La Unión Europea se ha propuesto para 2020 reducir un 20% el consumo anual de energía primaria, para lo cual ha planteado varias medidas destinadas a aumentar la eficiencia energética. Estas medidas abarcan el transporte público y los inmuebles, ámbitos en los que es posible ahorrar en mayor medida.
Además, comprender las necesidades de los usuarios finales y otorgarles un mayor control podría resultar clave de cara a alcanzar dicho propósito. Por esta razón la UE impulsa innovaciones que permitan abastecer de electricidad las zonas que la precisen y lograr que los consumidores la gestionen de la mejor manera posible. El proyecto financiado con fondos de la UE IURBAN, puesto en marcha en octubre de 2013, da una muestra de los apasionantes adelantos que deparará el futuro.
Desde el proyecto se han propuesto desarrollar una herramienta inteligente que aporte a los consumidores un mayor control de la energía que utilizan y a los proveedores una mayor flexibilidad en el abastecimiento. La herramienta cuenta con una plataforma de software en la que es posible integrar distintos sistemas informáticos de gestión energética. Los datos se introducirán en un sistema de apoyo a la toma de decisiones con el que aumentar la eficacia de la gestión y la distribución de energía.
Aún más importante, la plataforma de gestión y control de la energía se adaptará a las distintas necesidades derivadas del tamaño de las ciudades o los barrios que la precisen. Contará con una serie de elementos, entre los que se incluye un sistema de apoyo a las decisiones a nivel local (LDSS) para involucrar a los consumidores suministrándoles datos sobre su consumo energético casi en tiempo real, y que pueden enviarse a teléfonos, tabletas y ordenadores para consultarlos fácilmente. Además un sistema de apoyo a las decisiones centralizado (CDSS) reunirá los datos de todos los LDSS para facilitar las decisiones a nivel urbano por parte de la administración y los proveedores de servicios energéticos.
En el desarrollo de la herramienta participan consumidores de energía y organismos administrativos urbanos de Plovdiv (Bulgaria) y Rijeka (Croacia), y supone un gran paso hacia las Ciudades Inteligentes.
Una ciudad suele denominarse «inteligente» cuando las inversiones en infraestructuras de transporte y comunicaciones modernas generan un desarrollo económico sostenible y una calidad de vida elevada, todo ello acompañado de una gestión sabia de los recursos naturales. En esencia se trata de alcanzar un grado adecuado de eficiencia mediante la gestión y la integración inteligentes de varios servicios haciendo partícipe a la ciudadanía.
Las ciudades europeas inteligentes del futuro funcionarán con energía respetuosa con el medio ambiente y generada por medios no centralizados. Muchas escuelas y hospitales ya producen su propia energía con fuentes renovables, lo que les permite reducir su factura eléctrica de manera considerable. Desde el punto de vista de las empresas dedicadas a la energía, esta tendencia genera nuevas oportunidades de negocio.
Este proyecto de tres años de duración contará con 3,8 millones de euros aportados por la Comisión Europea y finalizará en septiembre de 2016.
http://cordis.europa.eu/projects/rcn/110156_en.html