El Botox puede hacer a las personas que lo usan más felices ya que impide el procesamiento de emociones negativas tales como la tristeza o la ira. El Botox es una sustancia que se usa en cirugía estética para eliminar las arrugas de la cara mediante la paralización de los músculos. Los músculos paralizados impiden ciertas expresiones faciales, y por tanto, el procesamiento del lenguaje afectivo.
Estos resultados han sido publicados en la revista Psychological Science, e indican que al inmovilizar la musculatora facial se pueden provocar dificultades para procesar emociones relacionadas con la zona paralizada. Por ejemplo, según estos resultados, el Botox impide fruncir el ceño, así que provoca dificultades en el procesamiento de frases de emociones relacionadas con el ceño, como la ira o la tristeza. Sin embargo, este efecto no se produce con frases que reflejan situaciones felices, ya que las expresiones faciales de felicidad son distintas a las de ira y tristeza.