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Sobre Estíbaliz Pérez Asperilla

Profesora Doctora. Departamento de Turismo y Marketing. Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA)

Estíbaliz Pérez Asperilla

Turismo de interior en el verano posCovid19: la Sierra de Francia

Texto: Estíbaliz Pérez y Armentario Contreras 

Ruta de fin de semana por La Alberca, la Peña de Francia, Mogarraz, Sequeros, Miranda del Castañar y San Martín del Castañar.

En el sur de la provincia de Salamanca, nos encontramos con una comarca con un nombre muy peculiar, la Sierra de Francia. La belleza de sus paisajes es única, encontrándonos con valles, zonas boscosas, ríos y arroyos que permiten disfrutar no solo de la visita de sus municipios, sino de su entorno tan singular. Lejos de las prisas por llegar a nuestro destino, la Sierra de Francia nos llama a disfrutar de sus paisajes con tranquilidad, empezando a despertar nuestros sentidos a medida que nos acercamos a la comarca mediante nuestro vehículo de transporte.

Sierra de Francia. | Armentario Contreras.

Esta comarca tiene una infinidad de recursos naturales y culturales. Sin embargo, hemos realizado una pequeña selección para que puedas comenzar a conocer este maravilloso lugar a través de una pequeña ruta de fin de semana –aunque siempre puedes adaptar la visita según el tiempo del que dispongas–.

Nuestra primera parada sería La Alberca, uno de los pueblos más conocidos de la Sierra de Francia y donde tendremos más opciones de alojamiento, aunque en otros pueblos de alrededor también podrás encontrar casas rurales y otros lugares para hospedarte que también son del todo recomendables. Desde allí, subiremos a la Peña de Francia. Es muy importante que escojamos un día despejado y que realicemos la visita con suficiente tiempo antes de que se vaya el sol, puesto que las vistas que nos ofrece el lugar son espectaculares.

La Peña de Francia es un auténtico mirador natural donde podremos contemplar toda la Sierra de Francia y Las Hurdes. Pero nuestra visita no finaliza aquí, puesto que el Santuario que allí mismo se localiza nos espera. Declarado monumento artístico, consiste en un conjunto monumental donde podremos conocer su iglesia, el convento, la plaza, los miradores y la hospedería.

Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia. Fuente: Armentario Contreras Carreño.

A continuación, volveremos a La Alberca para pasear por sus calles con tranquilidad y disfrutar de su gastronomía. Aunque es uno de los pueblos más turísticos, su visita es muy agradable y en esta ruta, indispensable. Desde allí, nos dirigiremos a Mogarraz, una villa medieval en la que nos encontraremos con una particularidad: en las fachadas de sus casas podremos observar una auténtica galería compuesta por más de 300 retratos de sus antiguos habitantes.

Una vez recorridas las calles de Mogarraz y conocidos sus antiguos habitantes, nos dirigiremos a Miranda del Castañar, fortaleza y atalaya en el corazón de la Sierra de Francia. Asentada sobre un saliente rocoso, nos permitirá realizar un paseo muy agradable en dirección a la plaza, pudiendo visitar su iglesia y su castillo. Desde allí, y si aún tenemos tiempo para realizar nuestra penúltima parada, podemos visitar Sequeros. Este pueblo está localizado en un bonito entorno natural, donde podremos ver un poco más el arraigo y la cultura de sus habitantes al ser un pueblo menos turístico y masificado.

San Martín del Castañar. Fuente: Armentario Contreras Carreño.

San Martín del Castañar, nuestra última parada, es otro de los lugares que permiten disfrutar de esa tranquilidad propia de algunas localizaciones de la Sierra de Francia, encontrándonos con un pueblo prácticamente para que lo disfrutes, sin prisas ni aglomeraciones. Su encanto va más allá de los recursos turísticos que allí puedas encontrar.

Esperamos que esta pequeña ruta te sirva de ayuda para descubrir nuevos lugares y sensaciones. Recuerda que esta es solo una pequeña muestra de lo que la Sierra de Francia nos puede ofrecer. Si quieres conocer más sobre esta maravillosa comarca, puedes consultar otros de sus pueblos y recursos naturales, además de otras opciones de visita y diferentes rutas en su página oficial.

Marketing viral y la industria musical

La marca personal en la industria musical

Dada la era digital en la que estamos inmersos, muchas áreas han tenido que reinventarse para conseguir adaptarse a las preferencias, gustos y necesidades demandadas por los consumidores del siglo XXI. Es el caso de la industria musical, que ha tenido que concentrar muchos de sus esfuerzos en la creación de imagen como valor diferencial para muchos artistas.

Si echamos la vista atrás, podemos recordar grandes artistas que no sólo han destacado por su música, sino por tener una imagen fuerte y rompedora. Madonna, David Bowie, Grace Jones o Marilyn Manson son sólo algunos ejemplos. No obstante, actualmente la creación de una buena marca personal va ligada a las nuevas tecnologías, teniendo a los Social Media como uno de sus grandes aliados. Iamamiwhoami es un claro ejemplo de ello. A través de una magnífica campaña de marketing viral, no sólo se dio a conocer entre los internautas, sino que consiguió mantener su atención de forma continuada.

Pero, ¿qué entendemos por marketing viral?

El marketing viral es un conjunto de técnicas de mercadotecnia que consigue una rápida difusión no sólo de mensajes publicitarios, sino de diversos contenidos. Son los propios usuarios, seguidores o consumidores los que los comparten e incluso comentan, realizando lo que se podría denominar un efecto boca a boca mediante las redes sociales. Su éxito no sólo está en elegir el canal y las técnicas más adecuadas, sino en inyectar una buena dosis de creatividad e innovación.

 

El marketing viral como clave en la creación de marca

En el caso de Iamamiwhoami, las extrañas imágenes y símbolos que los espectadores podían reconocer en las escenas de sus videoclips consiguieron que muchos de ellos empezaran a preguntarse quién estaba detrás de ese personaje femenino cercano a la divinidad. Detrás de este proyecto, se encontraba la cantante sueca Jonna Lee junto a Claes Björklund. A través de un canal específico en YouTube, empezaron  a difundir sus primeros vídeos consiguiendo cada vez mas seguidores.  Y es que el marketing viral fue un pilar clave para la creación de la marca Iamamiwhoami, permitiendo contar una historia que hasta el día de hoy sigue teniendo continuidad.

Nuevos espacios y soportes museísticos en el Siglo XXI

El museo del siglo XXI

En este siglo XXI, nos encontramos ante un turista cultural cada vez más exigente. Éste, además, demanda nuevas formas de experimentar el arte que vayan más allá de la tradicional visita al museo. Por ello, es necesario la búsqueda de nuevos espacios de difusión, además de técnicas y soportes innovadores. La ciudad en sí misma, sus calles, sus fachadas o sus jardines brindan numerosos espacios abiertos. Si éstos se utilizan de forma adecuada y eficientemente, consiguen ofrecer nuevos contenedores expositivos innovadores y poco usuales que logran conectar con el nuevo perfil del visitante cultural.

 

 

Nuevas experiencias y soportes

Cientos de obras de arte permanecen dentro de cuatro paredes, estando su acercamiento limitado por un cordón que asegura su seguridad. Sin embargo, las exposiciones y performances en la calle permiten una mayor conexión entre arte y espectador. Se da así, un sin fin de experiencias que permiten una mayor retroalimentación y protagonismo en ambos sentidos.

El arte en la calle ofrece un gran abanico de acciones. Nos encontramos desde la exposición de determinadas obras junto a la observación por parte del público, hasta acciones más activas como la participación, la creación, el diálogo y la interacción con la obra y su autor. La interactividad es una de las principales acciones que caracterizan esta nueva perspectiva museística. Se crean así espacios inmersivos que dan la posibilidad de que el público pase de ser mero espectador a creador.

Además, hay que tener en cuenta que el medio urbano, como el natural, son objetos expositivos en sí mismos. La arquitectura es a la vez soporte y objeto, es decir, contenedor y contenido. Cada fachada puede funcionar dentro del medio urbano como un panel dentro de una exposición, ofreciendo soportes permanentes en un espacio abierto y cambiante.

 

Tiempo ilimitado 

Frente al horario limitado de los museos tradicionales, la calle brinda un tiempo ilimitado. No obstante, hay que tener en cuenta que las obras de arte expuestas al aire libre dependen de las condiciones meteorológicas. Debido a ello, el estado de su conservación no será tan idóneo como el de las obras que se encuentran en el interior de un edificio. Por lo tanto, la duración de las exposiciones en estos espacios abiertos puede ser menor que la que se puede dar en un museo tradicional.

A ello hay que añadir la posibilidad de poder disfrutar de las diferentes tonalidades, iluminaciones y sombras que una obra de arte en la calle puede ofrecer. En el espacio abierto, ésta puede experimentar cambios no sólo durante el transcurso del día, sino a lo largo de las diferentes estaciones del año. La luz natural del sol, la luna, los fenómenos meteorológicos como la niebla, la lluvia o el viento además de otros factores como la iluminación de los focos o las farolas que se pueden encontrar en la vía pública son sólo algunos de los elementos que influyen en su presencia.

 

Génesis, de Sebastiao Salgado

Cross Bones Graveyard y la participación turístico-ciudadana

Bankside y las «Winchester Geese»

A día de hoy, el Distrito Cultural de Bankside de Londres es uno de los enclaves culturales más importantes de la ciudad albergando como eje central la Tate Modern. Sin embargo, considerado en su origen como el barrio rojo de Londres, Bankside era una de las áreas más perjudicadas no sólo por la polución, sino por la corrupción y el vandalismo. Las numerosas crecidas del río Támesis provocaron condiciones insalubres para sus residentes siendo una de las principales causas de la muerte de muchos de los que habitaban la zona, entre ellos, las “Winchester Geese”.

“Winchester Geese” era el nombre con el que se conocían a las mujeres que ejercieron la prostitución entre los siglos XII y XVII, puesto que éstas pagaban al Obispo de Winchester para poder ejercer su trabajo. A pesar de contar con la protección de la Iglesia, cuando éstas fallecieron por las numerosas epidemias que inundaron el lugar, no se les concedió un entierro cristiano, sino que se las enterró en una fosa común silenciando su historia y cayendo en el olvido durante un largo periodo de tiempo.

Sin embargo, en la década de los 90, fueron descubiertas debido a una serie de excavaciones que se realizaron en Redcross Way, permitiendo así que su historia saliera a la luz. Gracias a la involucración plena del dramaturgo John Constable y de las campañas y movimientos realizados por los residentes locales, esa fosa común se transformó en un jardín santuario alrededor del cual se empezaron a realizar numerosas ofrendas.

                       El jardín santuario de Cross Bones Graveyard. Fuente: Estíbaliz Pérez Asperilla

 

La creación de Cross Bones Graveyard

Este espacio, bautizado con el nombre de Cross Bones Graveyard, no sólo había conseguido convertirse en un jardín santuario que honrase la memoria de esas mujeres, sino que gracias a la difusión mediante los medios de comunicación, logró llamar la atención de numerosos turistas. Poco a poco, tanto ciudadanos londineses como turistas o gente de paso comenzaron a visitar el lugar participando incluso en muchas de las vigilias que aún siguen realizándose mensualmente. Cross Bones Graveyard ha ido creciendo y transformándose en un lugar de encuentro y en un enclave turístico cada vez más conocido, siendo incluso la participación turística un elemento clave para su desarrollo y mantenimiento. En las rejas que rodean este jardín conmemorativo turistas, habitantes y gente de paso deja sus ofrendas consiguiendo así su renovación constante.

 

 

                     Ofrendas en las rejas de Cross Bones Graveyard. Fuente: Estíbaliz Pérez Asperilla

Hoy en día nos encontramos con un perfil de turista que cada vez apuesta más por experimentar, por ser creador y poder participar o dejar su huella en los rincones que visita. La creación de experiencias y los entornos inmersivos son cruciales en este siglo XXI para poder satisfacer las nuevas necesidades de estos perfiles más activos. Nos encontramos ante un ejemplo a seguir donde no sólo se ha conseguido difundir la historia de las Winchester Geese, sino que se ha logrado crear un nuevo enclave espiritual, cultural y participativo. Gracias a la gran aceptación que ha tenido tanto por parte de los habitantes como por los turistas de Bankside, ha empezado a hacerse cabida en las guías turísticas de Londres convirtiéndose en una de sus visitas más recomendadas.

 

50 places to go in London: Cross Bones Graveyard

 

Southwark History: Cross Bones Graveyard