Andar descalzo por la playa o por el césped es uno de los grandes placeres de la vida, y además es muy beneficioso tanto a nivel físico como psicológico. Y es que andar descalzo, una de las actividades más habituales durante las épocas estivales, puede favorecer que los niños tengan una mejor maduración del sistema nervioso y el desarrollo cerebral.
Así lo indica el podólogo de la Unidad de Podoactiva del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, Jairo Casal, que ha resaltado los beneficios que andar descalzo tiene en los niños tanto a nivel físico como cognitivo.
En concreto, este profesional afirma que “los niños a edad temprana tienen la sensibilidad del pie más desarrollada y es aconsejable dejarlos andar descalzos para que experimenten y desarrollen la sensibilidad al tacto y temperatura en diferentes superficies”.
De hecho, andar descalzos activa todos los sentidos y origina que los más pequeños analicen el entorno en que se mueven, lo evalúen y se adapten a él.
Según Casal, “el hecho de andar descalzos ayuda en el desarrollo muscular del pie y a formar el arco plantar, por lo que tienen pies más fortalecidos”, añadiendo que “además se fortalecen las articulaciones y músculos del pie lo que origina una mejor postura y equilibrio de los niños, evitando lesiones y además facilita la circulación sanguínea”.
El especialista indica en un comunicado que otra de las ventajas es que favorece la maduración del sistema nervioso y por tanto, el desarrollo cerebral. “El pie del recién nacido tiene una sensibilidad mucho mayor que la de su mano, así que las terminaciones nerviosas sensitivas de su pie son fundamentales para su desarrollo emocional”, señala Casal, que añade también que “la información táctil y perceptiva que reciben a través de sus pies favorece la maduración de sus habilidades motoras”.
Ahora bien, andar descalzos no significa no tener en cuenta otras variables que se pueden encontrar en el ambiente, por lo que se recomienda también proteger los pies de los más pequeños cuando así se necesite, por ejemplo, de la arena caliente o de las zonas húmedas de las piscinas y baños públicos. Asimismo, los expertos recomiendan poner crema solar en los pies para evitar las quemaduras solares.
Del mismo modo, Casal advierte que “los contagios por hongos o virus como el papiloma que se concentran en las zonas húmedas se pueden evitar con chanclas o cangrejeras que les sujeten bien el pie”, aseverando que “hay que evitar las chanclas de dedos en niños muy pequeños ya que no son estables”.
En cuanto a otro tipo de zapatos desaconsejables para este colectivo se pueden destacar los zuecos de plástico, ya que son muy anchos y no sujetan el pie y favorecen la garra en los dedos y los pies no tienen estabilidad. Además, con este tipo de zapatos el pie no transpira. Por eso, aconseja acudir a la playa o piscina con el calzado de piel habitual y allí cambiar a las chanclas o cangrejeras.