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metaverso educación

¿Metaverso en el aula?

Cada vez que una persona abre el móvil o enciende la televisión aparece la palabra Metaverso. Ese universo paralelo en el que a través de diferentes situaciones permite al usuario tener interacciones virtuales de cualquier tipo en un entorno que parece real. Disponemos en la actualidad de una gran variedad de espacios (principalmente de ocio) en los que la realidad virtual es el elemento central. Por lo tanto no es de extrañar que este recurso pueda tener una gran difusión en otros campo o áreas.

Es más, desde hace varios meses se pueden encontrar incluso programas formativos que acercan a los usuarios al uso de esta herramienta en múltiples facetas de la vida, entre ellas, la educativa. Pero ¿qué ocurre en áreas ajenas al ocio como puede ser la educación?

¿Puede suponer un cambio radical en las aulas la introducción de esta tecnología? ¿Están preparados alumnos y profesores para las transformaciones que pueden suponer? ¿De verdad llegará a introducirse en las aulas e incluso en los planes de estudio? ¿Dónde quedará la labor del profesor?

Desde el punto de vista del docente, las posibilidades son infinitas ¿Podremos compartir y escuchar con nuestros alumnos los discursos de Cicerón en el Senado romano? ¿Se verá la Acrópolis de Atenas tal y como era y no con sus restos repartidos por diferentes museos del mundo? Y lo que es más importante, ¿querrán los alumnos ir al aula pudiendo aprender a través del móvil?

Metaverso pedagógico

El sistema educativo se encuentra ante un recurso que puede cambiar el proceso de enseñanza aprendizaje de manera radical aunque todavía son muchas las preguntas. ¿Cuál será su papel? ¿Qué formación deberá recibir el profesorado? Son muchas las preguntas que todavía deben afrontar las instituciones y agentes educativos para poder darle un espacio a esta herramienta en el área educativa.

Si de verdad la comunidad educativa y las instituciones pueden trabajar de manera conjunta, la implantación de este recurso en las aulas seguirá los trámites pedagógicos necesarios para que sea de calidad. E incluirá la formación del personal docente y la adaptación a las diferentes etapas educativas así como a un curso concreto.

Los recursos, en este caso el Metaverso como instrumento educativo, deben adaptarse a las necesidades de ese profesor que está en el aula, que conoce a sus alumnos y por tanto sus intereses. Y que tiene los conocimientos necesarios para saber cómo debe trabajar una unidad didáctica concreta con ellos, qué problemas o dificultades pueden surgir y cómo afrontarlos.

Lo importante es no olvidar que es un recurso más del docente para acercar el conocimiento al alumno. Y que como tal será el profesor el que decida, conociendo a sus estudiantes, qué herramienta utilizar para transmitirlo.

Como docentes son muchas los interrogantes e inquietudes que nos pueden suscitar las nuevas tecnologías (nuevas de verdad) a la hora de enfrentarnos a un aula (ya sea virtual o presencial). Pero también debemos ser conscientes del atractivo y de la capacidad de motivación que puede tener en nuestro alumnado.

Reflexiones del proyecto ‘MiniChess’

Texto de autoría colectiva, elaborado por Luisana Sánchez, Florencia Picasso, Lidia Payó, Javier Martínez, Leticia Morales y Valeria Berhau sobre el trabajo: Sistematización de buenas prácticas y reflexiones del proyecto MiniChess en España, Uruguay y Paraguay en contexto de Pandemia. Innovación, tecnología educativa hacia la reflexividad y mejora continua. (El equipo autor forma parte del proyecto MiniChess junto a Florencia Picasso, profesora de la UDIMA).

Desde el punto de vista de la innovación tecnológica educativa, MiniChess resulta un caso interesante a desarrollar. Se trata de un proyecto educativo creativo e innovador, que procura facilitar la enseñanza de ajedrez a niños y niñas desde los 3 años en adelante. Surge y se desarrolla en España y se expande por diversos países desde una estrategia pedagógica innovadora que llega a las escuelas a través de internet.

La tecnología representa un papel fundamental para el desarrollo de las sesiones didácticas. En este marco se presentan y sistematizan buenas prácticas del proyecto “MiniChess” durante la pandemia en España, Uruguay y Paraguay, países que se encuentran en distintas fases de implementación del mismo.

El propósito es describir y analizar de forma crítica cómo se ha desarrollado la experiencia pedagógica para reflexionar acerca de su estructura, niveles de respuesta y adhesión. En este sentido, se procura identificar oportunidades de mejora para futuras implementaciones de MiniChess en los distintos países de Iberoamérica en donde se está actualmente implementando. La metodología es fundamentalmente cualitativa, y se triangula con una técnica cuantitativa y de análisis de información secundaria.

¿’Alfabetización’ con MiniChess ?

Para los casos de España y Uruguay se ha aplicado la técnica de la etnografía virtual desde la observación de diferentes sesiones de clases virtuales grabadas en las escuelas. Las dimensiones que se han observado han sido: la estructura de la clase, el comportamiento de estudiantes y la estrategia pedagógica.

En el caso de Paraguay, MiniChess está en etapa de lanzamiento e introducción y se ha elaborado una encuesta (presencial y online) para recabar aspectos generales de la población, incluyendo preguntas relacionadas con la percepción del ajedrez. Respecto al análisis de información secundaria se abordaron argumentos técnicos y evidencias teórico-empíricas, que confirman las bondades del ajedrez para el sistema cognitivo.

Se procura facilitar la generalización del aprendizaje y la práctica del ajedrez en los centros educativos de la geografía española e iberoamericana, contexto que atañe a los efectos de este trabajo.

El aprendizaje del ajedrez convencional puede ser algo complicado a edades tempranas para algunos niños y niñas por diferentes motivos (maduración, falta de hábitos consolidados, impulsividad). Por ello se ha ideado una forma de simplificarlo y secuenciarlo para que sea accesible a todos y todas, puesto que el objetivo principal es que llegue a toda la población escolar antes de iniciar la etapa de Educación Primaria.

Por tanto, se trata de ‘alfabetizar’ (ajedrecísticamente hablando) a toda la población escolar para que en el primer curso de la Educación Primaria puedan aprender a jugar al ajedrez convencional con gran facilidad y que los beneficios de su aprendizaje les ayuden en la adquisición y desarrollo de los procesos educativos.

Objetivos de MiniChess:

– Promover el ajedrez infantil para alcanzar la alfabetización ajedrecística de toda la población.

– Bajar la edad de iniciación para aprovechar los beneficios educativos en el desarrollo de los procesos de aprendizaje en las matemáticas, lectoescritura y competencias básicas.

– Prevenir y reducir la incidencia de trastornos de la atención (TDA/H) y de la dislexia.

– Equilibrar la práctica del Ajedrez entre géneros, intentando reducir la enorme diferencia de practicantes entre chicas y chicos (9%-91%).

Tensiones de pandemia

La pandemia del coronavirus ha impactado desde el hito del confinamiento a nivel internacional desde el mes de marzo de 2019. Aún convivimos con nuevas cepas, y se siguen cumpliendo medidas de higiene y distancia para evitar el contagio. Todo ello ha motivado un cambio drástico de nuestros hábitos, y formas de relacionarnos.

A su vez, esto ha desatado una serie de consecuencias en la economía y salud mental de la ciudadanía en su conjunto. En el caso de los niños y niñas en edad escolar, el asunto se agrava porque de un día para otro, han pasado de asistir a la escuela de forma diaria a encerrarse en sus casas. Esta situación ha afectado de forma distinta al alumnado según cada proceso de madurez y de desarrollo cognitivo.

En este proyecto la técnica pedagógica permite un sistema comunicativo agradable para las familias. Está comprobado que el ajedrez ayuda a controlar síntomas de los trastornos de déficit de atención (TDA) y de hiperactividad (TDAH), entre otras bondades. Por ejemplo, estimular las altas capacidades para la inclusión educativa, lo que lo convierte en una innovación educativa que ha funcionado y nos ha enseñado.

Innovación pedagógica

Asimismo, la forma de trabajo combina instancias con los tres sectores educativos: alumnado, profesorado y familias de forma simultánea y global a través de las tecnologías de la información y comunicación. Otro elemento clave de esta innovación pedagógica, resulta la importancia de la formación docente.

Desde el proyecto MiniChess se promueven dispositivos que permiten la formación de docentes de los centros educativos, de forma ágil y virtual en el contexto de la región. Observando diferentes instancias de enseñanza y aprendizaje en los países abordados, se visualizan distintos ritmos y grados de implementación de la propuesta.

La experiencia de los tres países: España, Uruguay y Paraguay, nos demuestra que cada país debe pasar por un proceso natural de adaptación pedagógica en sus culturas, de acuerdo a sus contextos, institucionalidades y recursos educativos.

En este sentido, este trabajo resulta el puntapié inicial para impulsar la reflexividad en las prácticas educativas de MiniChess y continuar repensando métodos, estrategias digitales que permitan reflexionar acerca de su estructura, niveles de respuesta y adhesión a la propuesta. Este escenario resultará muy propicio para continuar promoviendo la alfabetización en ajedrez en los diferentes contextos y escuelas del mundo hacia la reflexividad y el espíritu crítico.

Para más información puede consultar la web del proyecto: https://minichess.org/

educación música

¿Por qué es necesaria la asignatura de música?

Cada curso académico me encuentro con alguna persona, incluso compañeros docentes, que cuestiona por qué se imparte o para que sirve la música en las enseñanzas de régimen general y en concreto en educación infantil, primaria o secundaria. Es evidente que la enseñanza musical en estas etapas no persigue crear artistas o músicos, aunque puede despertar su interés y se pueden detectar talentos. El objetivo de esta asignatura es educar con la música, agudizar los sentidos y estimular valores culturales.

La música contribuye al desarrollo de la personalidad y de la inteligencia. Diversas investigaciones confirman que las clases de música desde la edad infantil desarrollan capacidades de los escolares: ayuda al perfeccionamiento auditivo, contribuye al desarrollo psicomotriz, mejora el desarrollo de la memoria, favorece la capacidad de expresión, fomenta el desarrollo del análisis del juicio crítico e integra el saber cultural y el gusto estético.

A lo largo de la historia, la música ha formado parte de nuestras vidas desempeñando diversas funciones, en su mayoría sociales o religiosas. Pero es en la Grecia clásica cuando se la empieza a dar un valor educativo para la formación de los futuros ciudadanos. Diferentes filósofos y pedagogos entre los que podemos nombrar a Platón, Lutero, Comenio, Rousseau, o Pestalozzi destacan su contribución a la educación moral y cívica, y recomendaron y lucharon por la implantación de la música como materia de estudio en sus sistemas educativos.

Música en la Escuela Nueva

Durante el primer tercio del siglo XX los planteamientos de la Escuela Nueva dejaron sentir su influencia en la educación musical. Propone una educación activa y subraya el valor educativo de las distintas artes entre las que se encuentra la música, y promueve su introducción en los programas escolares en un lugar destacado.

Una de sus representantes más conocidas es María Montessori que muestra su interés por la música como valor formativo y explica de qué manera se establece el contacto entre el niño y la música y cómo ésta puede ser utilizada en la enseñanza de los pequeños. A raíz de esto surgen nuevas concepciones y metodologías activas fundamentadas en la implantación de todas las aptitudes y capacidades musicales del niño. Las propuestas más significativas partieron de pedagogos musicales como son Dalcroze, Martenot, Kodaly, Willems u Orff.

La dimensión que adquiere la educación musical, gracias a las nuevas propuestas metodológicas de estos compositores y pedagogos musicales, consigue que la enseñanza musical en las escuelas adquiera su más alto sentido formativo. Los diferentes enfoques didácticos derivados de las propuestas mencionadas, alcanzan una amplia dimensión en el marco de la educación integral y distinguen entre enseñanza de la música y la música en la enseñanza, estando a su vez correlacionadas.

Considerar la educación musical desde una perspectiva multicultural y global hace de la música el vehículo fundamental y necesario para poder expresarnos como seres humanos pudiendo mejorar nuestra calidad de vida.

¿Estamos preparados para la educación del hiperaula y el avance tecnológico?

Mucho se habla en la actualidad de la necesidad de un “cambio” en la educación. Tanto en la forma de enseñar como en la estructura arquitectónica en la que se encuentran las aulas.

Actualmente encontramos diversas metodologías que promueven ese cambio: Flipped classroom, Aprendizaje Basado en Problemas, Aprendizaje Cooperativo, M-Learning, Aprendizaje Basado en Proyectos… surgiendo quizá una diferenciación entre lo que se pretende conseguir frente a la formación que necesitamos como docentes. ¿Están/estamos los profesores preparados para este salto? ¿Desde dónde debe surgir este primer cambio? La base de la formación del profesorado nace en la Universidad, por lo que debe ser uno de los primeros colectivos que deben ceder y dar ejemplo en tratar los contenidos mediante elementos motivadores para llegar a esas “competencias”, más allá de contenidos teóricos.

¿Cuánto de lo que se enseña es valioso para ser docente en aula, y cuánto queda en el olvido? ¿Deberíamos optar por más asignaturas didácticas y menos de teoría? Actualmente nos encontramos con una enseñanza que se creó para un aprendizaje mecánico, frente a unos estudiantes que nacen en la era digital, que avanza cada día. Paradójicamente estamos en un conflicto: por un lado, el salto positivo a un querer hacer y, por otro lado, ante una brecha digital, definida según Serrano y Martínez (2003) como:

“La separación que existe entre las personas (comunidades, estados, países…) que utilizan las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) como una parte rutinaria de su vida diaria y aquellas que no tienen acceso a las mismas o que, aunque las tengan, no saben cómo utilizarlas”.

Estas brechas surgen a medida que las TIC se van incorporando a la vida social, avanzando a una velocidad que no podemos manejar. Así se generan desigualdades entre los que tienen un buen manejo tecnológico y pueden incorporarlo a algún formato educativo, y los que no. Esto está limitando el uso de las TIC con todos sus beneficios.

Para ello es necesario, primero, fomentar una confianza digital. Y también reforzar la inclusión y alfabetización digital, como asignatura obligatoria, impulsando el uso de las TIC. Pues los niños de este siglo nacen “conectados”.

Al igual que ocurre con todas las nuevas metodologías, surge una cuestión: ¿somos capaces de cubrir estas dos perspectivas, la tecnológica y la pedagógica/didáctica?

Lo ideal es que la tecnología y la educación evolucionen de forma paralela y que las necesidades educativas puedan darle un impulso al progreso tecnológico además de adaptarse a él. Una de las áreas que más se acerca a estas dos vertientes es la educación a distancia, que está ganando cada día más adeptos. Es la mejor opción sobre todo para las personas que deciden estudiar una segunda carrera o continuar con su formación tras la titulación. Pues la formación a distancia les permite mayor libertad de organización sin tener que desplazarse, utilizando ese tiempo en la visualización o lectura del material.

Estamos ante una nueva era en la educación, siendo el presente un cambio para el futuro.