Cada 24 de enero se celebra el día del Patrón de los Periodistas, San Francisco de Sales, jornada a la que se suma el Grado en Periodismo de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, dos de cuyos profesores, Yolanda Berdasco y Luis Miguel Belda, comparten su experiencia personal con esta carrera, cuando comprendieron lo fuerte que era su vocación, al tiempo que animan a los potenciales periodistas a perseguir sus sueños, aunque hayan de superar mil y una dificultades en el proceso.
Así mismo, con motivo de este día, la principal organización que representa en España a los periodistas publica la siguiente: Declaración de la FAPE en la festividad del patrón de los periodistas
Con motivo de la celebración de la festividad del patrón de los periodistas, San Francisco de Sales, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) insta a editores, medios y periodistas a que apuesten por el periodismo veraz, riguroso y ético como la mejor fórmula para recuperar la confianza de los ciudadanos en la prensa.
Consideramos que ese periodismo es también la mejor arma que tiene la sociedad para afrontar el grave problema de la desinformación, que está aumentando la polarización y socavando los cimientos de las democracias.
Si la prensa no se convierte en un sólido muro contra la desinformación, los bulos y las mentiras crecerán sin freno, como hemos visto en los momentos más duros de la pandemia, y facilitarán la manipulación de la ciudadanía con fines espurios.
A su vez, el contagio del periodismo por el partidismo político está contribuyendo a minar la confianza de los ciudadanos en la prensa y reduciendo al mínimo el prestigio y la credibilidad de medios y periodistas.
Aseguramos que solo fortaleciendo la independencia y el control crítico de los poderes podrán medios y periodistas recuperar dicha confianza y cumplir su función democrática de ofrecer a los ciudadanos la información que necesitan para formar libremente su propia opinión.
El año que ha transcurrido desde la festividad de 2021 ha visto el regreso de los despidos en varios medios y la rebaja de las remuneraciones de los periodistas y fotorreporteros, aumentando la ya elevada precarización de las redacciones.
Desde la FAPE, seguiremos reiterando que la precarización de las redacciones es una invitación a las presiones de los poderes, siempre listos para aprovechar las debilidades de los medios.
Si los editores no refuerzan las redacciones, difícilmente podrán publicar la información de calidad que los ciudadanos buscan para obtener criterio y respuestas a los problemas que sufren.
Si la salud de una democracia se mide por el grado de libertad de prensa que disfruta, tenemos que decir que en nuestro país se viene registrando un alarmante deterioro en este derecho fundamental, causado en su mayoría por partidos y administraciones.
Los intolerables ataques al libre ejercicio del periodismo registradas a lo largo del año han sido: señalamientos de periodistas; acoso online, especialmente a las mujeres, para amedrentar, presionar y acallar; discriminación de medios y de periodistas excluyendo en las ruedas de prensa o briefings a aquellos que se tachan de críticos; intentos de imponer preguntas o de decidir quién es periodista y quién no; ruedas de prensa sin preguntas.
Estas restricciones atentan directamente contra el libre ejercicio del periodismo y la pluralidad de medios y fuentes e impiden que los periodistas podamos garantizar plenamente el derecho constitucional del público a ser informado de forma profesional y rigurosa.
Recordamos a los políticos y gobernantes que la tarea principal de los periodistas es preguntar, investigar y denunciar los abusos y que el pluralismo de los medios es una condición indispensable para el buen funcionamiento de las sociedades democráticas.
En un mundo donde cada vez es más difícil distinguir los hechos de las invenciones, la verdad de la mentira, el periodismo solo podrá cumplir eficazmente su misión de servicio público buscando la verdad y difundiendo informaciones veraces, verificadas, contrastadas con fuentes fiables, con el debido contexto y sujetas a las normas de nuestro Código Deontológico.
Toda información que se aleje de estas premisas degrada nuestra profesión y entrega argumentos a aquellos que consideran la libertad de prensa como un obstáculo a suprimir.