En momentos de tensión, el cuerpo reacciona. Lo hace de muchas maneras. Unas veces con fuerza para superar lo que esté delante, pero otras veces aparece la ansiedad. Y es que esta emoción humana, que es común y natural, se manifiesta precisamente en los momentos de tensión y de estrés emocional. Para algunas personas, la ansiedad puede convertirse en un trastorno debilitante que afecta su calidad de vida. Pero hay pautas, estrategias, modos de superar la ansiedad, de enfrentarse a esos momentos desde la paz y la calma, cogiendo solo lo bueno de estas situaciones de estrés que se están viviendo pero de tal manera que no condicione la mente.

Pero vamos paso a paso, vamos a conocer qué es la ansiedad. Es una respuesta natural del cuerpo al estrés, una señal de alerta que ayuda al individuo a enfrentarse a situaciones difíciles. Sin embargo, cuando esta respuesta se vuelve desproporcionada o persistente, puede convertirse en un trastorno de ansiedad. Los trastornos de ansiedad son condiciones médicas graves que afectan a millones de personas en todo el mundo, interfiriendo con sus vidas diarias y bienestar emocional.

Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo trastorno de ansiedad generalizada (TAG), trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), fobias específicas y trastorno de ansiedad social. Cada tipo tiene sus propias características distintivas, pero todos comparten una característica común: la sensación abrumadora de miedo o preocupación.

La pregunta es cómo saber que se está sufriendo de ansiedad. Los síntomas pueden variar, pero algunos de los más comunes incluyen palpitaciones, sudoración excesiva, temblores, sensación de ahogo, irritabilidad, dificultad para concentrarse y problemas para dormir. En casos más graves, la ansiedad puede llevar a ataques de pánico, donde los síntomas alcanzan su punto máximo en cuestión de minutos, causando una sensación intensa de miedo y terror.

Es normal sentir ansiedad ocasionalmente, pero cuando los síntomas son persistentes, intensos y afectan la vida diaria, es hora de buscar ayuda. Si la ansiedad interfiere con su trabajo, relaciones o actividades cotidianas, es crucial hablar con un profesional de la salud mental. Cuanto antes se aborde el problema, mayores serán las posibilidades de recuperación.

Cuando ya se conoce lo que pasa en nuestro interior, es el momento de enfrentarse a ese problema y darle solución. Y soluciones hay muchas. Por ejemplo, se puede practicar mindfulness, ya que la atención plena puede ayudar a reducir la ansiedad al enseñar a las personas a enfocarse en el momento presente, en lugar de preocuparse por el futuro o lamentarse por el pasado. La meditación y la respiración profunda son técnicas efectivas de mindfulness.

El ejercicio físico regular no solo mejora la salud física, sino que también tiene un impacto positivo en la salud mental. La actividad física libera endorfinas, que actúan como analgésicos naturales y mejoran el estado de ánimo.

Compartir sus preocupaciones con amigos, familiares o un terapeuta puede ser increíblemente útil. A veces, expresar lo que siente en voz alta puede proporcionar alivio y perspectiva.

Mantener una estructura diaria puede ayudar a reducir la incertidumbre y proporcionar un sentido de seguridad. Se pueden establecer horarios regulares para dormir, comer y trabajar para crear estabilidad en su vida.

También se puede reducir el consumo de noticias y redes sociales, ya que la sobreexposición a información estresante puede aumentar la ansiedad. Se pueden establecer límites de tiempo para el uso de dispositivos electrónicos y desconéctese regularmente.

Muchas personas, cuando tienen que lidiar con la ansiedad, evitan cualquier situación que pueda provocarla. Esto puede solucionar el problema a corto plazo, pero con el paso del tiempo se pueden dar cuenta de que lo que están haciendo es seguir controlando y evitando enfrentarse al miedo. Aprender a afrontar estos pensamientos y sentimientos negativos puede ayudar a reducir la ansiedad.

Y, por supuesto, hay que hablar con un profesional. La terapia puede ayudar a las personas a comprender y gestionar la ansiedad.