Archivos de Autor: Ana Lacasa

El poder y el derecho a estar bien informado

Todo el mundo tiene derecho a estar informado. Y a estar bien informado. Y para ello, los medios de comunicación tienen que ser libres para poder informar y comunicar lo que ellos consideren. Son los transmisores de la verdad, de los asuntos cotidianos que transcurren en el mundo y que son dignos de ser contados. Incluso cuando los medios de comunicación tienen ciertas tendencias ideológicas, que predispone de un lado u otro el tipo de información que cuentan y cómo lo cuentan, es indispensable que sean libres para hacerlo como quieran. Y eso es lo que prevalece en el derecho a la libertad de prensa, un principio fundamental que juega un papel crucial en la sociedad democrática, respaldando la transparencia, la rendición de cuentas y la libre circulación de información. 

Este derecho está respaldado en numerosas constituciones y tratados internacionales de derechos humanos, incluyendo la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. 

En esencia, el derecho a la libertad de prensa garantiza que los individuos y los medios de comunicación tengan el derecho de buscar, recibir y difundir información sin interferencias indebidas por parte de gobiernos u otras autoridades.

Este derecho se basa en la premisa de que una prensa libre es esencial para el funcionamiento efectivo de una democracia. Los medios de comunicación desempeñan un papel crítico al actuar como contrapartes y controladores del poder gubernamental y corporativo. Proporcionan información a la ciudadanía, lo que les permite tomar decisiones informadas en cuestiones de interés público y ejercer presión sobre sus líderes políticos y empresariales.

El derecho a la libertad de prensa no se limita a la mera publicación de noticias. También abarca la libertad de buscar información y opiniones, así como la libertad de expresar y difundir pensamientos y opiniones a través de cualquier medio de comunicación, ya sea impreso, online o transmitido por medios electrónicos. Esto incluye no solo a los periodistas profesionales, sino también a los ciudadanos comunes que desean expresar sus opiniones y críticas a través de blogs, redes sociales y otros medios.

Sin embargo, es importante destacar que el derecho a la libertad de prensa no es absoluto. Puede estar sujeto a restricciones legítimas en ciertas circunstancias. Estas restricciones deben estar claramente definidas por la ley y ser necesarias en una sociedad democrática para proteger otros derechos o intereses legítimos, como la seguridad nacional, la salud pública o la protección de la reputación de individuos. Sin embargo, cualquier limitación debe ser proporcionada y no excesiva, y no debe utilizarse como un pretexto para reprimir la crítica legítima o controlar la información.

La independencia de los medios de comunicación es un componente esencial de la libertad de prensa. Los periodistas deben poder llevar a cabo su trabajo sin temor a represalias o interferencias indebidas por parte de gobiernos o empresas. La autocensura y la presión sobre los medios son amenazas significativas para la libertad de prensa, ya que pueden socavar la capacidad de los medios de comunicación para informar con imparcialidad y exactitud.

La tecnología también ha desempeñado un papel importante en la evolución de la libertad de prensa. La era digital ha democratizado la capacidad de difundir información, permitiendo que una amplia gama de voces se escuche online. Sin embargo, también ha planteado desafíos en términos de la proliferación de noticias falsas y la desinformación. Los gobiernos y las plataformas online han tenido que abordar estas cuestiones sin socavar la libertad de prensa y la libertad de expresión. Y sigue siendo un desafío, sobre todo cuando los más jóvenes, y los no tan jóvenes, están utilizando las redes sociales como medio de información. Y no estamos hablando de la información que se transmite por parte de los medios de comunicación fiables en sus propias redes sociales, sino que se cree en lo que cualquier persona con un perfil en una red social puede estar diciendo, sin tener claro exáctamente quién es, si es real o si es simplemente un bot que está transmitiendo alguna desinformación con un fin escondido. 

Los ciudadanos podemos defender la libertad de prensa, sólo hay que exigir a los gobiernos que la protejan, adoptando leyes y políticas que así lo aseguren, además de apoyar a los medios de comunicación independientes, mediante la donación o la suscripción, para que así los medios no dependan de la publicidad para sobrevivir. 

Por supuesto, hay que saber expresar la oposición a las amenazas a la libertad de prensa mediante manifestaciones, peticiones o campañas en redes sociales. Lo que está claro es que no podemos estar callados mientras se ve alguna injusticia como esta y lo mejor es manifestarse y protestar.

¿Cómo mantener los principios éticos del periodismo en la actualidad?

Un buen periodista no solo cuenta de manera objetiva y contrastada una información, sino también es aquel que tiene una serie de principios que no suele romper por nada en el mundo. Esos principios éticos buscan garantizar la veracidad, imparcialidad y responsabilidad en la transmisión de la información. A lo largo de los años, estos principios han evolucionado para adaptarse a los desafíos de la sociedad contemporánea, donde la tecnología y la rapidez de la información plantean nuevas amenazas y oportunidades.

La objetividad, uno de los principios más esenciales del periodismo. El periodista debe presentar de manera imparcial los hechos, sin sesgo ni favoritismo. Deben esforzarse por ofrecer una representación equitativa de todas las perspectivas involucradas en una historia. Estrategias como la diversificación de fuentes y la constante autorreflexión son cruciales para mantener este principio en un entorno mediático cada vez más polarizado.

En la actualidad, sobre todo con la presencia del periodismo ciudadano, la verificación de los hechos es otro principio clave. El periodista no solo cuenta, sino que tiene que verificar con, al menos tres fuentes, la información que quiere transmitir antes de publicarla. Eso es lo que diferencia al periodista con el periodismo ciudadano, que no tienen esa profesionalización a la hora de contar las cosas que pasan en el mundo. La adopción de métodos de verificación robustos, como la verificación cruzada de fuentes y el análisis crítico, es esencial para preservar la integridad de la profesión.

El respeto a la privacidad y la dignidad de las personas es un principio ético que evita la intromisión injustificada en la vida personal de los individuos. Estrategias como la obtención de consentimiento informado y la ponderación cuidadosa entre el interés público y la privacidad son herramientas cruciales para los periodistas al abordar historias delicadas.

El periodismo no es solo una responsabilidad hacia los lectores, sino también hacia la sociedad en su conjunto. Los periodistas deben considerar el impacto social de sus historias y ser conscientes de la responsabilidad que tienen en la formación de la opinión pública. Estrategias como la transparencia en la toma de decisiones editoriales y la rendición de cuentas son esenciales para mantener la confianza del público.

El periodismo contemporáneo enfrenta desafíos significativos para mantener estos principios éticos. La velocidad de la información en plataformas digitales puede socavar la verificación rigurosa, y la presión económica puede tentar a los medios a sacrificar la calidad por la cantidad. La polarización política también amenaza la objetividad, exigiendo a los periodistas un esfuerzo adicional para resistir las presiones partidistas.

A lo largo de los años, los principios éticos del periodismo han evolucionado en respuesta a los cambios sociales y tecnológicos. La globalización y la interconexión han ampliado las perspectivas, mientras que la era digital ha redefinido la velocidad y la accesibilidad de la información. La ética periodística, antes centrada en los medios impresos, ha tenido que adaptarse a un ecosistema mediático diversificado y complejo.

Si el periodismo no puede sostener sus principios éticos, los impactos serían profundos. La confianza del público, ya frágil en algunos casos, se erosionaría aún más. La desinformación se convertiría en una norma, minando la capacidad de la sociedad para tomar decisiones informadas. La democracia misma podría estar en peligro, ya que el periodismo ético es un guardián esencial de la rendición de cuentas y la transparencia.

Los principios éticos del periodismo son fundamentales para garantizar que los ciudadanos reciban información veraz y responsable. Es importante que los periodistas se comprometan a seguir estos principios y que las instituciones públicas y la sociedad civil apoyen su labor.

Plumilla trabajando: claves para mejorar las habilidades de escritura periodística

La escritura es la clave de la comunicación periodística. Desempeña un papel crucial en la transmisión precisa y efectiva de información al público. Y ahora más, que cualquier televisión o radio también tienen sus propias páginas web donde se vuelca todo el contenido en manera texto para que así pueda ser consultado por los lectores. Un buen periodista se diferencia porque sabe escribir muy bien, sabe transmitir la información y sabe describir los acontecimientos de una determinada manera. Los buenos periodistas no solo tienen talento, sino que también desarrollan sus habilidades con la práctica, con la experiencia, sabiendo adaptarse a las necesidades de los lectores. Pero la raíz de saber transmitir una información es conocer el lenguaje a fondo, todos los entresijos gramaticales ya que, al fin y al cabo, lo que escribe un periodista se toma como ejemplo para la comunicación de todos los ciudadanos.

Ahora bien, los periodistas también se distinguen del resto por su estilo. Mientras que unos suelen ser más directos y efusivos a la hora de hacer un reportaje o una crónica, otros tienden a hacerlo de manera más directa e informativa.  El estilo define al periodista, es su voz, su sello de distinción, lo que capta la atención del lector e incluso su reputación como periodista, ya que cualquier lector habitual puede diferenciar una noticia escrita por ese periodista sin haber visto su firma.

La investigación exhaustiva es otro componente esencial para mejorar las habilidades de escritura periodística. Antes de comenzar a redactar, es fundamental reunir información precisa y verificada de múltiples fuentes confiables. La profundidad de la investigación proporciona una base sólida para la creación de un contenido informado y preciso, lo que aumenta la credibilidad del periodista y su trabajo.

La estructura y la organización también juegan un papel vital en la mejora de la escritura periodística. Un artículo bien estructurado sigue una progresión lógica de ideas, con una introducción que captura la atención del lector, un cuerpo que explora los detalles clave y una conclusión que resume y cierra el tema. Esta organización ayuda a los lectores a seguir el flujo de la narrativa y a comprender mejor la información presentada. Vamos, lo que se estudia en el colegio de coherencia y cohesión, que es la base de cualquier artículo, ya sea de opinión como informativo.

La capacidad de adaptación es otro factor crucial. En un panorama mediático en constante cambio, los periodistas deben ser capaces de ajustar su estilo de escritura según el medio para el que escriben. La escritura para un periódico impreso puede diferir en tono y enfoque de la escritura online o para plataformas de redes sociales. Adaptarse a estos diferentes formatos es esencial para maximizar el impacto de la narrativa.

Por supuesto, los periodistas deben de revisar el material que redactan. Ese proceso de edición y revisión es un paso que no hay que pasarse por alto, ya que los propios periodistas pueden ir aprendiendo de sus propios errores e ir adaptándose a las necesidades requeridas en cada momento. Se trata de un paso que puede parecer tedioso, pero es necesario y al que hay que dedicar un rato amplio para así evitar faltas gramaticales u ortográficas que no pueden pasar por alto. La revisión minuciosa garantiza que el contenido final sea pulido y profesional, lo que contribuye a la reputación del periodista y al respeto por su trabajo.

En el siglo digital actual, la integración de elementos multimedia en la escritura periodística es una habilidad valiosa para mejorar el atractivo del contenido. La inclusión de imágenes, videos y gráficos relevantes puede enriquecer la experiencia del lector y proporcionar una comprensión más profunda de la historia. La habilidad de combinar texto con elementos visuales de manera cohesiva es un aspecto que no debe subestimarse.

Para poder contar una noticia, hay que tener en cuenta una serie de consejos que ayudarán al periodista a contarla de una manera precisa y objetiva. Así, lo primero de todo hay que concentrarse en la claridad y la concisión, utilizando un lenguaje simple y evitando términos técnicos difíciles de controlar para el común de los mortales. Por supuesto, la objetividad y la imparcialidad es vital para el periodista, es la seña de identidad de la profesión y, aunque hay algunos que aseguran que la objetividad real no existe, siempre hay que tender a dar la información de la manera más objetiva posible.

Para aquellos periodistas que quieren formarse en cómo mejorar su escritura y su estilo periodístico existen muchos recursos adicionales, como pueden ser los libros y recursos online, sin olvidar a las asociaciones de periodistas que ofrecen programas para mejorar las habilidades de escritura.

Lo más importante es que los periodistas cuenten la noticia de una manera imparcial y ser conscientes de que lo que cuentan puede sentar las bases de la opinión de un público, por lo que se tiene una gran responsabilidad.

La carrera contra el reloj: los secretos de la cobertura periodística en vivo

La inmediatez es una de las características que más se valoran en el mundo del periodismo. Cuanto antes se cuente una noticia, mejor. Por supuesto, sin tener que perder la objetividad y la precisión típicas del periodismo. Y precisamente esa es la clave de cuando se cubre un evento en directo, ya sea una noticia de última hora, una rueda de prensa o eventos deportivos o acontecimientos culturales.

La labor del periodista aquí es la de dar información detallada de lo que está pasando, con la máxima objetividad y en base a la observación y también de las fuentes que estén relacionadas con el caso. La clave es garantizar la calidad, veracidad y objetividad de la información compartida. Los periodistas que cubren este tipo de eventos tienen que estar familiarizados con la manera en que se comparte la información y se cuenta a la audiencia o a los lectores ya que, recordemos, algunos periódicos digitales ya ponen en sus portadas la cobertura de un evento “minuto a minuto”.

Además, deben de estar preparados con antelación para así cubrir la noticia de la mejor manera posible. Por ejemplo, cuando se cuenta la ceremonia de los Goya siempre hay que estar preparado e informado sobre las películas, actores y directores nominados para así ofrecer la información conforme van apareciendo los premiados. Para ello, los periodistas tienen que revisar fuentes fiables, así como la identificación de temas clave o la creación de un marco conceptual para la cobertura.

Cuando el evento comienza, la toma de notas meticulosa cobra protagonismo. Los periodistas emplean técnicas de registro rápido para capturar los detalles esenciales, como discursos, declaraciones y acciones relevantes. El uso de dispositivos electrónicos y aplicaciones especializadas facilita esta tarea al permitir la creación de registros escritos, grabaciones de audio y capturas de imágenes en tiempo real.

Simultáneamente, el filtrado y la verificación de la información se convierten en una labor ineludible. Dado que la rapidez no debe comprometer la exactitud, los periodistas evalúan la credibilidad de las fuentes y contrastan datos con múltiples recursos antes de publicar. La lucha contra la desinformación se vuelve imperativa en este contexto, ya que la urgencia puede propiciar la propagación de información incorrecta.

La adaptación constante y la capacidad de priorizar coberturas son cualidades cruciales en esta disciplina. Los periodistas en vivo deben estar dispuestos a modificar su enfoque en función de los eventos que se desarrollan y discernir entre detalles relevantes y accesorios. Esta agilidad periodística permite una narrativa fluida y coherente que se ajusta a la evolución del evento.

Las nuevas tecnologías son herramientas que están siendo utilizadas por los periodistas para cubrir eventos en vivo. En concreto, las redes sociales y las plataformas de transmisión en vivo proporcionan canales directos para comunicar actualizaciones a la audiencia. El uso de hashtags y la interacción en tiempo real con el público crean un sentido de comunidad y participación en el proceso informativo.

Por supuesto, los periodistas cuentan con un equipo que, sin él, no sería posible cubrir los eventos en vivo. Así, se colaboran con editores y productores para refinar la información, ajustar el tono y la estructura del contenido y tomar decisiones informadas sobre cuándo y cómo publicar. La retroalimentación y la revisión entre colegas garantizan una presentación precisa y completa.

La etapa de postproducción es la fase final de la cobertura. En esta fase, los periodistas editan el material recopilado para generar un producto final que se transmita al público.

El producto final puede ser un reportaje en televisión, un artículo en un periódico o una publicación en las redes sociales.

La cobertura periodística de eventos en vivo es una tarea desafiante, pero también es una oportunidad para informar a la audiencia sobre acontecimientos relevantes. Se podría decir que es la raíz del periodismo, la de contar algo que está pasando en tiempo real y desde el punto de vista de una persona informada y objetiva. De esta manera, el lector o la audiencia está consiguiendo la información lo más veraz posible y sin subjetividad.