El periodismo es una carrera vocacional. Todas lo son, claro, pero especial e irremediablemente esta lo es mucho más que otras. No se saben las razones, solo un periodista que se siente como tal lo sabe y, aunque su tarea principal es explicar a los demás lo que ocurre alrededor, para esto de su vocación no encuentra las palabras.
Los periodistas disfrutan contando historias, revelando las verdades del día a día, investigando hechos e informando sobre lo que acontece día a día. Es una profesión estupenda de la que se aprende mucho y de la que se disfruta aún más. El periodismo como tal, teniendo en cuenta que es una manera de informar y comunicar eventos relevantes, ha experimentado una notable evolución a lo largo de la historia, marcada por la influencia de destacados pioneros y momentos cruciales que han moldeado la forma en que entendemos y consumimos las noticias.
Para contar la historia del periodismo hay que empezar por el principio. Uno de los primeros hitos en la historia del periodismo data del siglo XVII, con la figura de Johann Carolus, un impresor alemán que publicó el «Relation aller Fürnemmen und gedenckwürdigen Historien» en 1605. Este periódico, considerado el primero en su tipo, sentó las bases para una forma organizada de presentar información. Este autor fue el pionero de este arte de contar historias al que le seguirán muchos más.
Como por ejemplo Daniel Defoe, autor de «The Review» (1704-1713), una publicación que abordaba temas políticos y sociales de la Inglaterra de su tiempo. Su enfoque analítico y su compromiso con la verdad marcaron un estándar para el periodismo posterior.
En el siglo XIX, el periodismo experimentó una revolución con la llegada de figuras como Horace Greeley, fundador del «New-York Tribune». Greeley abogó por una prensa comprometida con la verdad y la responsabilidad social, sentando las bases para el periodismo de investigación.
El siglo XX presenció momentos cruciales que transformaron el periodismo. El Watergate, en la década de 1970, destacó la importancia del periodismo de investigación. Bob Woodward y Carl Bernstein, periodistas del Washington Post, desentrañaron el escándalo político que llevó a la renuncia del presidente Richard Nixon. Este episodio subrayó el papel esencial de los medios en la rendición de cuentas. Tanto es así, que este momento de la historia del periodismo dio lugar a una de las grandes películas de la historia de este género: “Todos los hombres del presidente”, donde Robert Redford y Dustin Hoffman daban vida a estos periodistas que asentaron las bases del periodismo de investigación y al que muchos han querido imitar.
El advenimiento de internet en la década de 1990 cambió radicalmente la forma en que se producen y consumen las noticias. La rapidez de la información digital y la accesibilidad global redefinieron la naturaleza del periodismo. Plataformas online, blogs y redes sociales ampliaron la participación del público en el proceso informativo. Tanto es así, que ahora estamos en una especie de revolución de los medios de comunicación. Se habla de periodismo ciudadano, y muchas personas cuentan en primera persona lo que acontece en su barrio, en su ciudad, en su país, desde su punto de vista. Ahora la labor del periodista no solo está en la de contar la historia, ya que muchos lo hacen, sino de hacerlo de la manera más objetiva, contrastando los hechos y las informaciones vertidas por esos usuarios de redes sociales para informar de la verdad sin apellidos, clara, sencilla, directa y objetiva.
Ahora bien, en la actualidad se está viviendo uno de los grandes desafíos de la historia del periodismo: la proliferación de las noticias falsas y la polarización política. Las redes sociales han contribuido a esta difusión de fake news, y la labor del periodista, sobre todo, es la de contrastar la información. Por tanto, los usuarios deben fiarse de los periodistas que son los que mejor contarán la noticia y desconfiar de cualquiera que lo esté contando online.
Sin embargo, se destaca el papel crucial del periodismo de datos, que utiliza análisis y visualizaciones para proporcionar una comprensión más profunda de los problemas.
Figuras contemporáneas como Ryszard Kapuściński, con su enfoque narrativo, y Christiane Amanpour, conocida por su corresponsalía de guerra, han contribuido a la diversificación del periodismo.
El futuro del periodismo es incierto. Sin embargo, es probable que el periodismo continúe evolucionando a medida que surjan nuevas tecnologías y desafíos. Y más aún con la Inteligencia Artificial de por medio, que ya es capaz de analizar datos de una manera más o menos objetiva. La labor del periodista será, quizás, más creativa y de contraste de datos que la de redactar y actualizar las webs de los medios de comunicación, ya que eso lo puede hacer la Inteligencia Artificial. Por tanto, los periodistas deben estar preparados para adaptarse a estos cambios y seguir siendo una fuente confiable de información para la sociedad.