Científicos financiados con fondos comunitarios están a punto de lograr producir varias partes de un riñón bioartificial a partir de un polímero innovador que podría reducir el riesgo de rechazo de los trasplantes por parte del cuerpo humano.
Diversos biomateriales pueden introducirse en el cuerpo humano para sustituir o complementar una función biológica, lo que permite alargar la vida de los pacientes. Sin embargo, su uso sigue siendo limitado porque todavía no se ha conseguido que se integren plenamente con las células y los tejidos vivos y este hecho puede desencadenar un rechazo.
El proyecto SUPOCOSYS, From supramolecular polymers to compartmentalized systems, trata de poner fin a este problema. Para ello se está investigando un material novedoso que se puede utilizar para diseñar, sintetizar y autoensamblar biomateriales capaces de adaptar sus propiedades a las células humanas de un modo dinámico. Estos materiales adaptables se utilizarán para fabricar partes de un riñón bioartificial y así demostrar sus propiedades.
Estos materiales podrían tener más aplicaciones médicas, como la mejora del tratamiento de diálisis, la reducción de los rechazos en los trasplantes o su aplicación como suturas innovadoras.
El objetivo es la formación de polímeros supramoleculares, es decir, sistemas formados por macromoléculas que se unen mediante enlaces específicos que controlan su ensamblaje y comportamiento.
Los polímeros supramoleculares son estructuras desordenadas o en ovillo (random coils) con las propiedades mecánicas de plásticos y elastómeros. Tienen la capacidad de transformarse, reciclarse y autorrepararse y se crean por autoensamblaje.
Otra característica que las hace únicas es que se pueden transformar a temperaturas bajas y después manipularse con facilidad. Meijer está aprovechando estas propiedades para perfeccionar los materiales y dotar a los sistemas macromoleculares de funciones aún más complejas.
Durante los cinco años del proyecto, los investigadores diseñarán, sintetizarán y autoensamblarán materiales de polímeros supramoleculares que adaptan sus propiedades en función de estímulos externos.
El equipo del Dr. Meijer, en colaboración con la Dra. Patricia Dankers, fabricará partes de un prototipo de riñón artificial que podría contribuir a la mejora de las técnicas de diálisis o a la creación de un dispositivo de diálisis portátil. Este trabajo también tiene el potencial de mejorar el índice de éxito de los trasplantes, ya que el riesgo de rechazo se vería reducido.
Con esta nueva clase de materiales, Meijer logró demostrar que los polímeros cuentan con propiedades excelentes y únicas pese a estar unidos por interacciones más débiles que las cadenas largas.
Para ampliar la noticia:
http://cordis.europa.eu/projects/rcn/93962_es.html