Archivos de Autor: Luis Miguel Belda

Dime lo que comes y te diré quién eres

El refrán encaja a la perfección si atendemos a la alimentación como fuente de la historia, que lo es, cuando menos, como complemento esencial para entender lo que somos y respuesta, muchas veces, para explicar lo que hemos creado como sociedad.

«Desde el momento del nacimiento, el ser humano siente necesidad de comer. Antes, en el proceso de gestación, el feto ya ha ido tomando nutrientes. Comer es un deleite para las personas, no solo una necesidad fisiológica. La nutrición es una función básica desde la Prehistoria, desde la aparición de la humanidad sobre la Tierra”, afirma Laura Lara, profesora del Grado en Historia de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, quien, no obstante, advierte que la apariencia de los individuos ha cambiado considerablemente desde el Pleistoceno.

“El hábitat ha cambiado y, como rey de la Creación o parte del ecosistema, si tenemos en cuenta paradigmas creacionistas o evolucionistas, el hombre y la mujer son permeables a los cambios ambientales y su alimentación queda condicionada por ellos”, agrega.

En este contexto, abunda la investigadora de la UDIMA, la búsqueda y la preparación de los alimentos “ha marcado la distribución de roles; la religión ha condicionado los usos gastronómicos; los aromas culinarios han servido de pista para los espías y familiares del Santo Oficio; cuando se investiga la etnografía de los pueblos, en la mayor parte de los casos aparece la cocina; y en multitud de refranes los platos están presentes, muestra del peso de la cuchara y del tenedor, o de las manos, porque hubo un tiempo pretérito en que no había cubiertos».  

De todo ello habló Laura Lara en el VII Congreso Internacional de Historia Comarcal ‘Antropología histórica de la Humanidad. De la depredación a los transgénicos’, organizado por la Universidad Católica de Valencia, bajo la dirección del Profesor Francisco Abelardo Cardells, y que han permitido explorar en clave histórica la utilización de los recursos de la naturaleza, así como el valor simbólico de los alimentos en las religiones, como el judaísmo, el cristianismo y el islam.

Laura Lara, profesora de Historia Contemporánea y de Historia de la Educación, pronunció la conferencia inaugural del Congreso, donde habló sobre ‘La alimentación en la Historia de la humanidad’ y, mediante un examen pormenorizado de fuentes sobre gastronomía, fue detallando los ingredientes empleados en distintas civilizaciones, con tratados como ‘De re coquinaria’ del romano Apicio, o legajos del Archivo de Indias acerca de las carencias nutritivas de los  tripulantes en las travesías a América, o documentación del Archivo General de la Administración sobre la evolución de la comida en el siglo XX.

Asimismo, focalizando en la Historia de España, rastreó el hambre y la opulencia en la Historia reciente, desde la Guerra Civil a nuestros días, a través del análisis del teatro, del cine y de la música.

Pero no fue la única profesora de la UDIMA en intervenir en este evento. María Lara, profesora de Historia Moderna y Antropología, impartió la conferencia ‘La dieta de Don Quijote. A través del estudio de las Novelas Ejemplares y de El Quijote’, en la que señaló los usos gastronómicos en el siglo XVII, detallando las recetas que se preparaban en época de Cervantes, las pautas alimenticias en la sociedad estamental y las expectativas que se tenían sobre la mesa en la sociedad preindustrial.

En paralelo, y basándose en el examen pormenorizado de las fuentes literarias, los documentos de archivo (especialmente inquisitoriales) y en el trabajo etnográfico, María Lara analizó cómo podría ser la casa ideal de Don Quijote.

De leyendas negras, fake news y trágalas

“La leyenda negra contra España alcanzó hasta 1898, año que seguimos hoy sin digerir”, afirma Javier Santamarta del Pozo, quien la rebautiza con la fake news de su tiempo, y que, para Laura Johana Pinzón Bravo, “más que en una leyenda se ha convertido en una ideología política” en Latinoamérica.

En estos términos se expresaron en declaraciones concedidas a UDIMA Media para el Blog de Historia de la UDIMA, tras intervenir como ponentes en la Mesa ‘Visión histórica de la historia de España. Haciendo frente a la leyenda negra’, que se celebró en el marco del VII Simposium Grupo GEES Spain, en la Escuela de Guerra del Ejército el pasado 12 de mayo, y al que asistió, en representación del Grupo Educativo CEF.- UDIMA la doctora en Derecho María de los Ángeles Díez Moreno.

Javier Santamarta del Pozo, escritor y divulgador histórico, define la leyenda negra que viene manchando la imagen de España en el exterior desde hace varios siglos como pura “propaganda, lo que hoy se conoce como las fake news, para intentar luchar contra tu enemigo, que entonces era la monarquía hispánica, lo que se convierte en el imperio español”.

Así, “creas un malvado porque así justificas cualquier acción contra él”, explica Santamarta, para quien, en realidad, la leyenda negra, a diferencia de como muchos creen que fue con el Imperio inglés, “realmente empieza con Lutero, los reformadores, las provincias holandesas, con Guillermo de Orange”.

“Es verdad que Inglaterra lo intenta también”, apunta el historiador, pero aclara que “no son los mayores propagadores”. Lo peor, entre otro todo lo malo, es que esa funesta imagen de España llega hasta Voltaire, “cuando la época de la Enciclopedia, donde aparece una España atrasada, inculta, precisamente cuando tiene lugar la expedición científica y cultural Malaspina alrededor del mundo o la expedición Balmis a punto de ocurrir”.

Sin embargo, se lamenta el historiador español, “para la Enciclopedia francesa eso no tiene ninguna importancia”. Tanto peor fue la leyenda negra “nos lo hemos tragado hasta 1898, un 98 que seguimos sin digerir” a día de hoy.

En esta conversación simultánea a dos bandas, Laura Johana Pinzón Bravo, periodista del Ejército Nacional de Colombia, denuncia que “más que en una leyenda, esto se ha convertido en una ideología política que ha sido impuesta por diferentes colectivos que se clasifican como minorías, cuando en realidad son mayorías que buscan imponer estas fake news ante toda la sociedad y que se alinean con los dueños de los medios de comunicación que transmiten esta falsa información”.

En Colombia, explica, se vivió, como en otros países del área, incluido EEUU, el fenómeno de derribo o retirada de estatuas de Colón, entendido como opresor. A su juicio, eso supone “una ola progresista que se ha venido imponiendo en los diferentes gobiernos, lo que vemos con preocupación, porque esto no solo derriba la identidad española, sino que construye nuevas identidades en torno a países como Colombia que, sin duda, están luchando día a día por revivir la historia real que tenemos”.

Tercia Santamarta para apuntar que el problema es que ha surgido “a raíz de movimientos populistas de gobiernos incompetentes, porque el hispanismo”, advierte, “surge realmente en Iberoamérica”. Como “el tema del día de la raza como se dijo en algún momento, que nace de Manuel Azaña, presidente de la República, luego no es ningún invento franquista, surge precisamente en América”.

“Lo que pasa”, agrega, “es que últimamente, esos movimientos indigenistas absurdos los han buscado movimientos populistas para intentar justificarse, pero cualquier que cruza el charco y a cualquier parte que vaya, un español se siente en casa, porque es parte de nuestra historia en común”.

Concluye Pinzón Bravo, sobre los indigenismos que están detrás de esa inquina contra España y su legado, “en el caso puntual de Colombia utilizan esos discursos falsos para crear a través de ello beneficios propios. En Colombia, puntualmente, el conflicto armado interno ha traído en estos indigenismos beneficios a partir del narcotráfico que se viene generando”.  

Suecia, el país que, a diferencia de España, supo aprovechar su neutralidad en las dos grandes guerras

El siglo XX marcó a varias generaciones con las que, hasta la fecha, si al nuevo paria mundial Vladimir Putin no se le tuerce aún más el sentido, han sido las dos grandes guerras mundiales más devastadoras de la historia de la Humanidad. En ese marco, Suecia y España se mostraron neutrales, pero solo uno de estos dos países supo aprovechar en tiempo y forma tal circunstancia.

Porque, como señalan en su libro ‘Princesas en jeans’ las historiadoras de la UDIMA Laura Lara y María Lara, “un tópico que conviene desentrañar es el de la opulencia de Suecia” y, “aunque parezca extraño, no siempre fue un país rico”.

Y tanto que no. Si algo compartieron España y Suecia en el siglo XIX fue, en el primer caso, su imparable declive, la de un imperio que lo fue todo pero que, probablemente, también lo malgastó todo, y en el segundo, el empobrecimiento sueco. Porque sí, Suecia en ese tiempo “se convirtió en uno de los más pobres de Europa pues, durante la revolución industrial, la agricultura de villa fue reemplazada por la explotación en granjas privadas”.

Y es que “la mecanización siempre tiene sus consecuencias: aliena al hombre y crea una bolsa de desempleo, aun cuando facilite el día a día”, apuntan las profesoras del Grado en Historia de la UDIMA, quienes subrayan que nada menos de un millón de suecos tuvieron que emigrar a Estados Unidos entre 1850 y 1890.

Precisamente, ambas doctoras han desarrollado durante la segunda quincena de abril estancias como profesoras Erasmus Plus en Suecia, de modo que han tenido oportunidad para profundizar y evaluar este y otros aspectos del país con el que compartimos algo más que el mismo suelo en el continente europeo.

En la universidad de Gotemburgo, las profesoras de la UDIMA han impartido clase de Historia y de español en el Departamento de Lenguas y Literaturas de la Facultad de Humanidades. Asimismo, Laura Lara ha realizado investigación en Gotemburgo sobre Historia de la literatura infantil hispano-sueca en el siglo XX, estudiando a escritoras suecas como Astrid Lindgren (autora de Pippi Langstrump, Emil y Los Hermanos Corazón de León). Por su parte, María Lara ha investigado en torno a las relaciones diplomáticas entre ambas monarquías en la época de Cristina de Suecia y de Felipe IV de España. Ambas formaron equipo en Göteborg con los profesores Linda Flores Ohlson, Óscar García y Eduardo Jiménez Tornatorre.

No obstante, fue en el ecuador del siglo XX cuando el país nórdico despega, frente a una España que, en esencia por su Guerra Civil y la posterior Dictadura, se estanca. El auge social y económico de Suecia en el siglo XX se explica, en buena medida, por su neutralidad ante las dos guerras mundiales. En la primera, el país se benefició de la demanda de acero y fósforo, aunque también le tocó sufrir la falta de alimentos y la agitación popular por el bloqueo económico británico, indican las investigadoras españolas.

¿Por qué, si España también fue neutral, no siguió un recorrido de crecimiento como Suecia? En el período de entreguerras, mientras el Viejo Continente se recuperaba de la sangría, Suecia pudo sentar las bases del bienestar social. Lo mismo ocurrió con su no beligerancia entre 1939-1945. Los socialdemócratas fomentaron modelos de negociación industrial y pleno empleo y, en los años 60 y 70, “los turistas (“las suecas”) poblaron las playas de España, quedando persistente muestra de sus estancias en el cine español de la década del desarrollismo”.

En realidad, la historia, como se sabe, no es tanto la suma de hechos comprobados como de matices que solo los historiadores saben desentrañar, entre otras cosas, porque de eso va su oficio. Volviendo a la pregunta de por qué Suecia y España, países que se mantuvieron neutrales en ambos conflictos armados, siguieron caminos diferentes, convirtiéndose el primero en adalid del desarrollo económico mundial y el segundo en algo similar, pero a duras penas y 50 años más tarde, es algo que da para otra ‘historia’.

Félix Sanz Roldán: “Reivindico nuestra historia y trataría de convencer a los demás de su grandeza”

El general Félix Sanz Roldán, ex jefe del Estado Mayor de la Defensa y es director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) presume de la historia de España y vela por que una mayoría de conciudadanos se sientan igualmente orgulloso de ella. Para empezar, que la conozcan, porque no siempre se ha sabido trasladar, en sus respectivos contextos, el devenir histórico de la nación española.  

En una entrevista a ‘Territorio Líder’, espacio que dirige y presenta el periodista Graciano Palomo en UDIMA Media, el canal audiovisual de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, el laureado militar español afirma que “en este momento, España tiene que seguir explicando, y si cabe con más fuerza, lo que es”, empezando por su constante “ilusión y espíritu de trabajo”.

Y, para empezar, sentencia el general Sanz Roldán, “tenemos que ser capaces de admitir nuestra historia”. En este sentido, afirma sumarse a las tesis que abogan por poner en valor la historia española: “¿Cómo es que nos vamos a avergonzar de nuestra historia si hemos creado el imperio más grande del mundo, dando a más de la mitad del mundo la lengua que habla y la cultura?”, se pregunta.

Recuerda el militar español que, como país, “seguimos generado empatía con todos los pueblos de la Tierra”, razón por la que  “reivindico nuestra historia y trataría de convencer a los demás de la grandeza que hay en nosotros y de la que nos puede esperar en el futuro”.

La entrevista íntegra se puede visionar en este enlace

La industria de Defensa y Seguridad genera más de 95.000 empleos de alta cualificación en España

Uno de los aspectos que me pareció más interesante del Máster en Seguridad, Defensa y Geoestrategia que cursé hace unos pocos años en esta universidad, la UDIMA, fue la relacionada con la industria de defensa, como referente económico, su aportación al desarrollo de la economía del país y sus consecuencias en la creación de empleo, tanto directo como indirecto. Uno piensa que en un máster de este tipo aprenderá solo historia militar, técnicas de combate, diplomacia internacional o, por activa y por pasiva, ‘El arte de la guerra’ del estratega Sun Tzu, todo un clásico. Pero no, también la vertiente económica tiene su hueco.

Viene a cuento porque estos días se conoció el informe elaborado por KPMG para TEDAE (Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio) sobre el impacto económico y social de la industria de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio en la economía española en 2020, que confirmó que la industria de Defensa y Seguridad genera más de 95.000 empleos en España. Una cifra importante que sitúa a este sector como uno de los más importantes del país por volumen y por calidad del empleo.

Ha sido la Fundación FEINDEF la que ha compartido los datos de dicho informe, que, explica en un comunicado, pone en valor la resiliencia y capacidad de un sector que, a pesar de la crisis derivada de la pandemia de la COVID, ha sido capaz de mantener estable el empleo durante 2020, tanto directo como indirecto e inducido, y de dar respuesta a las distintas necesidades sociales y sanitarias a las que se ha enfrentado la sociedad española.

La industria de Defensa y Seguridad tiene un impacto en la generación de un empleo directo de 24.766 trabajadores. Estos profesionales se caracterizan por ser perfiles muy cualificados que exigen realizar un gran esfuerzo a la hora de mantener el talento y que hace que su salario se sitúe en torno a los 40.000 euros, más de un 80% superior al de la media nacional.

A este empleo directo hay que sumar el indirecto que esta industria genera a su alrededor para satisfacer las necesidades de la cadena de suministro, y el inducido como respuesta al gasto generado por los empleos directos e indirectos, lo que deja una cifra total de 95.696 empleos en el sector de la industria de Defensa y Seguridad.

Estas cifras son un claro ejemplo del importante papel de la industria de Defensa y Seguridad a la hora de impulsar la economía española y de favorecer una cohesión territorial que permita a un gran número de regiones despobladas su revitalización, afirma la fundación, lo que refrendo.

Y por si alguien quiere conocer más sobre este ámbito, que sepa que la Fundación FEINDEF es una fundación privada y sin ánimo de lucro con la misión de fomentar en la sociedad europea en general, y española en particular, la sensibilización por los temas relacionados con la Seguridad y la Defensa, dando a conocer la importancia de la industria y tecnología de defensa y su compromiso con la investigación e innovación científica y técnica, como motor de desarrollo económico, tecnológico y de integración social.