Se acercan las navidades y con ellas la ocasión de hacer más lecturas. Nos gustaría proponeros un par de publicaciones.

Primero queremos reseñar brevemente un libro que la editorial Siglo XXI tradujo por primer vez al castellano el año pasado (2009), Repensar la Historia, de Keith Jenkins. Llega tarde a   España, como ocurre a menudo, lo que es casi ya un clásico de la producción historiográfica británica publicado por Routledge en 1991. Lo comentamos en esta página porque nos parece un libro ameno, provocativo, lleno de sugerencias para el estudiante de historia. Keith Jenkins, profesor de historia en la Universidad de Chichester, escribe un libro cortito, de unas 100 páginas, para “obligar a pensar”, para que estudiantes y personas de la calle reflexionen sobre los límites y las paradojas del conocimiento histórico, sobre la profesión del historiador, su uso y abuso y sobre su posible revitalización.

El libro está dividido en tres partes. En la primera Jenkins da una definición de lo que es historia para él. Para ello hace una primera distinción, crucial, entre pasado (todo lo que ocurrió) e historia (las narraciones que los historiadores profesionales hacen con lo que encuentran del pasado) y concluye que el pasado “siempre” nos llega en relatos y que los historiadores construyen unos relatos específicos, relatos determinados por las convenciones y consensos académicos y por sus propias visiones. En la segunda parte, el autor se hace algunas preguntas de corte Foucaultiano en torno a la naturaleza de la “verdad” tan obsesivamente buscada por los historiadores y revela que la obsesión por el “conocimiento objetivo e imparcial” del pasado ha sido precisamente el régimen de verdad promovido por el discurso dominante del poder. En la tercera parte, Jenkins aventura posibles futuros para esta decimonónica disciplina en el mundo postmoderno actual, pues al cuestionarse por fin viejos paradigmas de la modernidad, se permite a la ciudadanía reconstruir el pasado con una libertad desconocida y dar a la historia una fuerza radical para movimientos sociales presentes. Os animamos a hacer esta lectura que pone en jaque las opiniones más asentadas de la disciplina, que cuestiona el empirismo imperante entre los historiadores y que desvela al lector su capacidad y legitimidad para cuestionar los relatos del pasado, es decir las explicaciones de su presente, que le da la academia y a construir su propia narración.

Una breve mención para otro libro que nos parece interesante, ahora desde la perspectiva literaria, una forma de narración pariente de la historia: la última novela del antropólogo catalán, Gustau Nerín, Un guardia civil en la selva (Ariel, 2010). En ella, se presenta, con la crueldad que se merece, el colonialismo de España en Guinea Ecuatorial, causa en gran parte del presente actual de ese país. Un pasado reciente del que somos directos responsables y que desconocemos de manera vergonzosa. Nerín repasa la historia de corrupción, racismo, esclavismo, tortura y genocidio que desde 1920 hasta el franquismo, impuso la “chapuza nacional” de manos de un guardia civil     republicano, Julián Ayala, encargado de explotar la colonia y de su sucesor el gobernador franquista Víctor Suances. La hipocresía colonizadora, la miseria moral, la codicia más baja, el sufrimiento gratuito de niñas y niños, mujeres y hombres en su más pura esencia. Fosas y fosas de guineanos olvidados.