Ser creativo no es sólo tener habilidades artísticas o musicales, sino que significa tener la mente abierta para poder enfrentarse a cualquier situación y buscar, de una manera consciente e inteligente, la mejor solución para, por ejemplo, un problema. De hecho, la creatividad es cada vez más valorada en el sector empresarial, ya que una mente creativa puede hacer que un problema difícil en la empresa se pueda ver desde otro prisma diferente. La creatividad además no está sólo vinculada a un don, sino que se puede entrenar y trabajar para que así sea más fácil ponerla a trabajar en el día a día para cualquier situación que lo requiera. Para alguien que no se considera creativo seguro que tiene la idea de que jamás lo podrá ser, pero existe una serie de recomendaciones para mejorar y desarrollar la creatividad.
En primer lugar, es importante mantener una mente abierta y curiosa. Fomentar la curiosidad permitirá explorar nuevas ideas, perspectivas y enfoques. Leer libros de diferentes géneros, sumergirse en la música de diversos estilos y visitar lugares inexplorados son solo algunas de las formas de estimular tu mente y alimentar tu creatividad. Además, el aprendizaje continuo a través de la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades puede ampliar el horizonte y generar ideas frescas.
Otra estrategia clave para potenciar la creatividad es el fomento de la diversidad en las experiencias. Al exponerse a diferentes culturas, tradiciones y formas de vida, se podrá expandir los horizontes y se tendrá una oportunidad de ver el mundo desde perspectivas únicas. Viajar, interactuar con personas de diferentes orígenes y participar en actividades creativas diversas, como la pintura, la escritura o la fotografía, pueden ser fuentes de inspiración y desencadenar nuevas ideas.
La capacidad de observación también desempeña un papel crucial en el desarrollo de la creatividad. Aprender a prestar atención a los detalles en el entorno permitirá descubrir patrones ocultos, identificar conexiones inesperadas y encontrar soluciones innovadoras. Hay, por tanto, que cultivar la práctica de la atención plena y dedicar tiempo a la reflexión y la contemplación. En estos momentos de tranquilidad, la mente puede procesar información de manera más eficiente y generar ideas creativas.
El pensamiento lateral, una técnica desarrollada por Edward de Bono, puede ser una herramienta valiosa para mejorar la creatividad. Consiste en romper con los patrones de pensamiento convencionales y explorar nuevas vías de pensamiento. Para practicar el pensamiento lateral, se puede hacer uso de técnicas como la lluvia de ideas, donde se fomenta la generación de ideas sin restricciones y se busca la mayor cantidad de opciones posibles, incluso las más inusuales. Estas ideas pueden luego ser refinadas y adaptadas para resolver problemas o generar propuestas creativas.
Además, es fundamental no tener miedo al fracaso y aprender a abrazar la incertidumbre. La creatividad implica asumir riesgos y experimentar con nuevas ideas sin temor a equivocarse. Hay que aceptar que los errores son oportunidades de aprendizaje y que cada intento fallido acerca más a la solución o idea creativa que buscas. Cultivar una mentalidad abierta y flexible te permitirá superar obstáculos y aprovechar el poder de la creatividad.
Y es que cuando la creatividad está en el mundo personal de alguien, se aprende a salir de la zona de confort y así vivir experiencias que normalmente no se hacen por diferentes miedos, la mayoría de ellos infundados que paralizan a las personas para no hacer lo que realmente siente, lo que realmente quieren.
En la Universidad UDIMA se imparte el Grado en Psicología.