bajo modelos split playroll

En cuanto a los complementos de expatriación los más comunes que suelen incluir dichos modelos son los siguientes: 

  • Prima de puesto o coste de vida. Este complemento retributivo compensa el posible incremento del coste de la vida entre el país de destino y el de origen. 
  • Prima de expatriación o calidad de vida. Mediante este complemento se compensa económicamente la posible pérdida de calidad de vida del empleado en la ciudad de destino, bien sea por cuestiones sociales, de seguridad, culturales, políticas, etc. 
  • Ayuda a vivienda. Esta compensación retribuye los gastos de vivienda (alojamiento y otros) del empleado en la ciudad de destino. 
  • Ayuda de escolarización. Es la retribución que percibe el empleado en concepto de ayuda escolar por los hijos que se trasladan con el empleado al país de destino. 

Para el cálculo de estos complementos se toman como referencia los índices que proporcionan los informes internacionales que disponen determinadas consultoras de RRHH

Dichos índices se suelen revisar anualmente o bajo supuesto de cambios bruscos en la situación del país de destino. 

Otros complementos de compensación y/o beneficios que pueden contemplar las políticas de expatriación son los siguientes: 

  • Primas de instalación o compensaciones por traslado.
  • Vehículo de empresa.
  • Seguro médico.
  • Seguro de vida.
  • Aportación a plan de pensiones.
  • Viajes para el empleado y su familia.
  • Gastos de viaje de reconocimiento, prospección o toma de contacto.
  • Gastos de mudanza.
  • Gastos por pertenencia a clubes sociales.
  • Gastos de formación (incluidas clases de idiomas, si fuera necesario), para el empleado y su familia.
  • Servicios de asesoría jurídica y fiscal.
  • Prestaciones complementarias por la pérdida de ingresos del cónyuge o servicios de outplacement.
  • Clausulas de blindaje de la retribución fija frente a tendencias marcadamente inflacionistas en determinados países. 

2.- Sistemas de movilidad “home system plus. 

A diferencia del modelo anterior, donde la retribución se abona en el país origen, en este modelo la retribución se asigna de acuerdo a la estructura salarial del país de destino (en función del puesto o nivel organizativo que el empleado va a desempeñar) y se abona íntegramente en dicho país

Otra diferencia es el tratamiento que las compañías están dando a los complementos retributivos que anteriormente ofrecían bajo las políticas de expatriación tradicionales, en algunos casos muchas empresas están reduciendo los importes que están abonando por cada complemento retributivo y, en otros casos, están también eliminando algún complemento y/o beneficio

Por lo que respecta a los costes, el modelo “home system plus” viene a ser un sistema intermedio entre los dos modelos vistos anteriormente, la expatriación por este modelo es más económica que en el modelo split payroll, pero más cara que en el modelo de hoja de balance (entre un 20% y un 40% a la baja y al alza, respectivamente). 

En el ámbito laboral el empleado sigue vinculado a la casa matriz manteniendo su relación laboral en suspenso, normalmente con un compromiso de retorno de la empresa finalizado el plazo que se haya establecido para el periodo de la asignación internacional. 

3.- Sistemas de “localización”. 

Una tercera opción, motivada principalmente por los procesos de ajuste de estructuras organizativas que están llevando a cabo muchas compañías en nuestro país, es adoptar sistemas de “localización”. 

Bajo este sistema, desaparece toda vinculación laboral del empleado con la casa matriz y su retribución (fija, variable y beneficios) se asigna íntegramente de acuerdo al paquete retributivo del puesto que va a desempeñar en el país de destino

En términos de coste, es el modelo más económico de todos los que hemos visto. 

Como conclusión, el proceso de internacionalización de las empresas y el incremento del número de empleados a los que se les asigna un destino internacional –motivado en gran parte por la compleja situación económica de nuestro país- hacen necesario revisar las políticas de expatriación y movilidad internacional que están aplicando actualmente las empresas. 

Diseñar adecuadamente los sistemas de compensación y beneficios se convierte en un factor esencial que deberán contemplar las políticas de movilidad internacional para garantizar el éxito de las asignaciones internacionales de empleados en el marco de procesos de expansión a otros mercados. 

La situación económica actual y las nuevas tendencias que están adoptando muchas compañías en los movimientos internacionales están provocando cambios en las formas de retribuir a los empleados a los que se les asigna un destino internacional. 

Frente a la generosidad de los paquetes retributivos de épocas anteriores se está transitando hacia políticas de compensación más ajustadas en coste y vinculadas a las estructuras salariales y retributivas locales de los países de destino. 

La situación de movilidad elegida por la empresa para realizar las asignaciones internacionales condicionará en gran parte el sistema de compensación utilizado para retribuir a sus empleados. 

Cada vez son más frecuentes, frente a los sistemas de expatriación “tradicionales”, los sistemas de retribución home system plus e incluso los de localización que hemos comentado anteriormente, que permiten una reducción significativa de los costes que les suponen a las compañías la movilidad internacional de sus empleados.

La retribución flexible como alternativa en escenarios de contención salarial

El escaso margen de incrementos salariales de los últimos años y el aumento de la carga fiscal en España han provocado que los planes de retribución flexible se conviertan en una herramienta cada vez más utilizada por las empresas para optimizar fiscalmente las retribuciones de sus empleados.

Mediante este sistema el empleado sustituye parte de su salario en metálico por la contratación de determinados productos y/o servicios que tienen un tratamiento fiscal ventajoso, lo que le permite incrementar su disponibilidad neta dineraria después de pagar impuestos y gastos personales.

Esta fórmula no pretende complementar el salario del empleado con elementos retributivos adicionales sino maximizar su retribución neta en función de sus necesidades personales y/o familiares.

Asimismo, los planes de retribución flexible permiten aprovechar las economías de escala ya que las empresas adquieren a precios inferiores los productos que luego son ofrecidos a los empleados.

Los productos que suelen ofrecerse en el marco de los planes de retribución flexible pueden clasificarse en tres tipos en función de su tratamiento fiscal:

1.- Aquellos que están fiscalmente exentos, sin límites para los importes que se destinen a:

  • Ayuda de guardería, para el primer ciclo de educación infantil (de 0 a 3 años)
  • Formación, siempre que el curso venga exigido por el desarrollo de las actividades del empleado o esté relacionado con las características de su puesto de trabajo
  • Entrega de ordenadores, siempre que el importe sea destinado a la adquisición de equipos y terminales necesarios para el acceso a Internet.

2.- Los que tienen un tratamiento fiscal ventajoso:

  • Vales de comida, hasta 9 euros diarios, siempre que se cumplan los requisitos previstos en el normativa del IRPF
  • Seguro de salud, hasta 500 euros anuales por beneficiario (incluye al empleado, su cónyuge y descendientes)
  • Seguro de accidentes
  • Entrega de acciones, hasta 12.000 euros anuales siempre que se cumplan determinados requisitos
  • Abono de transporte, hasta 1.500 euros anuales, siempre que dicho importe este destinado al desplazamiento del empleado entre su lugar de residencia y el centro de trabajo.

3.- Productos con una regla de valoración especifica:

  • Cesión de vehículo, el empleado tributa por un importe equivalente al 20% del valor de mercado del vehículo prorrateado por el porcentaje de uso para fines particulares.
  • Cesión de vivienda, el empleado tributa sobre el 10% del valor catastral de la vivienda (5% si el valor de la vivienda esta revisado con posterioridad al 1-1-1994), con el límite de que la retribución en especie no puede superar el 10% de las restantes contraprestaciones de trabajo del empleado.

Este modo de valoración de la retribución en especie se mantiene en 2013 solo en el caso de que la empresa empleadora sea la propietaria de la vivienda.

Si por el contrario, la empresa no es propietaria de la vivienda, sino que lo que hace es satisfacer el alquiler de la misma a un tercero propietario, el rendimiento que debe someterse a tributación es el importe del alquiler en su totalidad, eliminándose en este caso el atractivo fiscal.

Excepcionalmente, en 2013, se mantiene el régimen de tributación expuesto anteriormente en los casos en los que la empresa ya viniera satisfaciendo el alquiler de la vivienda con anterioridad al 4 de octubre de 2012.

  • Seguro de ahorro vinculado a la jubilación, las aportaciones no tributan en el IRPF hasta el momento de percibir la prestación por jubilación, teniendo en este momento la consideración de rendimiento de trabajo en el IRPF.

No obstante, la implantación de dichos sistemas requiere tomar en consideración determinados requisitos desde el punto de vista jurídico-laboral y fiscal.

Desde el punto de vista jurídico-laboral, la retribución flexible conlleva una novación contractual de la relación laboral, ambas partes acuerdan modificar la composición del sistema retributivo transformando unos conceptos salariales en otros consistentes en retribuciones en especie,  con el límite que establece el artículo 26 del ET de que en ningún caso el salario en especie podrá superar el 30 por 100 de las percepciones salariales del trabajador, pudiéndose incluir aquí tantos las retribuciones fijas como las variables.

Desde el punto de vista fiscal, la Dirección General de Tributos (DGT) ha admitido a través de diferentes consultas la posibilidad de que se produzca un cambio en la composición del paquete retributivo del empleado sustituyendo retribuciones dinerarias por otras en especie.

Sin embargo, para que tal cambio pueda hacerse efectivo deben cumplirse los siguientes requisitos:

  • Debe producirse una novación contractual.
  • Debe tratarse de rendimientos del trabajo en especie, es decir, la utilización, consumo u obtención para fines particulares, de bienes, derechos o servicos de forma gratuita o por precio inferior al de mercado, aún cuando no supongan un gasto real para quien las conceda.
  • No debe tratarse de mediaciones de pago por parte de la empresa de gastos efectuados por el empleado.

A continuación podemos ver con un sencillo ejemplo cómo funcionan los sistemas de retribución flexible y los beneficios que conlleva en cuanto a la reducción de carga fiscal:

Empleado casado, con 2 hijos, uno de ellos menor de 3 años, con una retribución fija anual de 25.000 euros, que flexibiliza un gasto anual de 1.980 euros en vales de comida y 5.000 euros en guardería.

Sin Retribución flexible Con Retribución flexible
Retribución fija anual 25.000 Retribución fija anual 25.000
Tipo retención 14% Vales de comida 1.980
Retenciones anuales 3.500 Guardería 5.000
Retribución dineraria neta 21.500 Retribución dineraria neta 18.020
Gastos de comida 1.980 Tipo retención 11%
Gastos de guardería 5.000 Retenciones anuales 1.982
Neto dinerario 14.520 Neto dinerario 16.038
Incremento neto dinerario 1.518
Incremento salarial 6,07%

Vemos como, sin retribución flexible, la retribución dineraria neta del empleado es de 21.500 euros, sobre la que se aplica un tipo de retención del 14%. Después del pago de impuestos (3.500 euros) y los gastos personales de comida y guardería (6.980 euros), el neto dinerario del empleado es de 14.520 euros.

Con retribución flexible, la retribución dineraria neta del empleado es de 18.020 euros, sobre la que se aplica un tipo de retención del 11%. Vemos como, de este modo, el neto dinerario del empleado pasa a 16.038 euros, 1.518 euros más que en el caso de sin retribución flexible.

Dicho de otro modo, sobre una retribución anual de 25.000 euros, es como si le hubiéramos incrementado el salario al empleado un 6,07%.

La retribución flexible se convierte así en una herramienta para optimizar fiscalmente las retribuciones de los empleados en entornos de contención salarial e incremento de la carga fiscal de los rendimientos del trabajo.

Una alternativa para mejorar nuestra eficiencia retributiva, no pagando más sino mejor, a la vez que una formula indirecta de incrementar los salarios de los empleados sin costes para la empresa.

Retos de las políticas retributivas para 2013

Congelación y reducciones salariales son los calificativos más empleados para definir lo que va a pasar con los salarios de los trabajadores en 2013.

En el mejor de los casos los salarios crecerán en torno al 2,2% (según las últimas previsiones de incremento salarial que manejan las consultoras de RRHH), un porcentaje por debajo de la inflación que se prevé cierre en torno al 3,6% (Funcas, con datos a septiembre 2012).

Este es el escenario que se repite prácticamente desde 2009, al que hay que añadir los numerosos ajustes que han ido acometiendo las empresas en los últimos años (recorte de retribuciones y beneficios) y las reformas realizadas por el Gobierno en 2012 (principalmente el incremento de los tipos impositivos del IRPF y subida del IVA).

Pero pese a este escenario restrictivo existen motivos para el optimismo desde el punto de vista de la gestión de las retribuciones en el ámbito de la empresa.

Podemos hacer cosas para que los empleados ganen más, cuantitativa y cualitativamente hablando, y compensen esa pérdida de poder adquisitivo que directa o indirectamente han traído consigo los ajustes y las reformas.

Eso sí, no a costa de seguir haciendo lo mismo, tenemos que cambiar tanto en acciones como en modelos.

Hay que redefinir la función de compensación y beneficios en las empresas, la retribución tiene que dejar de considerarse exclusivamente un factor de coste para hacer negocios y convertirse en una verdadera herramienta de dirección y competitividad cuyo objeto es mover el comportamiento de los empleados hacia la consecución de los objetivos que la compañía considera estratégicos para el desarrollo de su negocio.

En primer lugar, tenemos que abandonar la visión fragmentada que tenemos de la retribución y adoptar una perspectiva mucho más amplia por la que la compensación no tiene como objeto únicamente pagar dinero, y exclusivamente a través del salario “fijo”.

Esta perspectiva incluye considerar otras retribuciones dinerarias (variables, por ejemplo, en cualquiera de sus tipologías), así como otros elementos de recompensa y reconocimiento que permitan reforzar el compromiso de los empleados con el proyecto de empresa.

Ya no es suficiente con posicionarse en un nivel competitivo de retribución dineraria, la estrategia de compensación pasa también por hacer de nuestra compañía el mejor lugar donde trabajar.

En este contexto, donde las posibilidades para incrementar los salarios “fijos” son muy limitadas, debemos generar alternativas de compensación que nos permitan corregir esa pérdida de competitividad salarial que no han sido capaces de absorber las revisiones salariales de los últimos años.

Una de ellas es potenciar la retribución variable desarrollando sistemas que sean impulsores del negocio y vinculen la consecución de objetivos con la retribución que perciben los empleados.

Ante la imposibilidad de no poder revisar los “fijos” muchas compañías están incrementando los target de bono para apalancar el incremento salarial por la vía del “variable”.

Esto implica, frente al modelo de retribución clásico, trabajar con un concepto de retribución dineraria total donde los elementos variables ganen más peso en el total de las retribuciones dinerarias.

Es precisamente en tiempos de incertidumbre económica cuando se deben potenciar este tipo de sistemas que permiten controlar los costes desde el punto de vista empresarial y diferenciar salarialmente a aquellos con una mayor contribución al negocio o con resultados extraordinarios.

Otro reto de las políticas de compensación pasa por trabajar en sistemas que nos permitan optimizar los salarios de los empleados incrementando su retribución neta dineraria.

Aunque la fórmula más extendida son los planes de retribución flexible, que permiten a los empleados sustituir salario en metálico por la contratación de determinados productos y/o servicios que tienen un tratamiento fiscal ventajoso, existen también otras posibilidades: planes de retribución variable a largo plazo (permiten reducir la base imponible del IRPF al constituir rentas irregulares), sistemas de previsión social y planes basados en acciones (permiten diferir el pago de impuestos) y/o la exención por trabajos prestados en el extranjero (hasta 60.100€).

Otra línea de actuación pasa por incorporar a nuestro paquete retributivo sistemas de recompensa y reconocimiento no puramente económicos o dinerarios.

Evidentemente todos trabajamos por dinero, y el dinero claro que es importante, ya que nos permite, entre otras cosas, satisfacer determinadas necesidades y mantener un determinado nivel de vida. Pero la mayoría de las veces son otras cosas las que nos motivan para comprometernos con el proyecto de empresa, necesitamos de otras motivaciones que nos hagan enfrentarnos al día a día laboral con ilusión y compromiso.

Hablamos de elementos intangibles o emocionales de la retribución como la posibilidad de desarrollo profesional y crecimiento dentro de la empresa, la formación, la participación en un proyecto de empresa sólido que me aporte estabilidad laboral, trabajar en un entorno de trabajo de colaboración, tener un jefe que se preocupe por mi futuro profesional, contar con una política de flexibilidad laboral que me permita conciliar intereses personales y profesionales, etc.

Son estos elementos los que verdaderamente condicionan nuestra satisfacción laboral y nuestro compromiso con la empresa, y también los que condicionan en buena medida nuestras decisiones laborales, el precio de lo que no se ve en la nómina se convierte en un factor decisivo que condiciona que nos movamos de una empresa o de que permanezcamos en ella.

Pagar por aquello que se consigue, dar más a menos diferenciando salarialmente a aquellos empleados con una mayor contribución al negocio, mejorar nuestra eficiencia retributiva no necesariamente pagando más sino mejor e introducir otros elementos de recompensa y reconocimiento que refuercen el compromiso de los empleados con el proyecto de empresa son algunos de los retos a los que se enfrentan las políticas retributivas y de RRHH de cara al próximo año 2013.

No solo de pan vive el hombre

Desde diferentes ámbitos de RRHH se ha estudiado la influencia o importancia que tienen en nuestras decisiones laborales determinados factores como la retribución, el ambiente de trabajo, la relación con el jefe, la imagen de marca y la reputación de la empresa, la estabilidad laboral o las oportunidades de desarrollo y carrera profesional, por ejemplo. 

El salario aparece en la mayoría de estos estudios como el principal aspecto que tenemos en cuenta a la hora de afrontar determinadas decisiones, funciona en estos casos como factor de atracción

Sin embargo, cuando a través de estos estudios se pregunta a las personas los motivos reales que les mueven a cambiar de empleo los aspectos que refieren para ello son otros. 

La retribución pasa a un segundo plano y se enfatizan aspectos como la relación con el jefe, los estilos de dirección, el proyecto de empresa, las oportunidades de desarrollo profesional, el reconocimiento o la existencia de políticas de conciliación y flexibilidad laboral, entre otros, funcionando en estos casos como factores de retención

Podríamos concluir que lo que atrae no retiene, siendo para nosotros más importantes otros elementos intangibles o cualitativos de la retribución que son los que verdaderamente condicionan las decisiones que tomamos en este sentido. 

Ya no es suficiente con posicionarse en un nivel competitivo de retribución dineraria, la estrategia retributiva pasa por hacer de nuestra compañía el mejor lugar donde trabajar, ofreciendo a los empleados otros elementos compensatorios que cubran sus necesidades personales y/o familiares y refuercen su compromiso con la empresa, aquí los elementos cualitativos ganan peso frente a los cuantitativos. 

Entre los más valorados todos aquellos relacionados con el tiempo de trabajo y la jornada laboral: tener horario flexible, jornada intensiva, posibilidad de trabajar desde casa, disponer de los viernes por la tarde libre, días adicionales de vacaciones y permisos o jornada de verano, entre otros. 

En otra categoría de elementos son también aspectos muy valorados por los empleados las oportunidades de carrera y desarrollo profesional, la formación, la relación con el superior jerárquico, la imagen y el proyecto de empresa, incluso en los tiempos que vivimos cobra especial relevancia la estabilidad laboral

Ofrecer a los empleados la posibilidad de pagar menos impuestos y obtener un tratamiento ventajoso en la tributación de sus rendimientos del trabajo a través de la implantación de planes de retribución flexible ha sido otra práctica que se ha generalizado también en los últimos años y que ha tenido muy buena acogida por los empleados. 

La consideración de todos estos elementos en el paquete salarial que ofrecemos a nuestros empleados pasa por gestionar las retribuciones desde un enfoque de compensación total que incluye, más allá de las retribuciones puramente económicas o dinerarias propias de los modelos clásicos retributivos, otras compensaciones y/o beneficios que refuerzan el compromiso de los empleados con el proyecto de empresa. 

El reto pasa por mejorar nuestra eficiencia retributiva no necesariamente pagando más sino mejor, dando respuesta a las necesidades de las diferentes personas y generaciones que confluyen hoy día en el mercado laboral y en la empresa. 

El precio de lo que no se ve en la nómina se convierte en el factor decisivo que condiciona no solo nuestra permanencia en la empresa sino, lo que es más importante, nuestro compromiso con ella que, en última instancia, redundará en una mejora de resultados y productividad.

La crisis no es excusa para pagar bien

De todos los titulares que sobre retribución se han escrito en los últimos años me quedo con este, “La crisis no es excusa para pagar bien”.

Pensar que con la congelación salarial se acaba todo es tener una visión fragmentada de la retribución por la que su función pasa únicamente por pagar dinero, y exclusivamente a través del salario “fijo”, pero la compensación es mucho más.

Por su objeto, la compensación es una herramienta de dirección y comunicación que trata de mover el comportamiento de los empleados hacia la consecución de los objetivos que la empresa considera estratégicos para el desarrollo de su negocio.

Por los diferentes elementos retributivos que la integran, la retribución se tiene que gestionar desde un enfoque de compensación total que incluye, más allá de las retribuciones puramente dinerarias propias de los modelos clásicos retributivos, otras compensaciones y/o beneficios que refuerzan el compromiso de los empleados con la empresa y la productividad.

Desde retribuciones variables hasta aspectos más intangibles pasando por la posibilidad de flexibilizar parte de nuestra retribución dineraria a través de la contratación de determinados productos y/o servicios cuyo tratamiento fiscal ventajoso permite incrementar nuestra disponibilidad neta dineraria.

Con las empresas estrujando al máximo sus presupuestos y realizando todo tipo de ajustes y reducciones de costes, desde RRHH debemos generar alternativas retributivas que nos permitan corregir esa pérdida de competitividad salarial que no han sido capaz de compensar las revisiones salariales de los últimos años, y mantener nuestra capacidad de atraer y retener no solo a los que ya trabajan con nosotros sino también a los que potencialmente pueden hacerlo.

A grandes rasgos, los retos que se nos plantean en materia retributiva para 2012 pasan por trabajar en estas cuatro líneas:

1.- Diferenciar salarialmente a los empleados con mayor contribución al negocio.

Las decisiones en materia retributiva tendrán que pasar necesariamente no por dar menos a más sino por dar más a menos, diseñando sistemas que sean capaces de medir y diferenciar salarialmente a aquellos empleados que tengan una extraordinaria contribución al negocio en función de su desempeño, potencial, resultados o cualquier otro factor que la empresa considere crítico para el desarrollo de su negocio.

Bajo este modelo las empresas tendrán que redefinir sus políticas salariales centrando los esfuerzos en diferenciar bien a aquellos empleados en quien destinar los pocos recursos disponibles.

2.- Potenciar la retribución variable y vincularla con los indicadores clave del negocio.

Aunque resulte paradójico, es precisamente en contextos de incertidumbre económica como el actual, donde en las empresas prima la necesidad de contener los costes salariales fijos, cuando los sistemas de retribución variable adquieren mayor importancia y protagonismo que nunca.

El diseño de estos sistemas habrá de poner foco en su utilización como verdaderas herramientas de dirección que nos permitan mover la voluntad de las personas hacia la consecución de los objetivos que la compañía considera estratégicos para el desarrollo de su negocio.

Se trata, en definitiva, de desarrollar modelos de retribución variable que, además de ser impulsores del negocio y estar alineados con las prácticas de mercado, vinculen la consecución de resultados con la retribución de los empleados diferenciando positivamente a aquellos con resultados extraordinarios.

Posiblemente la tendencia a futuro pase porque la retribución variable tenga cada vez más peso en el paquete de retribución total e, incluso, no sería de extrañar que en un futuro no muy lejano nuestros incrementos salariales vengan por la vía del variable vinculados a la consecución de resultados.

3.- Implantar sistemas para optimizar fiscalmente las retribuciones.

La posibilidad de que el trabajador pague menos impuestos y obtenga un tratamiento favorable en la tributación de sus rendimientos del trabajo es una realidad de la que podemos beneficiarnos dentro de los límites que establece la ley.

Han sido muchas las empresas que han implantado este tipo de sistemas como alternativa retributiva frente al escaso margen de incrementos salariales de los últimos años.

Aunque hay varias formulas que nos permiten optimizar fiscalmente la retribución, la más extendida es la implantación de planes de retribución flexible.

Mediante este sistema el empleado sustituye parte de su salario en metálico por determinados productos y/o servicios que tienen un tratamiento fiscal ventajoso, lo que le permite incrementar su disponibilidad neta dineraria sin ver mermadas sus cotizaciones sociales.

Los vales de comida, vales guardería, formación, seguro médico, vehículos, alquiler de vivienda, seguros de vida y/o accidente, son algunos de los productos más habituales en estos planes de retribución flexible.

Otras vías de optimizar la retribución son determinadas formas de retribución variable a largo plazo que permiten reducir la base imponible del IRPF al constituir rentas irregulares, así como formulas que permiten diferir el pago del impuesto (planes basados en la participación en el capital y sistema de previsión social y ahorro).

La puesta en marcha de estos sistemas permite a los empleados diseñar la composición de su paquete retributivo y adecuarlo a sus necesidades personales y/o familiares.

4.- Desarrollar la parte emocional o intangible de la retribución.

Completan el enfoque de trabajar con un modelo de compensación total otros elementos retributivos no estrictamente dinerarios que se constituyen como valores en alza en una sociedad donde las necesidades generacionales han cambiado.

El ambiente laboral, el horario, las oportunidades y posibilidades de desarrollo dentro de la empresa, las políticas de conciliación y flexibilidad laboral, la empleabilidad, la formación, la imagen y el proyecto de empresa o, incluso, la estabilidad laboral, son aspectos cada vez más valorados y tenidos en cuenta por los empleados para decidir su continuidad en una u otra empresa.

El reto pasa, no por pagar más sino por pagar mejor, en definitiva, por mejorar nuestra eficiencia retributiva huyendo de políticas generalistas e impersonales desvinculadas de la productividad.

Se hace necesario, por tanto, desarrollar alternativas retributivas que sean atractivas, competitivas y de alto valor para los empleados, capaces a la vez de contener los costes salariales empresariales y favorecer que los empleados mantengan e incluso mejoren su paquete retributivo total.

La incorporación progresiva de otras compensaciones y/o beneficios al paquete de retribución total de los empleados, que hasta ahora contemplaba en muchas casos únicamente el salario fijo, configurara una visión más amplia y global de la compensación que de cobertura a las necesidades individuales y familiares de las diferentes personas y generaciones que conviven hoy día en el mercado laboral y en la empresa.