“Si viviste una experiencia traumática y sentiste peligrar tu vida o la de tu bebé; si estando en un paritorio te paralizaste de miedo y no pudiste hablar; si llevas tiempo queriendo ser madre con ansiedad y miedo; si tienes un miedo terrible al parto; si has tenido que decidir entre seguir adelante un embarazo o no… tu psicólogo perinatal es el profesional especializado que puede ayudarte”. Son las palabras que reza un vídeo de la Asociación Española de Psicología Perinatal. Su fundadora, la psicóloga Diana Sánchez, abría con su conferencia el ciclo que la UDIMA ha preparado para este curso 2023-2024, donde acercó a los estudiantes esta rama, más nueva, pero ya reconocida.
Sánchez, que además de psicóloga sanitaria es psicoterapeuta y sexóloga, ha dedica gran parte de su carrera a potenciar esta especialidad, y acumula experiencia clínica y docente en psicología y maternidad. Durante la sesión explicó a grandes rasgos cómo ha evolucionado este ámbito de la psicología, así como sus pioneros, sus requerimientos formales y campos de acción e interoperabilidad que tendrá quien ejerza de psicólogo perinatal.
Lo primero, lo más básico: ¿qué entendemos por psicología perinatal? Apoyándose en la definición que maneja su asociación (aceptada también en la reciente Subdivisión Perinatal e Infancia del Consejo General de Psicología -2019-), Sánchez la define como la rama de la psicología relacionada con todo lo que rodea al nacimiento del hijo y que promueve la salud en este periodo, tanto al bebé y la madre, como a la pareja y, en suma, el núcleo familiar.
Abarca desde antes del embarazo (preconcepción y concepción), el parto, el ‘puerperio’ de la madre (periodo posterior no más inmediato al parto, que incluye hasta los 3 años según la asociación), y el desarrollo emocional de la madre y del bebé al menos hasta ese tiempo tras su nacimiento (en el caso del bebé). Ante todo, Sánchez aclaró que se trata de una especialidad que ve la maternidad como un periodo «de crisis vital», con sus consecuentes transformaciones psíquicas y emocionales. Pero lejos de tener una visión negativa de este periodo, la psicología perinatal defiende que el apoyo prestado a la mujer gestante en este proceso «puede ser una oportunidad de gran crecimiento y transformación positiva», abundó la experta.
Las ‘gafas’ de la psicología perinatal
Como señaló Sánchez, la psicología perinatal afecta a cualquier ámbito en el que trabaje el egresado en Psicología. Y es que todo afecta a la persona que nace ya desde antes de hacerlo. Especialidades como deporte, RR.HH., pro-adicción… son áreas donde también habrá que «ponerse las gafas perinatales» para ver «qué ha afectado» tanto a la madre como al bebé. Se requieren conocimientos de bioquímica, etiología, antropología, nutrición, fisiología, epigenética (el ambiente puede modificar los genes; antes se creía imposible), etc., desgranó.
La perinatal es una rama psicológica que se adentra en las diferentes fases de la concepción y ese trío bebé-madre-padre, «algo que no siempre se produce» en la realidad, comentó Sánchez. Para ello, quien desee dedicarse a esta rama, además de la formación en psicología y psicoterapia específicas de la salud, también necesitará información de psicofisiología y lo clínico del periodo primal, aseveró.
«Hay cada vez más mujeres que son o quieren ser madres muy tarde», siguió, por lo que este perfil es necesario para atender las consecuencias «físicas y emocionales» que esto conlleva. Igual que con la adopción y sus complejos y estrictos procesos, por no hablar de la gestación subrogada, la ovodonación, los casos de madres de acogida… y todo lo que tiene que ver con ese puerperio posparto o los casos de duelo perinatal o intra parto (cada vez más habituales, dijo, por esa edad superior en las madres durante la gestación).
Esta situación ha cambiado mucho en los últimos 100 años, pasando de apenas una atención académica mínima a principios del siglo pasado (unos pocos artículos), a tener el primer manual para profesionales, publicado en 2021. Durante mucho tiempo además se pensaba, por ejemplo, que los bebés no tenían sentimientos y que no desarrollaban la parte emocional hasta que empezaban a hablar, explicó Sánchez. «Incluso se hacían intervenciones sin anestesia», resaltó. «Ahora sabemos mucho más de cómo es su mundo en esos primeros, ya no años, sino días, de vida».
Perfil «integrador y multidisciplinar»
Sánchez elaboró un didáctico repaso por algunos de los hitos y pioneros en ese progresivo desarrollo de la perinatalidad, destacando a algunos como Donald W. Winnicot (que menciona por primera vez la diada ‘mamá-bebé’ y su importancia); Daniel Stern (y su ‘constelación maternal’; la importancia del crecimiento emocional y materno desde antes del nacimiento); Michel Odent (que se centró en el primer año y el sistema adaptación primal, y hablaba de las condiciones necesarias para partos naturales ultra placenteros -y no terribles- para la madre; «incluso superiores a un orgasmo», apuntó Sánchez).
Esta especialidad pone luz sobre temas como el nacimiento de forma espontánea, en torno a los «tiempos individuales» que tiene cada bebé cuando simplemente «está listo», frente a los que algunas madres siente que deben seguir. O en la propia fisiología materna y del bebé (ambiente neuro-hormonal en los minutos justamente posteriores al nacimiento), y citó, en definitiva, la gran cantidad de casuística que atiende la psicología perinatal: dificultades de concepción, reducción y/o prevención de ansiedad en el embarazo, miedo durante el embarazo y frente al parto, partos traumáticos, depresión, crianza…
También acompañamiento en el duelo y en casos de muerte gestacional y perinatal, agregó, lo que incluye «casos de interrupción voluntaria del embarazo, con efectos emocionales a veces devastadores en la mujer».
En definitiva, se trata de una opción profesional que requiere «trabajar desde una perspectiva integradora y multidisciplinar con otras profesiones» que operan en este sector (matronas, asesoras de lactancia, psiquiatras perinatales, neonatólogos y/o pediatras). Y es que muchos aspectos habrán de entenderse o incluso «derivarse» para lograr una comprensión completa de ciertos casos, determinó Sánchez. En ello puntualizó la importancia del psicólogo perinatal de «ir con datos» al hablar con profesionales sanitarios. Un camino que, si no es precisamente reciente, sí ha obtenido el reconocimiento «en los últimos años», abriendo una gran ventana de oportunidades.
Periodista y miembro del equipo de comunicación del Grupo Educativo CEF.- UDIMA