Las dos preguntas que dan título a esta entrada son una reflexión fundamental a la que debe someterse la sociedad en general y todos aquellos profesionales de la educación de manera particular. Nuestra respuesta, al fin y al cabo, hará referencia al tipo de persona que queremos y que necesitamos en nuestra sociedad.

Por suerte, no se trata de una labor que debamos hacer solos. Hay muchos expertos que han dedicado su pensamiento a estos temas y cuyas conclusiones nos pueden hacer plantearnos nuevos argumentos de calidad educativa. Por ello, me gustaría recomendar dos libros que no deberíamos pasar por alto. Ambos de carácter divulgativo pero con el rigor suficiente para no centrarse en fórmulas hechas que hayan perdido su valor.

El primero, es el libro de Martha Nussbaum » Sin fines de lucro» (su título original es «Not for profit. Why democracy needs the humanities»), publicado en el 2010. En él la autora argumenta cómo el prescindir de las humanidades y centrarse en la enseñanza de una tecnología y ciencia deshumanizada (como parece ser la tendencia actual en muchos sistemas educativos) puede jugar en contra del tipo de sociedad en la que vivimos y a la cual decimos defender, la democracia. La autora concluye que la educación no debe estar al servicio del rendimiento económico, pues moriría.

El segundo libro que me atrevo a recomendar es el libro de Pennac «Mal de escuela». En él, desde una perspectiva autobiográfica, el autor indaga en las cualidades que debe tener un buen profesor. Y curiosamente estas características están relacionadas con una preocupación genuina por su alumnado y por sus familias. Es decir, por las personas y no por los resultados. El profesor tiene un papel crucial a la hora de que los estudiantes se sientan capaces para aprender y para desarrollarse al límite de sus capacidades. Eso, claro está, no va de la mano con  un sistema educativo que equipare el éxito con el rendimiento en determinados campos, como argumentaba Nussbaum.

Sin duda, es un tema sobre el que hay que seguir pensando y en el que debemos ser muy cuidadosos debido a las consecuencias de las medidas que adoptemos como sociedad y como profesores.