Los atascos, el aumento del coste de los carburantes y las limitaciones a la circulación en las zonas centrales de las ciudades hacen que resulte cada vez más complicado acceder a diario a la oficina. Hasta el punto de que, a la hora de analizar un futuro puesto de trabajo, un parámetro clave para aceptarlo o rechazarlo es el commuting o desplazamiento diario de casa al trabajo, según se señala en un comunicado de Celering.
Una persona en España emplea de media una hora en ir y volver todos los días a su puesto de trabajo con el consiguiente impacto en el complicado equilibrio entre la vida laboral y personal, según refleja un estudio sobre movilidad de PageGroup.
El 52% de los empleados trabajan lejos de las ciudades y el 80% prefiere utilizar para desplazarse su propio coche, lo cual implica largos trayectos y atascos, que repercuten en mayores niveles de estrés. En el caso del transporte público, las cifras no mejoran. El tiempo que se invierte en ir a la oficina en una ciudad como Madrid es de 62 minutos con una espera media de 11 minutos en las paradas.
“Compartir vehículo es una solución que las empresas pueden llevar a cabo para ayudar a los empleados a desplazarse y evitar el malestar derivado del commuting”, explica José María Campos, CEO de Celering.
Las medidas que facilitan a los empleados el desplazamiento a sus puestos de trabajo redundan en una plantilla más motivada, mucho más comprometida y eficiente y son una fórmula para retener el talento, sobre todo de las nuevas generaciones.
Los trabajadores jóvenes piensan, y se movilizan de una manera diferente, priorizan el balance entre trabajo y vida personal. Los llamados millenials están abiertos al cambio y utilizan la tecnología como parte de sus vidas. No están interesados en tener un coche en propiedad y prefieren usarlo a demanda solo cuando lo necesitan y, si puede ser, de forma compartida.