Hace apenas 3 años tenía que invertir más de una clase en explicar a mis alumnos la estructura empresarial del mercado emisor español. La presentación tenía que actualizarla todos los años, los cuatro grandes grupos verticales que dominaban el mercado, Marsans, Globalia, Orizonia y Barceló, estaban en constante crecimiento, todos los años surgían nuevos turoperadores, empresas de handling, hoteles, receptivos, etc. Si hoy tuviera que preparar esa misma clase me sobrarían más de la mitad de las diapositivas.
El objetivo de las empresas es maximizar su beneficio a largo plazo, es decir crear valor y asegurar la sostenibilidad de la empresa en el tiempo. El concepto de beneficio parece que si ha calado en los actuales gestores de empresas turísticas, pero beneficio cuantioso y rápido, a consta incluso de la supervivencia de la propia empresa.
El culebrón de Orizonia todavía no ha terminado, se mezcla la mala gestión con venganzas personales, falta de ética y más chapuzas que seguirán saliendo a la luz. Mientras tanto la empresa emisora española pierde activos, competitividad y miles de puestos de trabajo.
¿Compensa haber tenido exceso de pan hace unos años para pasar ahora tanta hambre?