Recientemente se ha publicado un estudio en la revista Journal of Affective Disorders en el que se sugería la posibilidad de que la experiencia de un episodio depresivo en la más tierna infancia dejara una huella biológica que se mantendría hasta la edad adulta, haciendo de un individuo un sujeto vulnerable a padecer trastornos depresivos.

Joan Luby (Univ. Washington), investigador principal del estudio, considera que, contrariamente a lo que venían afirmando los psicólogos evolutivos, los infantes en edad pre-escolar no sólo muestran síntomas clínicos comparables a los de la depresión adulta sino que también presentan patrones de activación cerebral similares a los que tienen lugar cuando esta última se produce.

Luby y sus colaboradores estudiaron niños depresivos, con una media de edad de cuatro años y medio, mediante técnicas como la fMRI, mientras éstos visualizaban caras con distintas expresiones emocionales. Los resultados mostraron una correlación significativa entre la severidad de la depresión y un aumento en la actividad de la amígdala derecha, el mismo patrón de actividad observado en adultos depresivos.

Para los investigadores esto sugeriría que existe algo relacionado con la experiencia de la depresión en la primera infancia que parece dejar una huella indeleble y duradera en el cerebro infantil que aumenta la probabilidad de padecer depresión en etapas posteriores hasta llegar incluso a la edad adulta.

Si estos datos se confirmaran se abriría una nueva puerta a la prevención de esta devastadora enfermedad, ya que tanto la detección como la prevención precoz de los trastornos emocionales serían más factibles y sobre todo más «objetivas», dejando atrás la subjetividad de la evaluación clásica de los mismos.

Podéis encontrar más información en la siguiente fuente: http://www.sciencedaily.com/releases/2011/06/110602111446.htm

Si deseáis consultar el artículo original: Gaffrey, M.S., Luby, J.L.,Belden, A.C.,Hirshberg, J.S, Volscha, J. y Barcha, D.M. (2011). Association between depression severity and amygdala reactivity during sad face viewing in depressed preschoolers: An fMRI study. Journal of Affective Disorders, 129, 1-3, 364-370. [http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0165032710005677]