La Gran Vía Madrileña está de aniversario, 100 años de historia que han dotado de personalidad a uno de los ejes más importantes de la capital. Sin embargo, la que hoy es símbolo inequívoco de Madrid, en sus orígenes no estuvo exenta de polémica.
El trazado de la Gran Vía suponía la reordenación radical pero puntual del tejido urbano en el centro de la ciudad, el objetivo principal, era convertirla en el escenario privilegiado para un nuevo comportamiento inversionista con un marcado interés hacia los servicios urbanos. (Rueda Laffond, 1993). Este gran eje, implicó el mejor traslado a Madrid de la filosofía del «gran bulevar», con dos dimensiones claras, «descongestionadora» e «higienista». El proyecto arranca en un contexto político favorable, apoyado por Romanones en la alcaldía y por Aguilera en el Gobierno Civil en 1898 (Ruiz Palomeque, 1975). Con la aprobación del Plan General de Reformas en 1904, la materizalización de la Gran Vía se convertiría en un hecho.
Durante el quinquenio 1905 y 1910, comienzan a evidenciarse las dificultades que implica una obra de tal envergadura en Madrid, en el caso de la Gran Vía, uno de los principales escollos se localizó en las expropiaciones. Introducidos unos pequeños retoques, el Ayuntamiento tuvo que desembolsar una cantidad que superó los doce millones y medio de pesetas para poder cubrir la diferencia entre los capítulos de gastos e ingresos, un monto por sí solo superior incluso a los gastos corrientes presupuestados para 1904 en las partidas de la Beneficiencia, Instrucción Pública y Corrección pública, Policía Urbana y Obras públicas, y de nueva construcción. Tal y como señala Rueda Laffond, la indecisión respecto a la forma en que debían satisfacer dichos pagos, resultó un condicionante inmediato para explicar el sucesivo fracaso de las subastas celebradas entre 1905 y 1908, al tiempo que se mantuvieron como referente ineludible municipales que solicitaban la revisión de la Hacienda Local. Finalmente, en 1908, el levantamiento del Empréstito de Liquidación de Deudas y Obras Públicas (Ayuntamiento de Madrid, 1908), aseguró la construcción de la Gran Vía.
En 1910 se inicia la apertura de la gran avenida, proyectada en tres tramos de 534m. (Alcalá-Red de San Luis), 408m. (Red de San Luis- Plaza del Callao) y 316m. (Plaza del Callao-Plaza de España) de largo, que llevó a la demolición de 358 fincas, a la desaparición de 19 calles, a la transformación de 32 y a la construcción de un total dFuente: Ayuntamiento de Madride 83 nuevos inmuebles. La Gran Vía se convierte así en el mejor escaparate de la arquitectura local, se suceden diferentes estilos, confluyendo el «historicismo» y las propuestas «nacionalistas», con muestras de «expresionimo», representado en el Edificio Carrión (Feduchi, 1931-34), (conocido en la actualidad por el anuncio luminoso de Schwepps, y reconvertido recientemente en hotel). El «clasicismo» y el «racionalismo monumentalista» también está presente en las obras del Coliseum (Castro Fernández Shaw, 1931-33) o el Palacio de la Música (Secundino Suazo, 1924-26).
La evolución de la nueva arteria se vio paralizada durante la Guerra Civil, desde octubre de 1936 Madrid entra de lleno en el conflicto (Fernández; Bahamonde; Martínez, 1995). La ciudad sufre continuos bombardeos, no sólo aéreos, sino también desde el frente de la Casa de Campo, afectando considerablemente a la zona Oeste, especialmente a los barrios de Centro, Hospicio (Fuencarral), Universidad, Chamberí y Latina. En 1937, el gobierno de la República, a propuesta del Ministerio de Obras Públicas, constituyó el Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid, con el fin de establecer una coordinación de los servicios de sanidad, suministros de agua, electricidad, protección de monumentos, desescombro y socorro de bombardeos (Ayuntamiento de Madrid, 1984).
«Durante los tres años que duró el enfrentamiento bélico, la Gran Vía recibió varios nombre oficiales, según sus nombres, Avenida dela CNT, Avenida de Rusia o Avenida de la Unión Soviética. El edificio
de la Telefónica se convirtió en puesto de observación, atento a los movimientos del cercano frente de Argüelles. Muchos establecimientos protegieron sus fachadas con sacos terreros ante los constantes ataques de la aviación franquista» (Ayuntamiento de Madrid, 2010).
«Al final de la contienda, la Gran Vía,recuperó su fisonomía y poco a poco su esplendor. DE nuevo abrieron cines, teatros, y terrazas, aunque con las limitaciones que imponían las cartillas de racionamiento. Se rehabilitaron los edificios dañados y los comercios recuperaron el pulso cotidiano «(Ayuntamiento de Madrid, 2010).
Continúa su configuración con nuevas edificaciones, como es el caso de los Almacenes Rodríguez (1941-1945), actuales Juzgados de los contencioso administrativo, el Cine Gran Vía (1943-1946), reconvertido en hotel, el hotel y cine Rex (1943), el singular edificio de lUnión y el Fénix (1944-1947),el edificio y cine Pompeya (1947-1949), hoy hotel Senator. Los vanos urbanísticos se iban cubriendo con edificios de oficinas y viviendas.
Se consolida así, como uno de los ejes centrales de Madrid, invadida por el tráfico rodado y llena de vitalidad, otorgada por los propios madrileños y por los foráneos, que por motivos varios acuden a la ciudad. Un trayecto de poco más de 1,250 metros se convierte en un espacio multifuncional, donde convergen los establecimientos comerciales, los servicios administrativos, viviendas, aunque cada vez el número de residentes es menor
y la función hostelera, todo ello aderezado del valor patrimonial y arquitectónico, que confluye en la potente funcionalidad turística de esta arteria madrileña.
La Gran Vía está de cumpleaños y la ciudad de Madrid lo festeja por todo lo alto. Los madrileños están orgullosos de contar con esta calle emblemática que, con permiso de la Puerta de Alcalá…Ahí está viendo pasar el tiempo!
Bibliografía:
Área de Urbanismo y Gestión Municipal. Ayuntamiento de Madrid (1984): Madrid, Urbanismo y Gestión Municipal. 1920-1940. Catálogo de la exposición «Urbanismo y Gestión Municipal». Ed. Ayuntamiento de Madrid. Pp. 305
Ayuntamiento de Madrid (2010): 100 AÑos de Gran Vía. http://granvia.memoriademadrid.es/index.php
Bahamonde Magro, A. (1995): La evolución política. De la dictadura a la democracia en Fernández García, A. (Director) Historia de Madrid. Editorial Complutense. Madrid. pp. 623-646
«El País» (2010): Especial Gran Vía. http://www.elpais.com/especial/gran-via/plano.html
Fernández García, A; Martínez Martín, J. (1995): «Madrid 1900-1939» en Fernández García, A. (Director) Historia de Madrid. Editorial Complutense. Madrid. pp. 603-622
Rueda Lafford, C. (1995): «El desarrollo de la ciudad y la política urbanística» en Fernández García, A. (Director) Historia de Madrid. Editorial Complutense. Madrid. pp. 579-602
Ruiz Palomeque, M. E. (1975): Ordenación y trasnformaciones urbanas del casco antiguo madrileño durante los siglos XIX y XX. CSIC. Madrid.