El turismo es, quizás, una de las actividades más amplias y versátiles que pueden realizar las personas. Además, permite un amplio desarrollo de las capacidades, tanto de ocio como cognitivas. Hoy vamos a hablar de una de las últimas tendencias del turismo y, quizás, la más novedosa de los últimos años, cuestión que se enmarca en el contexto de evolución y desarrollo que ha tenido el sector, que no ha parado de absorber cambios y transformaciones. Nos estamos refiriendo al Turismo de Estrellas, como lo han llamado algunos autores, también denominado “Astroturismo”. Se trata de una nueva tipología turística, sostenible por definición, que permite al turista ser partícipe de actividades tan novedosas y estimulantes como escuchar un concierto bajo las estrellas, observaciones de las estrellas o rutas de senderismo bajo el cielo estrellado. Todo ello, por supuesto, guiado por personal experto y formado en estas cuestiones.
Este tipo de turismo (aunque, ciertamente, todavía muy novedoso y poco conocido), ya ha sido tratado por la Academia, habiendo sido ya objeto de comentario y discusión en congresos, ferias especializadas y foros internacionales. De hecho, tanto las entidades públicas como privadas, las confederaciones de empresarios, las casas rurales, grupos y colectivos de profesores, agentes de desarrollo local y todos los grupos de interés relacionados con el turismo ya han han mostrado un gran interés por el “turismo de las estrellas”, que tiene, además, una importante dimensión pedagógica, puesto que permite conocer a los turistas secretos del Universo de una manera fácil y divulgativa.
Los nuevos turistas aficionados a la astronomía pueden lograr una experiencia turística inigualable en la observación del tránsito de un cometa. Se trata, además, de un turismo muy respetuoso con el medio ambiente, puesto que, como es lógico, solamente puede realizarse en lugares donde no exista ninguna contaminación lumínica. Es, por tanto, un ejemplo modélico de práctica turística respetuosa y responsable con el entorno. Además, en los lugares en los que se desarrolla de manera más efectiva, se han creado puestos de trabajo y se ha generado desarrollo local. Además, todas aquellas zonas catalogadas con la “Certificación Starlight” del territorio, han sido dotadas de infraestructuras, como telescopios, miradores, etc., logística susceptible de ser utilizada, no solamente por los turistas de las estrellas, sino por la población local.
La Comunidad de Madrid es un ejemplo muy claro de apuesta por el turismo astronómico, haciendo uso de todas las instalaciones relacionadas con la astronomía, con las que ya cuenta. La primera de ellas, sería el Museo Lunar de Fresnedillas de la Oliva, puntero en tecnología espacial. Tiene además la curiosidad histórica de que en los años sesenta este pueblo fue seleccionado por la NASA para situar en él una antena que servía de comunicación para las misiones espaciales que llevaba a cabo la NASA. Desde este museo se puede observar pedagógicamente cómo fueron las misiones que llevó a cabo el Apolo 11. Se muestran también el material que llevan consigo los astronautas en las misiones, sus trajes, su dieta, etc. En resumen, es una manera de aprender de un modo ameno.
Otro lugar emblemático para realizar este tipo de turismo también en Madrid sería el Madrid Deep Space Communications Complex, creado por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial y la NASA. Desde aquí se puede, incluso, examinar una piedra lunar, pudiendo también observar cómo han sido las misiones al Planeta Marte, todo ello con la oportuna explicación de un experto.
Por otro lado, y también situado en la Comunidad de Madrid, nos encontramos con el Planetario, lugar donde se puede percibir el movimiento de los planetas. Además, determinadas noches se pueden observar has nueve mil estrellas. Esta potencialidad de turismo astronómico que tiene la Comunidad de Madrid se completaría con el Real Observatorio (donde se encuentra ubicado una copia a tamaño natural del telescopio de Herschel) y con el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, que permiten conocer de manera didáctica y amena cuáles son los últimos hallazgos de la Ciencia Astronómica.
Son múltiples los ejemplos que podríamos poner de observatorios y planetarios que tienen una funcionalidad turística. Para concluir, expondremos el ejemplo del Observatorio Astronómico de Borobia, que tiene una intencionalidad claramente divulgativa, y en su existencia ha colaborado ya en varias ocasiones con diversos medios de comunicación.
Fuente: http://www.ccborobia.com/
Como se ha podido observar a través de estas líneas, este turismo tiene unas relaciones muy importantes con el turismo científico, también muy de moda en la actualidad. Remitimos al lector a la Conferencia que las autoras de esta entrada de Blog impartimos dentro de la Semana de la Ciencia, en donde explicábamos las diversas manifestaciones del turismo científico. El turismo astronómico es solamente uno de los múltiples ejemplos que muestran un sector en evolución creciente y evidencian la capacidad que tiene el turismo para hacernos soñar y viajar, efectivamente, muy lejos.
RAQUEL GARCÍA REVILLA
OLGA MARTÍNEZ MOURE