Desde diferentes ámbitos de RRHH se ha estudiado la influencia o importancia que tienen en nuestras decisiones laborales determinados factores como la retribución, el ambiente de trabajo, la relación con el jefe, la imagen de marca y la reputación de la empresa, la estabilidad laboral o las oportunidades de desarrollo y carrera profesional, por ejemplo. 

El salario aparece en la mayoría de estos estudios como el principal aspecto que tenemos en cuenta a la hora de afrontar determinadas decisiones, funciona en estos casos como factor de atracción

Sin embargo, cuando a través de estos estudios se pregunta a las personas los motivos reales que les mueven a cambiar de empleo los aspectos que refieren para ello son otros. 

La retribución pasa a un segundo plano y se enfatizan aspectos como la relación con el jefe, los estilos de dirección, el proyecto de empresa, las oportunidades de desarrollo profesional, el reconocimiento o la existencia de políticas de conciliación y flexibilidad laboral, entre otros, funcionando en estos casos como factores de retención

Podríamos concluir que lo que atrae no retiene, siendo para nosotros más importantes otros elementos intangibles o cualitativos de la retribución que son los que verdaderamente condicionan las decisiones que tomamos en este sentido. 

Ya no es suficiente con posicionarse en un nivel competitivo de retribución dineraria, la estrategia retributiva pasa por hacer de nuestra compañía el mejor lugar donde trabajar, ofreciendo a los empleados otros elementos compensatorios que cubran sus necesidades personales y/o familiares y refuercen su compromiso con la empresa, aquí los elementos cualitativos ganan peso frente a los cuantitativos. 

Entre los más valorados todos aquellos relacionados con el tiempo de trabajo y la jornada laboral: tener horario flexible, jornada intensiva, posibilidad de trabajar desde casa, disponer de los viernes por la tarde libre, días adicionales de vacaciones y permisos o jornada de verano, entre otros. 

En otra categoría de elementos son también aspectos muy valorados por los empleados las oportunidades de carrera y desarrollo profesional, la formación, la relación con el superior jerárquico, la imagen y el proyecto de empresa, incluso en los tiempos que vivimos cobra especial relevancia la estabilidad laboral

Ofrecer a los empleados la posibilidad de pagar menos impuestos y obtener un tratamiento ventajoso en la tributación de sus rendimientos del trabajo a través de la implantación de planes de retribución flexible ha sido otra práctica que se ha generalizado también en los últimos años y que ha tenido muy buena acogida por los empleados. 

La consideración de todos estos elementos en el paquete salarial que ofrecemos a nuestros empleados pasa por gestionar las retribuciones desde un enfoque de compensación total que incluye, más allá de las retribuciones puramente económicas o dinerarias propias de los modelos clásicos retributivos, otras compensaciones y/o beneficios que refuerzan el compromiso de los empleados con el proyecto de empresa. 

El reto pasa por mejorar nuestra eficiencia retributiva no necesariamente pagando más sino mejor, dando respuesta a las necesidades de las diferentes personas y generaciones que confluyen hoy día en el mercado laboral y en la empresa. 

El precio de lo que no se ve en la nómina se convierte en el factor decisivo que condiciona no solo nuestra permanencia en la empresa sino, lo que es más importante, nuestro compromiso con ella que, en última instancia, redundará en una mejora de resultados y productividad.