
¿Qué conocimientos necesita tener un abogado sobre Psicología?
Para poder ejercer la abogacía con excelencia, es necesario ir más allá de los conocimientos de las leyes y que apliques otro tipo de habilidades teóricas y prácticas que no se adquieren en la universidad, sino con la experiencia en el desarrollo de la profesión.
Habilidades clave para un buen ejercicio de la abogacía
Un buen abogado es el que no solo es capaz de interpretar las leyes y comprender su funcionamiento, sino que puede ir un paso más allá, y sabe adaptar esos conocimientos a las circunstancias. Gracias a sus habilidades consigue una relación de confianza sólida con su cliente que le permitirá entender el caso en su totalidad. A continuación, destacamos las habilidades que te ayudan a marcar la diferencia:
- Conocimientos técnicos. Son la base que te permite una relación con el cliente seria y rigurosa fundamentada en el conocimiento. Para manejar a la perfección los conocimientos técnicos, debes basarte exclusivamente en conocer bien las leyes, sino en saber desenvolverte utilizando todos los recursos. Conocer cómo consultar la bibliografía, las bases de datos y la jurisprudencia es fundamental para desarrollar las tareas con éxito.
- Aptitudes comerciales. Este tipo de herramientas son imprescindibles para que sepas diferenciarte de la competencia y captar clientes.
- Capacidad de trabajo en equipo. Nos gusta destacar esta habilidad, puesto que, en la mayoría de casos, es necesaria la colaboración de otros profesionales como procuradores, peritos, médicos, detectives, etc. para resolver con éxito el caso. Saber coordinar a todas las partes implicadas y orquestar con maestría su participación en el proceso es una habilidad determinante para tu éxito.
- Empatía y comunicación. Estas dos habilidades son fundamentales tanto para comunicarte con los clientes como para hacerlo con un jurado o con las otras partes. Con respecto al cliente, te ayudará a entablar una relación sólida y, además, te permitirá tener una mejor comprensión de todas las partes implicadas en el resto del proceso.
- Negociación. No en todos los casos las circunstancias iniciales ayudan a ganar un juicio. Un buen abogado es el que sabe encontrar la mejor solución a un problema, resuelve conflictos y es capaz de encontrar la vía adecuada para conseguir a su cliente el mejor acuerdo posible.
¿Para qué le sirve la psicología a un abogado?
Para poder desarrollar todas las habilidades que hemos citado anteriormente, la psicología es la respuesta. Bien con años de experiencia o bien con un máster en abogacía, la psicología interviene en el mundo jurídico:
La psicología estudia la conducta humana y la mayoría de las leyes se crean en base a las especificidades del comportamiento.
El uso de la psicología es fundamental para entender los fundamentos de la organización social y la resolución de conflictos.
Aplicar la psicología es fundamental para evaluar el grado de funcionalidad de una ley.
Más allá de la aplicación del estudio del comportamiento en la creación de leyes que regulan la conducta humana, la psicología, como ciencia social, tiene una aplicación muy útil de cara a crear conexiones y vínculos, así como para saber gestionar y reconducir emociones.
Las funciones de un abogado
Si entendemos el abogado como un enlace entre su representado y la justicia, vemos claramente cómo su responsabilidad va más allá de crear una estrategia legal y ser la voz de su cliente. Desde el punto de vista de la psicología, el abogado puede influir tanto en la percepción de su cliente como en el propio sistema judicial.
Esta labor de conector no termina con el juicio, sino que puede ayudar a su representado a sentirse aliviado pese a haber sufrido una derrota o a no sentirse satisfecho pese a haber obtenido una victoria.
Otro aspecto en los que la psicología es necesaria en el mundo legal es cuando nos encontramos ante información delicada, ya que es fundamental tener una buena base para saber gestionarla y respetarla. Situaciones dramáticas, difíciles e incluso cómicas pueden suponer información de alta sensibilidad que requieran un esfuerzo adicional para no reaccionar de manera emocional.
Las habilidades que se aprenden en un máster de abogacía
Contar con una formación específica de un máster en abogacía que te permita conocer y desarrollar algunas de las herramientas de la psicología como la gestión personal, la persuasión, la escucha activa, etc. te servirá de gran ayuda para superar los posibles retos profesionales a los que te enfrentes como abogado. Estas habilidades serán recursos muy valiosos para exponer un buen alegato, plantear un interrogatorio eficaz, conseguir una buena relación y comunicación con el cliente o llevar las riendas de la negociación con soluciones que defiendan de la manera más eficaz los intereses de tu cliente.
En el ámbito personal, conocer ciertas técnicas te ayudarán a crear distancia de los casos con los que estés trabajando y te permitirá mejorar la conciliación. Podrás establecer prioridades y tendrás las herramientas adecuadas para gestionar emocionalmente éxitos y fracasos.
En consecuencia, aplicar a la abogacía ciertos conocimientos psicológicos te ayudará a desempeñar tu profesión en los parámetros correctos, ofreciéndote herramientas valiosas no solo para el desempeño de tus labores estrictamente profesionales, sino también enriqueciendo tu vida personal.



