Generalmente no siempre tomamos decisiones racionales. No todo lo que consumimos es fruto de comparaciones de las características de los productos.
En ocasiones las aspiraciones personales o el deseo de conseguir metas que otros ya han logrado son la causa que provocan la compra. Últimamente en turismo estamos viendo campañas emocionales, que despiertan el interés del cliente potencial, cada vez más segmentado. El cliente tiene mucha información, fruto del 2.0 pero aún así, la emoción en muchas ocasiones puede con el precio, la ubicación y la temporalidad. Estos son los cinco ejemplos que quiero destacar de buena publicidad turística, en una buena estrategia de comunicación de todas las campañas:
Doctor en Peridismo Turístico