Archivos de Autor: Ana Lacasa

La revolución bajo el mar: cómo la fibra óptica submarina ha cambiado nuestra forma de comunicarnos

En las profundidades marinas no solo duermen animales o plantas, sino que es uno de los lugares donde se viven los sistemas de fibra óptica submarina, que son vitales en las comunicaciones internacionales. Estos sistemas, compuestos por cables de fibra óptica que se extienden por el lecho marino, desempeñan un papel fundamental en la conectividad de nuestro mundo moderno. Y eso es debido a su capacidad para transmitir grandes volúmenes de datos a través de distancias transoceánicas con una velocidad y confiabilidad excepcionales.

Estos sistemas son cruciales para el funcionamiento de Internet y las comunicaciones de voz y datos a nivel mundial. La fibra óptica submarina permite la transmisión de información a velocidades que simplemente no serían posibles con tecnologías más antiguas, como los cables de cobre. Esto facilita la transmisión de datos de alta calidad, lo que beneficia a empresas, gobiernos y usuarios individuales que dependen de una comunicación rápida y eficiente.

Además de la velocidad, la fiabilidad es una característica clave de estos sistemas. Y es que los cables de fibra óptica submarina se encuentran protegidos en el fondo del océano, donde están menos expuestos a los elementos y a actividades humanas que podrían dañarlos. Esto los hace altamente resistentes a las interrupciones, lo que es esencial para mantener la continuidad de las comunicaciones internacionales.

La globalización de la economía y la interdependencia de las naciones también subrayan la importancia de estos sistemas. Las grandes empresas confían en la capacidad de transmitir datos de manera rápida y segura entre continentes para operar eficientemente en un mercado global. Del mismo modo, los gobiernos dependen de estas conexiones para comunicarse con sus homólogos extranjeros y colaborar en temas de importancia internacional, como la seguridad, el comercio y el medio ambiente.

Los sistemas de fibra óptica submarina también desempeñan un papel vital en la investigación científica y la exploración del océano. Facilitan la transmisión de datos desde instrumentos científicos y submarinos robóticos a estaciones en tierra, permitiendo avances en la comprensión de nuestro entorno marino y el cambio climático global.

No obstante, es importante señalar que la construcción y el mantenimiento de estos sistemas conllevan desafíos técnicos y financieros significativos. La colocación de cables submarinos requiere una planificación meticulosa, la consideración de factores ambientales y la cooperación internacional para evitar problemas en áreas sensibles. Además, los costos asociados con la instalación y reparación de estos cables son considerables, y las empresas operadoras deben garantizar que la inversión se mantenga a lo largo del tiempo.

Se espera que la importancia de los sistemas de fibra óptica submarina siga aumentando en el futuro. Esto se debe al creciente consumo de datos en todo el mundo. Además, la aparición de nuevas tecnologías, como la realidad virtual y la realidad aumentada, requerirán mayores anchos de banda para su funcionamiento.

Hilos de luz: descubriendo el poder detrás de la tecnología de la fibra óptica

Las conexiones a Internet son cada vez más rápidas. Si al inicio de la historia de la Red de redes se hablaba de una velocidad que ahora consideramos mínima, ahora la rapidez es vital para poder contratar un servicio de Internet o de comprar un ordenador o teléfono móvil. Y todo ello es gracias a la fibra óptica, que es una tecnología de transmisión de datos que utiliza cables de vidrio o de plástico para transmitir información en forma de pulsos de luz. Desde su aparición, esta tecnología ha revolucionado el mundo de las telecomunicaciones debido a sus numerosas ventajas y beneficios.

Pero vamos a desentrañar todos los misterios de la fibra óptica, esos pequeños hilos de luz que están detrás del poder de la tecnología. En primer lugar, la fibra óptica ofrece una capacidad de transmisión mucho mayor en comparación con otros medios de comunicación, como el cable coaxial o el par trenzado. La luz que se utiliza para transmitir los datos permite una velocidad de transmisión extremadamente alta, lo que resulta en una mayor cantidad de información que se puede enviar en un período de tiempo más corto. Esta capacidad de alta velocidad es crucial en la era actual de la información, donde la demanda de transmisión de datos en línea es cada vez mayor.

Además de su velocidad, otra ventaja clave de la fibra óptica es su inmunidad a las interferencias electromagnéticas. A diferencia de los cables de cobre utilizados en otras tecnologías de comunicación, los cables de fibra óptica no se ven afectados por campos electromagnéticos externos, lo que garantiza una transmisión más estable y fiable. Esto es especialmente relevante en entornos industriales o en áreas densamente pobladas donde las interferencias electromagnéticas son comunes.

La fibra óptica también destaca por su baja atenuación de señal, lo que significa que las pérdidas de señal a lo largo de las distancias son mínimas. Esta característica permite la transmisión de datos a largas distancias sin la necesidad de repetidores o amplificadores de señal frecuentes, lo que simplifica y abarata la infraestructura de las redes de telecomunicaciones.

Otro aspecto importante de la fibra óptica es su capacidad para ofrecer una alta capacidad de ancho de banda. Los cables de fibra óptica pueden transportar múltiples señales de luz a través de diferentes longitudes de onda, lo que se conoce como multiplexación por división de longitud de onda (WDM). Esta técnica permite que una sola fibra óptica transmita datos en múltiples canales simultáneamente, multiplicando su capacidad y optimizando el uso del recurso.

Además de sus ventajas técnicas, la fibra óptica es también una opción más respetuosa con el medio ambiente. Al ser más eficiente en términos energéticos y no requerir la utilización de materiales tóxicos, contribuye a reducir el impacto ambiental asociado con las telecomunicaciones.

La fibra óptica es el futuro de las telecomunicaciones. Es un medio muy eficiente, seguro y rápido para la transmisión de datos. A medida que la demanda de datos aumenta, la fibra óptica se convertirá en el medio de transmisión más importante en las telecomunicaciones.

En los próximos años, la fibra óptica se utilizará para el desarrollo de nuevas aplicaciones en las telecomunicaciones, como la televisión 4K, la realidad virtual y la realidad aumentada. La fibra óptica también se utilizará para el desarrollo de nuevas aplicaciones en el ámbito empresarial, como la inteligencia artificial, el machine learning y el big data.

La fibra óptica es una tecnología clave para el desarrollo de la sociedad del conocimiento. Es una tecnología que permitirá el acceso a información y servicios a una gran parte de la población mundial. Así que hay que estar preparados y asumir que esta es la tecnología de nuestro presente y también la de nuestro futuro.

El cambio climático amenaza la supervivencia de los anfibios, pero todavía hay tiempo para evitarlo protegiendo sus hábitats

El cambio climático es un hecho. Y no se puede discutir. Las temperaturas elevadas y las olas de calor se han ido viviendo a lo largo de los últimos años y eso es un síntoma de que algo está cambiando. Pues bien, un nuevo estudio señala que el cambio climático es una de las mayores amenazas para anfibios, ranas, sapos, salamandras y cecilias que están viendo cómo están en continuo declive.

Este estudio en el que participan más de cien investigadores, basado en la segunda evaluación mundial de anfibios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y que se ha publicado en la revista Nature, analiza los datos de las últimas dos décadas recabados en todo el mundo y mantiene la destrucción de hábitats y las enfermedades emergentes, dos efectos potenciados por el cambio climático, como las causas principales del declive de las poblaciones de estas especies.

El equipo de investigación, que ha contado con los datos de más de 1.000 expertos de todo el mundo, ha analizado el riesgo de extinción de más de 8.000 especies de anfibios (2.286 de ellas evaluadas por primera vez) y concluye que dos de cada cinco anfibios podrían desaparecer. 

El trabajo supone una actualización de la evaluación que la UICN hizo en 2004 y que estableció una base de referencia para el seguimiento de las tendencias y la medición del impacto de las acciones de conservación. Aquel informe ya reveló la acelerada extinción a la que estaban haciendo frente los anfibios. Hoy, según los nuevos datos recabados, casi el 41% de todas las especies de anfibios que han sido evaluadas son vulnerables, están en peligro o en peligro crítico de extinción. Esta cifra contrasta con el 26,5% de los mamíferos, el 21,4% de los reptiles y el 12,9% de las aves.

Entre 2004 y 2022, algunos factores críticos han acercado peligrosamente a la extinción a más de 300 anfibios. El cambio climático fue la principal amenaza para el 39% de estas especies y se espera que esta cifra aumente a medida que se disponga de mejores datos y proyecciones sobre las respuestas de un grupo de especies particularmente sensible a los cambios ambientales en su entorno. 

De hecho, la destrucción y degradación del hábitat exacerbada por los efectos del cambio climático, afecta al 93% del total de especies de anfibios amenazadas y demuestra que la ampliación de zonas protegidas y de corredores ambientales que conecten los hábitats seguirá siendo fundamental.

“A medida que el ser humano impulsa cambios en el clima y reduce la disponibilidad de hábitats donde pueden vivir, se reducen las posibilidades para sobrevivir de los anfibios, ya que no pueden escapar al incremento de la frecuencia e intensidad del calor extremo, los incendios forestales, las sequías y los huracanes inducidos por el cambio climático”, afirma Jennifer Luedtke Swandby, directora de la alianzas de especies de Re:wild, coordinadora en la UICN y una de las autoras principales del artículo en un comunicado. “Nuestro estudio demuestra que no podemos seguir subestimando estas amenazas. Proteger y restaurar las selvas y bosques es fundamental no sólo para salvaguardar la biodiversidad, sino también para hacer frente al cambio climático”, subraya.

Se ha documentado la extinción de cuatro especies de anfibios desde 2004: el sapo arlequín de Chiriquí de Costa Rica, Atelopus chiriquiensis; la rana diurna de hocico afilado de Australia, Taudactylus acutirostris; la rana, Craugastor myllomyllon y la falsa salamandra de arroyo de Jalpa, Pseudoeurycea exspectata, ambas de Guatemala. Otras 27 especies calificadas en peligro crítico se consideran ahora posiblemente extintas, lo que eleva el total a más de 160. La evaluación también constató que 120 especies mejoraron su situación en la Lista Roja desde 1980. Más de la mitad de este grupo, 63 especies, aumentaron sus poblaciones gracias a las medidas de conservación, protección y gestión de hábitats que se han desarrollado en este tiempo.

A la desaparición de hábitats se suma la enfermedad causada por el hongo quítrido, Batrachochytrium dendrobatidis, que ya ha borrado del planeta a numerosas especies de anfibios. “La mayor frecuencia de sequías severas y tormentas tropicales que provoca el cambio climático, aumenta significativamente la vulnerabilidad de los anfibios ante el hongo quítrido”, explica la investigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) Patricia A. Burrowes.

Una protección global

“La propia historia de la conservación de los anfibios demuestra lo vital que resulta esta información», afirma Adam Sweidan, presidente y cofundador de Synchronicity Earth. «Si la Lista Roja de la UICN se hubiera actualizado a una escala similar a la actual en la década de 1970, habríamos podido rastrear la arrolladora pandemia de enfermedad de los anfibios 20 años antes de que devastara sus poblaciones. No es demasiado tarde: disponemos de la de información, tenemos el Plan de Acción para la Conservación de los Anfibios, pero los planes y la información no alcanzan. Tenemos que actuar ya».

Este estudio es primordial para ayudar a elaborar un plan de acción de conservación, priorizar las acciones de conservación mundiales, buscar recursos adicionales e influir en las políticas que puedan ayudar a invertir la tendencia negativa para los anfibios.

 «Los anfibios están desapareciendo más rápido de lo que podemos estudiarlos, pero la lista de razones para protegerlos es larga e incluye su papel en la medicina, el control de plagas, su capacidad para alertarnos sobre las condiciones ambientales, así como mejorar la salud de los ecosistemas y hacer del planeta un lugar más hermoso», explica Kelsey Neam, coordinadora de prioridades y métricas de especies de Re:wild y una de las autoras principales del artículo. «Aunque nuestro artículo se centra en los efectos del cambio climático sobre los anfibios, el beneficio de actuar para protegerlos tiene una doble dirección ya que es también una solución a la crisis climática. Es hora de invertir en todo el mundo para evitar que los anfibios desparezcan, una inversión que es en realidad una apuesta de futuro, porque es la vía para mantener sanos los ecosistemas que almacenan carbono».

Aumenta la amenaza para las salamandras

El estudio concluye, además, que tres de cada cinco especies de salamandras están amenazadas de extinción lo que las convierte en el grupo de anfibios más amenazado. Norteamérica alberga las comunidades de salamandras más biodiversas del mundo, incluido un grupo de salamandras sin pulmones muy abundantes en los montes Apalaches del este de Estados Unidos. Existe una gran preocupación por la posible llegada del patógeno Batrachochytrium salamandrivorans (Bsal), otra especie de hongo quítrido que ya ha sido detectado en Asia y Europa, al país americano. «El Bsal aún no se ha encontrado en Estados Unidos, pero, dado que tanto el ser humano como otros animales pueden favorecer su dispersión, quizás es sólo cuestión de tiempo que llegue una segunda oleada de esta enfermedad letal para las salamandras” expone Dede Olson, ecóloga investigadora del Servicio Forestal del USDA y miembro de la UICN. «Es fundamental que sigamos aplicando medidas de conservación proactivas para prevenir la propagación del Bsal en Estados Unidos, incluyendo prácticas eficaces de bioseguridad para anfibios silvestres y cautivos, así como medidas rápidas de detección y respuesta», continúa.

Crean un material que podría revolucionar la tecnología y es sostenible

Un equipo de investigadores ha logrado un avance significativo en el campo del desarrollo de dispositivos más eficientes y respetuosos con el medio ambiente. Mediante la combinación de nanomateriales especiales, han conseguido crear un producto capaz de transformar la luz en electricidad y viceversa a una velocidad mucho mayor que los materiales convencionales. 

Los resultados de este trabajo, realizado por un grupo de investigadores del Instituto de Carboquímica (ICB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han sido publicados en la prestigiosa revista Chemistry of Materials.

Los científicos han conseguido un híbrido de dos nanomateriales: un polímero conductor llamado politiofeno, en forma de nanopartículas 1D; y un nanomaterial 2D derivado del grafeno, el óxido de grafeno. 

Wolfgang Maser, investigador del ICB a cargo del proyecto, ha indicado en un comunicado que “las propiedades únicas que prseentason muy prometedoras para mejorar la eficiencia de dispositivos optoelectrónicos como las pantallas de dispositivos electrónicos y paneles solares, entre otros”.

El interés en el politiofeno radica en sus propiedades ópticas, eléctricas y electrocrómicas altamente ventajosas. “Cuando se ilumina, crea electricidad y cuando recibe electricidad, produce luz, pero lo hace de forma muy lenta”, ha indicado Ana Benito, investigadora y líder del Grupo de Nanoestructuras de Carbono y Nanotecnología del ICB.

Este grupo llevaba tiempo estudiando el óxido de grafeno, un nanomaterial derivado del grafeno con propiedades únicas, dispersable en agua y fácil de producir. La combinación de ambos materiales se convirtió en una propuesta para abordar esta limitación.

El enfoque de los investigadores fue transformar el politiofeno en pequeñas esferas nanométricas, es decir, nanopartículas, que se unen fácilmente al óxido de grafeno. Además, la metodología empleada permitió trabajar en un medio acuoso, lo cual suele ser complicado con este tipo de polímeros. Aunque inicialmente no se observaron cambios en las propiedades eléctricas del material, un análisis más profundo reveló que la electricidad viajaba tan rápido que no podía ser detectada con los procedimientos habituales. La colaboración con investigadores de otras universidades confirmó la importancia de este hallazgo.

El descubrimiento tiene implicaciones significativas para diversas aplicaciones tecnológicas. Por ejemplo, podría conducir a la fabricación de pantallas flexibles, dispositivos electrónicos portátiles y papel electrónico de alta eficiencia. Según Eduardo Colom, principal autor del artículo e investigador del G-CNN, estos dispositivos serían más eficientes, ligeros, flexibles y sostenibles en comparación con los actuales, ya que se basarían en materiales amigables con el medio ambiente y con excelentes propiedades eléctricas. Además, este avance podría mejorar la eficiencia de las células solares orgánicas, permitiendo una mayor captación de energía solar de forma más eficiente y económica, lo que nos acercaría a un futuro con tecnología más sostenible y avanzada.

Otro aspecto destacado de este nuevo material es su sostenibilidad. El proceso de síntesis utilizado para crearlo emplea agua como disolvente en lugar de sustancias químicas tóxicas, lo que podría reducir significativamente el impacto ambiental de la fabricación de dispositivos electrónicos. Además, esta estrategia de síntesis podría aplicarse a otros polímeros conductores, lo que ampliaría su potencial en una variedad de aplicaciones tecnológicas. En resumen, este descubrimiento es relevante para el diseño sostenible de nuevas estructuras de dispositivos optoelectrónicos de alto rendimiento.

El hallazgo de este material que transforma la luz en electricidad de manera más rápida y eficiente representa un importante paso hacia un futuro tecnológico más prometedor y sostenible.

Captada la estrella supergigante roja más lejana jamás observada

El verano ha dado para mucho, incluyendo hitos en el ámbito de la ingeniería. No solo ha sido un momento de distensión para las vacaciones veraniegas, sino también ha sido un momento para descubrimientos científicos. Y sino que se lo digan al telescopio espacial James Webb de la NASA, que ha captado la imagen de una estrella supergigante roja, denominada Quyllur, observada a más de 1.000 millones de años-luz de la Tierra.

Se trata de la primera vez que se consigue avistar un astro de este tipo de forma tan precisa y en galaxias lejanas, lo que significa todo un avance para la ciencia. Y esto ha sido posible al telescopio James Webb, que cuenta con filtros infrarrojos y una gran sensibilidad, en comparación con la del Hubble, que había aportado anteriormente imágenes de supergigantes rojas más cercanas a la Tierra y con menor definición.

Este descubrimiento ha sido publicado en la prestigiosa revista Astronomy & Astrophysics y ha sido liderado por el investigador del Instituto de Física de Cantabria (IFCA-CSIC-UC) en el Grupo de Cosmología Avanzada e Instrumentación, José María Diego, que ha indicado en un comunicado que “Quyllur es la primera supergigante roja encontrada a distancias cosmológicas”.

Este experto ha añadido que “es casi imposible ver estrellas gigantes rojas con lentes si no es en el infrarrojo”, confiando en que haya más descubrimientos gracias a este telescopio.

Este hallazgo se une a las primeras observaciones que ha realizado un equipo de la Universidad de Arizona, en el que participa el investigador español, donde se han avistado, en el interior del cúmulo de galaxias conocido como El Gordo, objetos distantes y polvorientos hasta ahora desconocidos y que proporcionan nuevos datos científicos.

El conjunto de cuatro artículos que describen el hallazgo, lo firman, además de José María Diego, los investigadores de la Universidad de Arizona Brenda Frye, Patrick Kamieneski, Tim Carleton y Rogier Windhorst, y se han publicado en las revistas Astronomy & Astrophysics y Astrophysical Journal.

El Gordo es un cúmulo de cientos de galaxias que existía cuando el universo tenía 6.200 millones de años, lo que lo convierte en un «adolescente cósmico». Es el cúmulo más masivo conocido en esa época y la imagen obtenida muestra una variedad de galaxias inusuales y distorsionadas que sólo se insinuaban en imágenes anteriores del telescopio espacial Hubble.

El equipo se ha centrado en este cúmulo en concreto porque actúa como una lupa cósmica natural a través de un fenómeno conocido como lente gravitatoria. Su poderosa gravedad curva y distorsiona la luz de los objetos que se encuentran detrás de él.

«La lente de El Gordo aumenta el brillo y magnifica el tamaño de las galaxias lejanas. Este efecto de lente proporciona una ventana única al universo lejano», afirma Brenda Frye, investigadora de la Universidad de Arizona, autora principal de uno de los cuatro artículos que analizan las observaciones de El Gordo y codirectora del programa Pearls (Prime Extragalactic Areas for Reionization and Lensing Science).

Otro objeto importante que se ha observado en la imagen del Webb es una línea larga y delgada como un lápiz, conocida como La Flaca, una galaxia lejana ampliada, cuya luz también tardó casi 11.000 millones de años en llegar a la Tierra. La sorpresa fue que el investigador del IFCA encontró en una galaxia próxima a La Flaca esta nueva estrella roja gigante, a la que ha bautizado Quyllur, el término quechua que se utiliza para denominar una estrella.

Dentro de la imagen de El Gordo, otra de las características más llamativas que se han observado es un arco brillante apodado El Anzuelo por su forma. La luz que emite esta galaxia tardó 10.600 millones de años en llegar a la Tierra y su característico color rojo se debe a una combinación del color del polvo de la propia galaxia y el “corrimiento al rojo”, un fenómeno que ocurre cuando la radiación electromagnética que refleja un objeto aparece desplazada hacia el rojo al final del espectro electromagnético, debido a su gran distancia.

Al corregir las distorsiones que crean las lentes, el equipo pudo determinar que El Anzuelo tiene aproximadamente una cuarta parte del tamaño de la Vía Láctea. Además, han estudiado la historia de la formación estelar de la galaxia, descubriendo que la formación de estrellas fue desapareciendo con rapidez en el centro de la galaxia, un proceso conocido como apagamiento.

«Hemos podido diseccionar cuidadosamente la capa de polvo que envuelve el centro de la galaxia, donde se forman las estrellas», ha explicado Patrick Kamieneski, autor principal del segundo artículo. «Ahora, con Webb, podemos observar con facilidad a través de esta gruesa cortina de polvo, y ver de primera mano el ensamblaje de las galaxias de dentro hacia fuera”, expone.

El equipo investigador ha identificado, además, cinco galaxias que parecen ser un cúmulo de galaxias muy joven que se formó hace unos 12.100 millones de años y unas galaxias muy tenues, que parecen manchas, conocidas como galaxias ultradifusas. Estos objetos, que se encuentran dispersos por el cúmulo de El Gordo, tienen sus estrellas muy repartidas por el espacio y su luz viajó 7.200 millones de años para llegar hasta nosotros.

«Albert Einstein predijo las lentes gravitacionales hace más de 100 años. En el cúmulo de El Gordo vemos el poder de las lentes gravitacionales en acción», ha dicho Rogier Windhorst, investigador principal del programa Pearls. «Las imágenes Pearls de El Gordo son de una belleza fuera de este mundo. Además, nos han mostrado cómo Webb puede abrir el cofre del tesoro de Einstein”, concluye.

El telescopio Euclid, ya en marcha para explorar el universo oscuro

Tras más de once años de trabajo, la misión Euclid de la Agencia Espacial Europea ha alzado el vuelo. Y es que el telescopio espacial europeo que se encargará de explorar el universo oscuro ha sido lanzado al espacio en un cohete Falcon 9, de SpaceX, la empresa de Elon Musk, en una misión que ha tenido como centro la estación de Cabo Cañaveral en Florida, Estados Unidos. 

Esta misión tiene como objetivo conocer la naturaleza de la materia y energía oscuras que, según los últimos estudios, componen alrededor del 95 por ciento del contenido de materia y energía que hay en el universo. Esta materia afecta al movimiento y la distribución de las fuentes visibles, como las galaxias, pero no emiten o absorben la luz. Por eso, la ciencia no ha podido todavía determinar qué son.

De ahí que sea tan importante comprender su naturaleza, siendo por tanto uno de los desafíos más importantes de la cosmología en la actualidad. 

Francisco Castander, investigador del ICE-CSIC, del IEEC y miembro del consorcio Euclid, ha indicado en un comunicado que “Euclid observará miles de millones de galaxias hasta distancias de 10.000 millones de años luz, creando un mapa 3D muy preciso de un tercio del cielo”.

El investigador ha añadido además que “midiendo de una manera precisa la posición y las formas de las galaxias en luz visible e infiriendo sus distancias, Euclid nos ayudará a explorar cómo se ha expandido el universo y cómo se ha formado su estructura a lo largo de la historia cósmica, lo que puede revelar más sobre el papel de la gravedad y la naturaleza de la energía oscura y la materia oscura”.

Euclid tendrá que viajar por el espacio en torno a un mes, cuando alcanzará su destino para orbitar en el segundo punto de Lagrange del sistema Sol-Tierra, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra en la dirección opuesta al Sol.

Allí, las placas solares de Euclid tendrán la doble misión de captar la energía solar para abastecerle de energía y, al mismo tiempo, bloquear la luz del Sol en todo momento para así poder apuntar su telescopio hacia el espacio profundo, asegurando un alto nivel de estabilidad para sus instrumentos.

Este dispositivo estará unos dos meses haciendo diferentes pruebas para comprobar que todos sus componentes e instrumentos funcionan correctamente y cuando llegue al tercer mes desde su lanzamiento, Euclid empezará a cartografiar el universo oscuro durante los seis años que se espera que dure la misión.

Euclid cuenta con un telescopio de 1,2 metros de diámetro y dos instrumentos a bordo: VIS (VISible instrument) y NISP (Near Infrared Spectrometer and Photometer), que se trata de un espectrómetro y fotómetro de infrarrojo cercano que ha sido desarrollado gracias a una amplia participación española.

El equipo español ha sido el encargado del diseño, construcción, ensamblaje y tests de validación de la rueda de filtros del instrumento NISP. Es un dispositivo móvil y delicado de instrumentación espacial que ha requerido el desarrollo de sofisticados sistemas de verificación y control de calidad de alta tecnología.

Castander ha señalado que “el lanzamiento de Euclid es solo el principio. Han sido más de once años de mucho trabajo de más de 300 instituciones de 13 países europeos, Estados Unidos, Canadá y Japón para llegar hasta aquí”.

Ha indicado además que “las respuestas que obtendremos beneficiarán a la comunidad científica durante décadas. Euclid revolucionará nuestra comprensión del cosmos”.

(Imágenes: Cortesía de ESA)