En cualquier supermercado o gran superficie la oferta de productos es, habitualmente, tan extensa y diversa que, a veces, puede hacer dudar al consumidor a la hora de elegir los productos que se llevará a casa. No obstante, hay situaciones en las que una excesiva oferta de productos puede tener efectos positivos, e incluso saludables, en el consumidor. Esto último parecen sugerir los resultados obtenidos en una investigación publicada en el Journal of Consumer Research (http://www.jstor.org/stable/info/10.1086/593692).
En el mencionado estudio, 121 participantes vieron las fotos de un anuncio donde se publicaban muchas (diez) o pocas (dos) variedades (sabores) de una determinada marca de helados. De cada una de las variedades se ofrecían dos alternativas de helado, la denominada Normal (con los ingredientes habituales en un helado) y la denominada Baja en Grasas. Tras la mencionada presentación se les pidió a los participantes que seleccionaran el tipo de helado que prefirieran. Los resultados indican que los participantes que eligieron los helados a partir de las fotos donde se anunciaba la variedad más numerosa, fueron más propensos a elegir un helado bajo en grasa, que aquellos sujetos que tuvieron que elegir a partir de las fotos donde se presentaban pocas variedades de helados.
Similarmente, en otro estudio se colocaron en un área pública dos bandejas, una de ellas conteniendo seis tipos de fruta y seis tipos de pasteles diferentes y la otra, conteniendo dos tipos de frutas y dos tipos de pasteles distintos. Se invitó a cualquier persona que pasase por allí a probar gratuitamente el contenido de una cualquiera de las 2 bandejas, ambas siempre a la vista de los potenciales consumidores. Dichas bandejas eran rellenadas continuamente para mantener el mismo número de elementos que tenían inicialmente. Setenta y cinco personas aceptaron la invitación y eligieron alguno de los productos de una bandeja. Según los resultados del estudio, significativamente más personas eligieron una fruta de la bandeja que contenía más productos que de la bandeja que contenía menos productos.
Estos dos estudios, junto a algunos más, indican que debido a que elegir de entre una gran variedad de productos es más difícil, la gente elige productos que se puedan justificar fácilmente. Según los investigadores, necesidades utilitarias y virtuosas pueden ser justificadas con más facilidad que necesidades hedónicas, y por eso la gran variedad de productos a veces hace las personas preferir elecciones virtuosas y saludables en vez de elecciones hedónicas.