Un reciente contenido publicado en la revista JAMA Psychiatry de título «Brain Responses to Empathy-Eliciting Scenarios Involving Pain in Incarcerated Individuals with Psychopathy, ha demostrado que los psicópatas tienen problemas a la hora de empatizar con el dolor de otras personas, lo que limita sus interacciones sociales. El estudio realizado integramente con presos mediante resonancia magnética funcional ha demostrado que los psicópatas tienen un menor activación en la corteza prefontral ventromedial, muy implicada en procesos para entender a los otros, y en la amígdala, que sirve para procesar emociones.
De hecho, intentar comprender a los otros es un proceso muy complejo. Desde un punto de vista evolutivo implica comprender, en primer lugar, que las otras personas tienen mente y, por tanto, que tienen emociones y pensamientos. Además, requiere generar una teoría sobre cómo funciona la mente y sobre cómo las diferentes situaciones del entorno afectan al contenido mental. Necesitamos, por tanto, ser capaces de representar los contenidos de la mente de otra persona. Las diferentes investigaciones que se han realizado sobre la “teoría de la mente” han intentando arrojar luz sobre estos procesos. Uno de los primeros estudios clásicos sobre la adquisición y desarrollo de la “teoría de la mente” fue el realizado por Wimmer y Perner (1983). En este estudio se empleaba la siguiente tarea: Sally sabe que su canica está en la caja de la izquierda; mientras Sally está fuera de la habitación, Anne mueve la canica a la caja situada a la derecha; posteriormente se pregunta a la persona que está participando en el experimento: ¿Dónde buscará la canica Sally cuando vuelva a la habitación? Como la persona que participa en el experimento conoce que la canica ya no está en la caja de la izquierda, debe ser capaz de saber que Sally tiene mente, y que sigue pensando que la canica está en la caja de la izquierda. Esta tarea suele resolverse de manera adecuada a los tres o cuatro años de edad, indicando la existencia de una teoría sobre la mente de los otros.
Tarea de Anne y Sally
Las investigaciones que se han realizado posteriormente basadas en tareas que no requieren necesariamente habilidades relacionadas con la producción del lenguaje, han ido adelantando el inicio o emergencia de la capacidad de saber que los otros tienen mente. Desde muy pronto mostramos habilidades básicas, que formarán el núcleo sobre el que construiremos teorías sobre la mente de otras personas. De hecho, Onishi y Baillargeon (2005), demostraron en un interesante experimento que los niños de tan solo 15 meses poseen una cierta representación rudimentaria (implícita) de la mente de las otras personas. De hecho, incluso con tan sólo seis meses de edad ya existe una cierta capacidad para reconocer acciones de otros que están dirigidas hacia una meta específica (Woodward, 1998). Parece, por tanto, que la capacidad para realizar inferencias sociales, se desarrolla de forma temprana.
El artículo puede consultarse en el siguiente enlace:
http://archpsyc.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=1681369
Referencias:
Onishi, K. H. & Baillargeon, R. (2005) Do 15-month-old infants understand false beliefs? Science, 308, 255-258.
Wimmer, H., & Perner, J. (1983). Beliefs about beliefs: Representation and constraining function of wrong beliefs in young children’s understanding of deception. Cognition, 13, 103-128.
Woodward, A.L. (1998). Infants selectively encode the goal object of an actor’s reach. Cognition, 69, 1-34.