Hermann Ebbinghaus (1850 – 1909) sentenció que la psicología tiene un largo pasado, pero una historia corta. Han pasado más de cien años desde que este referente en el estudio de la memoria evidenciara que la nuestra era una ciencia con un largo camino por recorrer. Durante este último siglo la psicología ha hecho un trayecto fascinante, experimentando un sólido desarrollo hasta llegar a la aceptación, utilidad y relevancia social de hoy en día.
Ese camino se ha ido construyendo gracias a grandes figuras e intelectuales que centraron sus esfuerzos y trabajo en el campo de la comprensión, descripción y teorización al respecto de la psique y conducta humanas. Cuando los y las estudiantes abren los libros de Historia de la Psicología pueden ver cómo el conjunto de teorías, hallazgos y desarrollos se aglutinan y organizan en torno a escuelas ordenadas cronológicamente, así como un conjunto de representantes más notables de cada una de ellas.
Sin embargo, esta historia está contada de forma incompleta, puesto que hay figuras de gran relevancia e importancia que no aparecen en los textos, las representantes de cada una de las corrientes que han existido, pero que por los caprichos de los contextos sociohistóricos, han sido invisibilizadas.
Al igual que ocurriera con Rosalind Franklin y el descubrimiento de la doble hélice, la historia de la psicología encierra aportaciones y contribuciones realizadas por mujeres brillantes que han quedado ocultas tras personajes masculinos muy conocidos a día de hoy por sus aportaciones, así como por el registro y divulgación de estas.
Psicólogas fundamentales
En un intento de familiarizarnos con algunas de esas psicólogas fundamentales para nuestra historia, os propongo una pequeña muestra de esos nombres y unas pinceladas a propósito de sus aportaciones. Personajes que tuvieron que afrontar un trabajo doble, contribuir de forma solvente y rigurosa en su área de conocimiento y conseguir que esa contribución fuera reconocida y validada.
Mary Whiton Calkins (1863 – 1930). Decimocuarta presidenta de la American Psychological Association (APA) en 1905 y primera mujer en ostentar el cargo. En 1895, presentó su tesis sobre el estudio experimental de la asociación de ideas, sin embargo, la Universidad de Harvard no le concedió el título de doctora hasta 68 años después, de forma póstuma. Desarrolló su carrera como profesora de psicología en Wellesley College y continuó en el campo de la psicología experimental investigando la asociación de ideas y posteriormente centrándose en la psicología del self, para la que el dominio empírico básico de estudio en la disciplina debía ser la experiencia cotidiana (García-Dauder, 2006).
Christine Ladd-Franklin (1847 – 1930). Al igual que le ocurrió a Calkins, Christine Ladd publicó en 1882 su tesis sobre lógica y álgebra, pero no fue reconocida como doctora hasta 44 años después, puesto la Universidad Johns Hopkins no permitía en aquel momento que las mujeres se doctorasen. Luchó por el reconocimiento e igualdad de las mujeres en el ámbito académico, así como por el sufragio universal. Sus contribuciones más notables se encuentran en el estudio de la visión del color, publicando una teoría sobre el desarrollo y evolución de las diferentes partes del ojo que permitirían la visión en color (Furumoto, 1994).
Margaret Floy Washburn (1871 – 1939). Obtuvo el título de doctora en 1894 en la Universidad de Cornell, convirtiéndose en la primera mujer doctora en psicología, a partir de la tesis “El efecto de la visualización en los juicios de dirección y distancia táctil”, bajo la dirección de Titchener. Anteriormente había investigado junto a Cattell en la Universidad de Columbia, sin embargo, tuvo que trasladarse a Cornell, puesto que en aquella época era de los pocos centros que permitían a las mujeres desarrollar el doctorado. Pese a haber sido su director de tesis, Titchener impidió que Washburn ingresara en la Sociedad de Psicólogos Experimentales y no fue hasta la muerte de este cuando consiguió formar parte y ser la primera mujer miembro de esta institución. Al igual que Mary Whiton Calkins, Washburn también presidió la American Psychological Association y formó parte de la National Academy of Sciences (Sos-Peña, 2015).