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La rama de la salud en Psicología: entre el PIR y la Psicología General Sanitaria

Días después de la primera conferencia del ciclo Y después de graduarme en psicología qué, la UDIMA retomaba el programa con las dos titulaciones oficiales a seguir para trabajar, tras el Grado en Psicología, en el ámbito sanitario. Por un lado, la profesión de psicólogo general sanitario, y por otro el famoso PIR que, en realidad, es el título de Especialista en Psicología Clínica (la única especialidad sanitaria de la psicología hoy por hoy). Es necesario cursar alguna de las dos para trabajar con pacientes, evaluar o intervenir en el ámbito sanitario (salud y/o enfermedad) y para acogerse a los regímenes económicos propios de las actividades de este sector.

La coordinadora del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de la UDIMA, María Rueda, explicaba desde el campus vía streaming en qué consiste la primera vía: el máster. Se trata de un título oficial obligatorio para ejercer como psicólogo general sanitario. Su trabajo se centra principalmente en investigar, evaluar e intervenir en la mejora psicológica y de la salud en general de las personas, siempre que que no requieran una atención especializada por otros profesionales sanitarios, explicaba Rueda.

Es un máster profesional y habilitante, que tiene que cumplir con los requisitos mínimos dictados por ley (90 créditos ECTS: 6 básicos, 42 específicos, 30 prácticas, 12 TFM), y que cada universidad puede adaptar en su propio plan de estudios. Eso sí, primero tienen que aprobarlo el Ministerio de Educación y las agencias de calidad. También se obliga a desarrollar las prácticas en centros sanitarios registrados.

En el caso del máster de la UDIMA, Rueda detalló los tres bloques o semestres planteados en el programa docente, con 30 créditos ECTS cada uno. En el segundo además se incluye una optativa a escoger entre tres (a saber: Neuropsicología, Psicofarmacología Clínica y Programas preventivos y de promoción de la salud). Las práctica se inician en el segundo semestre (12 créditos) y se finalizan durante el tercero junto con el Trabajo Final de Máster.

Para acceder al título la preinscripción (en marzo) tiene que se aprobada por la UDIMA, en función de la formación y la experiencia profesional en el sector. Hay dos promociones por curso (septiembre y febrero), por lo que dependiendo del puesto en que quede el alumno, podrá acceder al máster en la primera (desde septiembre hasta enero del tercer año) o en la segunda (desde febrero hasta julio del tercer año).

PIR o especialista clínico

Irene Caro, directora del Departamento de Psicología, ambas en la universidad UDIMA, expuso por su parte lo que supone apostar por la única especialidad sanitaria de la psicología, que depende del Ministerio de Sanidad. El Especialista en Psicología Clínica aspira a trabajar en los procesos y fenómenos psicológicos relacionados con los procedimientos de enfermedad y salud de los seres humanos. Es decir, investigar, explicar, prevenir, diagnosticar, tratar y rehabilitar los trastornos mentales y procesos psicológicos vinculados a la salud y enfermedad humanas.

«Siempre con una visión holística», matizaba Caro, como recoge la regulación sobre la formación de este especialista. Lo que comúnmente se conoce como PIR o Psicólogo Interno Residente es en realidad el proceso de rotaciones por el que se obtiene el título. Una formación superior de posgrado de unas 6.000 horas, de las cuales entre el 15-20% es formación teórica.

En otras palabras, un día de cada cinco a la semana, que es lo que implica la residencia: acudir a diario como parte del equipo de trabajo de un hospital o alguno de sus servicios asociados. No es sólo en centro principal, también hay centros de atención socio-comunitarios, de atención a la drogodependencia, o de rehabilitación psicosocial, entre otros. Todos dependen de un área hospitalaria.

«Experiencia vital»

Por tanto, el PIR es una «experiencia vital» que Caro recomienda «encarecidamente». No es sólo un proceso formativo, explicaba, sino que se adquiere experiencia profesional tras haber superado la evaluación de acceso a la plaza. Es un contrato laboral (por tanto, remunerado y con garantías sociales) con el Instituto Nacional de Salud (INSALUD). Además, se puede «compensar un poco» el sueldo con prolongaciones de jornada como las guardias.

Y, lo más importante, es una «vivencia de aprendizaje multidisciplinar», proseguía Caro, en la que el alumno trabajará con diferentes profesionales de áreas no sólo médicas, sino también psicosociales, entre otras. Un periodo vital en que se genera una «segunda familia» con los compañeros residentes y en la que progresivamente se pasa de acompañar al profesional adjunto hasta terminar siendo autónomo y responsable de sus propios pacientes. Siempre en un contexto «de supervisión y tutorización», abunda la coordinadora.

Además, Caro recuerda que, además del cambio cada cierto tiempo entre especialidades, la residencia contempla una parte de rotación externa de entre tres y cuatro meses; es decir, fuera del hospital que hemos elegido (en función de nuestra plaza y puesto). Esto significa que, «muy fácilmente puedas rotar durante ese periodo en cualquier lugar del mundo». Con un bagaje como este, Caro defiende que el alumno construye una «caja de herramientas» con aprendizajes que le permiten «desarrollarse como profesional».

José Luis Marín trauma psíquico

El trauma psíquico y «la silla de Marañón»

«Voy a comenzar con una provocación: el 100% de mis pacientes en la consulta psiquiátrica en psicoterapia presentan una experiencia traumática, directamente relacionada con su sintomatología». La frase, que luego matizó a «la mayoría», es del psiquiatra y pscoterapeuta José Luis Marín. Fundador y presidente de honor de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, el doctor Marín impartía hace pocas semanas una didáctica ponencia sobre la realidad clínica del trauma psíquico en la UDIMA. Una sesión en la que puso de manifiesto cómo tratar la experiencia traumática para mejorar la terapia: preguntando ‘¿qué has vivido?’.

Marín fue muy claro: da igual la naturaleza del trastorno (trastorno alimentario, trastorno de la personalidad, ansiedad, úlcera de estómago, dermatitis, psoriasis…). En la mayoría de los casos está relacionado «con una vivencia del sistema nervioso central», probablemente en los «primeros momentos de la vida”. Periodo en que ese cerebro está en plena construcción y en el que, por tanto, aún no se tienen los recursos necesarios para afrontar una situación que, de por sí, «supera emocionalmente».

Más allá de explicar el trauma en sí y cómo la evolución de la psicoterapia ha permitido ver la forma en que este afecta al ser humano, el doctor trató de ilustrar la importancia de trabajar en la terapia desde una nueva perspectiva. Preguntando no desde el ‘qué te pasa’, sino desde el ‘qué te ha pasado’. Porque, como dijo: «La mayoría de pacientes, en cualquier ámbito y cualquier motivo de consulta, son capaces de referir, si se les da la oportunidad, una experiencia traumática de gran contenido emocional.»

Incluso en la depresión, que «no todo lo es» para él, por mucho que ahora «a casi todo» se le llame depresión. La fibromialgia no es más que cuando el cuerpo manifiesta «el dolor del alma, de la vida (el abandono o la agresión)», expresaba Marín. Las nuevas técnicas de exploración neurobiológica y clínica muestran cómo estas experiencias traumáticas afectan al funcionamiento cerebral; y se manifiestan como síntomas «psíquicos, corporales o relacionales». Ahora bien, ¿cómo se tratan en la clínica?

Tratar «biografías»

En los años 80 del siglo pasado se decía que la depresión era la ausencia de dopamina. Afortunadamente eso quedó como trabajo «de marketing», señalaba el psiquiatra. «Ni la depresión, ni la esquizofrenia o la fibromialgia están en tu cuerpo, sino en tu vida». Y ¿dónde empieza esa vida? Pues en el momento en que se conocen los padres, y en esos primeros años de configuración del «apego seguro». Las experiencias traumáticas impiden esa construcción que se basa en el «vínculo».

La realidad es que el enfoque en clínica no ha cambiado mucho respecto al trauma. Se ha puesto de manifiesto que la sociedad occidental vive a base de psicofármacos, pero estos «no curan los trastornos mentales; eso es falso, ya está». Como alternativa a esa «medicalización de la vida» que promueve la industria farmacéutica, con personas que viven en «estados mentales alterados», Marín defendió reenfocar la psicoterapia.

No tratar síntomas, sino «biografías». Porque en su experiencia, al final, el motivo de consulta nunca es ‘el problema’ (en psicoterapia), aunque sí ‘un problema’ o uno de ellos, arguyó. El fondo del asunto tiene que ver, «en la inmensa mayoría de casos, con una dificultad en la regulación de las emociones. Algo que se aprende en esos primeros años de vida y con el vínculo de apego», insistía. Los psicofármacos tapan los síntomas, que aunque se subsanen, terminan generando otros nuevos, dando lugar a pacientes que «emigran» de un servicio hospitalario/psicoterapéutico a otro.

Romper el silencio

Ahora sabemos que una experiencia traumática como un abuso sexual puede mantenerse estable durante mucho tiempo, manifestándose «20, 30 o 40 años después», abundaba Marín. Pero el dolor no lo produce sólo el abusador, sino el no poder contarlo. Ese, indicó, es un daño «difícilmente recuperable», pues no se puede integrar en la vida y dejarlo cicatrizar. Por eso instó a los terapeutas a combatir el silencio. «Podemos evitarlo», pero para eso es necesario preguntar en la clínica.


«Hace 20 años decían que sólo veíamos traumas», pero el Abuso Sexual en la Infancia (ASI) tiene una frecuencia entre la población general del 20% (20-25 en niñas y 18-20), nada que ver con el 10-15 registrado como prevalencia hospitalaria. ¿Por qué? «Es que sólo se pregunta a ese porcentaje». Este tip de abuso sexual es una «pandemia silenciada», criticaba Marín, «sobre la que se sigue sin actuar». En muchos casos la primera vez que se les pregunta, y que lo cuentan, es en la terapia; tras 30 años. «Una de cada cuatro mujeres la ha sufrido en España».

En lugar de acarrear con el tremendo coste de recursos y de sufrimiento de la población, Marín defiende una terapia más breve pero enfocada, que pregunte al paciente, «porque quiere contarlo». Aunque le cueste y llegue incluso a no poder expresarlo con palabras (alexitimia). Pensar que no quiere hablar de ello es «una racionalización». Preguntar desde la empatía, sosteniendo el dolor del otro «siempre es terapéutico», subrayó.

Tanto en el ASI como en otros «más interesantes» porque «no tienen voz» (como el TRT o Trastorno Relacional Temprano de padres emocionalmente ausentes), la clave es conseguir que se hable: que el paciente piense, diga y sueñe el trauma para integrarlo. «Decirle ‘pasa página’ es como mínimo un insulto», aseguraba. Se trata de buscar esa clave de humanizar, de ver a la otra persona, escucharla y mirarla. «Hemos perdido la silla de Gregorio Marañón». «Mirar al trauma a la cara es la única forma de vencerlo».

Y después de graduarme en psicología… ¿qué?

Con objeto de iluminar el sendero que plantea esta pregunta a quienes optan por el Grado en Psicología, la UDIMA ha iniciado este mes de noviembre el ciclo de conferencias mensuales Y después de graduarme en piscología qué. Una serie de sesiones que trata de facilitar la toma de decisiones a los matriculados (optativas, menciones…) y también a los que estén pensando en hacerlo, así como a los egresados. La primera conferencia se celebraba este pasado 22 de noviembre a cargo de Eva Izquierdo, vicedecana del área de Salud, e Irene Caro, directora del Departamento de Psicología, ambas en la universidad UDIMA.

Las conferencias buscan, en definitiva, combatir la «cierta confusión» que hay en esta rama profesional, debido a las «amplias» posibilidades que tienen los alumnos al terminar el Grado. «Muchas que ni a nosotras se nos ocurrirían», reconocía Izquierdo. Desde psicología clínica (PIR), igualdad, investigación y doctorado, o profesorado, hasta psicología del consumo, deporte o la neuropsicología, entre otras.

Por ello el fin último de las sesiones organizadas por la universidad es «conocer las inquietudes» de los actuales y futuros egresados, para poder contar con especialistas en los ámbitos que más les interesen, y poder orientarlos con ellos en los diferentes itinerario formativos del Grado en Psicología, explicaban las profesoras de la UDIMA.

Durante la primera conferencia, las docentes detallaron lo más esencial del Grado, empezando por dónde encontrar información pública del título (en qué consiste, asignaturas, sistema de evaluación, itinerarios, etc.) que se publica en el BOE una vez se aprueba oficialmente. Un proceso que, una vez es presentado al Ministerio de Educación, tienen que aprobar y auditar la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) o los organismos propios de cada comunidad autónoma (la Fundación Madri+D en el caso de la UDIMA).

Dos menciones, un camino propio

Izquierdo comentó las diferencias a tener en cuenta primero entre los títulos regulados y las cualificaciones profesionales. Entre los regulados, recordó las dos opciones existentes: los títulos habilitantes (necesarios por ley para ejercer en un determinado ámbito, como el Máster en Psicología General Sanitaria en el que imparte clase), y los no habilitantes. También hay casos como el del Máster de Formación del Profesorado, que es habilitante, aunque requiere hacer una oposición», aclara Izquierdo. Este título requiere opositar para trabajar en colegios públicos, y como orientador (aunque no es necesario en centros privados).

Por otro lado estarían los títulos de cualificación profesional que son titulaciones o certificados que sirven para demostrar una experiencia profesional concreta. Son títulos aparte de los oficiales que «sirven para ejercer en otros ámbitos, pero sin que sea imprescindible», para ejercer, pero «si buscáis trabajo en ese ámbito es mucho más difícil lograrlo sin esa formación específica», matizaba.

Por su parte, Caro (coordinadora del Grado en Psicología) ofreció «visión general» de por qué la profesión de psicología necesita un título oficial para trabajar en este ámbito, así como las distintas áreas específicas en las que pueden especializarse los alumnos, y con las que complementar la experiencia y formación. Empezando por recordar que, con UDIMA, además de la mención en Psicología de la Salud, los egresados saldrán con otra (e elegir entre tres: Intervención clínica, psicología educativa, y psicología organizacional y de RRHH).

Visita a la Universidad de Riedlingen en el marco del programa Erasmus+

El pasado mes de julio, como profesor del Departamento de Psicología y Salud, realicé una estancia de dos semanas de duración en la Universidad de Riedlingen (Alemania). Esta movilidad se enmarca dentro del Programa de Movilidad Internacional UDIMA (PMIU), proyecto financiado por Erasmus+ que tiene como objetivo mejorar las competencias y habilidades del PAS y PDI de nuestra universidad, a través de la participación en acciones de internacionalización. En concreto, la estancia realizada se ha centrado en conocer en profundidad la metodología de enseñanza y aprendizaje que emplea la Universidad de Riedlingen, donde las titulaciones ofertadas se imparten a distancia.

En este sentido, el programa formativo incluía la asistencia a seminarios de Máster, mediante los cuales la Universidad de Riedlingen complementa de manera presencial la formación online de los estudiantes. Además, como profesor visitante, pude participar en la producción de materiales virtuales -en concreto, la realización de una sesión online y la grabación de varias podcasts- destinados a los estudiantes alemanes, que tuvieron así también la oportunidad de conocer temas del ámbito de la psicología y la salud que se están trabajando actualmente en nuestro país. En línea con el espíritu del programa Erasmus+, una de las finalidades de estos intercambios es contribuir a generar un mayor conocimiento de las actividades que se realizan en ambas instituciones, de manera que tanto la universidad de acogida como la universidad de origen puedan beneficiarse de nuevas perspectivas. Así mismo, durante la estancia me fue facilitado el contacto con el personal de los distintos departamentos de la Universidad de Riedlingen, con el fin de explorar posibles vías de colaboración e intercambio.

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Fachada de la Universidad de Riedlingen

La valoración que hago de mi experiencia en Alemania es muy positiva, considerando tanto la formación allí recibida, la buena acogida por parte del personal de la Universidad de Riedlingen y las oportunidades para seguir profundizando en la relación con esta universidad asociada al Programa de Movilidad de UDIMA. Por todo ello, creo que es importante señalar lo beneficiosas que pueden llegar a ser las estancias internacionales como las que se realizan en el marco del programa Erasmus+, tanto a nivel de desarrollo institucional como personal y profesional, así como reconocer el buen trabajo que realiza en nuestra universidad la Oficina de Relaciones Internacionales propiciando que estas oportunidades formativas salgan adelante.

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Puedes tener más información sobre la estancia realizada en el artículo Reflexiones de un profesor Erasmus en Alemania, publicado en la plataforma de bitácoras de ciencia SciLogs impulsada por Investigación y Ciencia, edición española de Scientific American.

Para más información, sobre el programa Erasmus+ y las opciones de movilidad internacional en UDIMA puedes contactar con nuestra Oficina de Relaciones Internacionales a través de la dirección internacional@udima.es o consultar su web http://ori.udima.es

La UDIMA lanza su Máster Universitario en Psicología General Sanitaria

UdimaEn la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) estamos de enhorabuena. Recientemente, nuestro Máster Universitario en Psicología General Sanitaria ha sido aprobado y en el próximo mes de octubre comenzará a impartirse en nuestra universidad, dando así continuidad a los estudios de Grado en Psicología (rama CC. de la Salud) que ya tenemos en nuestra oferta de titulaciones.

Este Máster da acceso a la profesión regulada de Psicólogo General Sanitario, y será por tanto un requisito necesario para el ejercicio de actividades profesionales como psicólogo en el ámbito de la salud. Dicha profesión ha quedado regulada por la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública (BOE 5 de octubre de 2011). Según se establece en ella, tendrán la consideración de Psicólogo General Sanitario “los licenciados/graduados en Psicología cuando desarrollen su actividad profesional por cuenta propia o ajena en el sector sanitario, siempre que, además del mencionado título universitario ostenten el título oficial de Máster en Psicología General Sanitaria”.

Desde la UDIMA hemos estado desarrollando una propuesta formativa que pretende dar respuesta a esta necesidad formativa, buscando la calidad y la excelencia de los futuros profesionales sanitarios, y a la vez, tratando de que la realización de estos estudios se lleve a cabo de una manera flexible y adaptada a las características de nuestros estudiantes.

En este sentido, el Máster Universitario en Psicología General Sanitaria tiene por objeto formar profesionales habilitados para el ejercicio profesional, y por tanto, cuenta con una orientación marcadamente práctica. Permitirá a los estudiantes adquirir los conocimientos y las competencias necesarias para la realización de investigaciones, evaluaciones e intervenciones psicológicas sobre aquellos aspectos del comportamiento y la actividad de las personas que influyen en la promoción y mejora de su estado general de salud, siempre que dichas actividades no requieran una atención especializada por parte de otros profesionales sanitarios.

En la UDIMA, nuestros futuros estudiantes de Máster tendrán a su disposición un gran equipo de profesores de psicología y profesionales de la psicología clínica y de la salud, que en todo momento atenderán a sus intereses formativos y les orientarán en el ejercicio profesional. Nuestro plan de estudios, con 90 créditos ECTS organizados en tres semestres, está además fuertemente orientado a ello, contando con asignaturas sobre evaluación e intervención psicológicas, en las que se podrá adquirir conocimientos avanzados sobre los nuevos desarrollos en el ámbito de la psicología sanitaria. La metodología de estudio a distancia permite además seguir los estudios de manera cómoda, recibiendo los materiales en casa, participando en las actividades que se desarrollan en el Aula Virtual y adaptando el seguimiento de las asignaturas al ritmo del estudiante. Finalmente, como parte sustancial del Máster, los estudiantes realizarán prácticas presenciales supervisadas en los centros de psicología clínica y de la salud con los que UDIMA ha firmado ya un convenio de colaboración, así como en aquellos otros que vayamos incorporando en el futuro.

En el equipo docente del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria estamos ilusionados con este nuevo proyecto que comienza en octubre, y estamos seguros de que nuestra propuesta estará a la altura de las expectativas de nuestros estudiantes. El plazo de solicitud de admisiones está ya abierto (finalizando el 21 de septiembre de 2014). Aquellas personas interesadas en cursar el Máster pueden rellenar el formulario de solicitud/preinscripción que encontrarán en la web de UDIMA, contando además las solicitudes que se reciban antes del 31 de julio con un descuento del 5% en el precio de matrícula, en caso de ser luego admitido el solicitante.

¡Esperamos contar contigo pronto entre nuestros alumnos/as!